El ahora ex futbolista Sebastián Vidal, impulsor del comunicado de personalidades del mundo de la redonda apoyando la fórmula Fernández Fernández en las últimas elecciones, celebra y analiza lo que viene.
Sebastián Vidal juega a la pelota casi desde que tiene uso de razón. En la adolescencia, además, empezó a hacerse preguntas y a tener inquietudes que iban mucho más allá de un partido de fútbol. Decidió formarse, a la par de su carrera deportiva, y hoy ostenta un título terciario de Comunicación y estudia Economía en la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). Buscó espacios donde volcar esas ganas de militar, incluso cuando le tocó vivir en Santa Fe capital, y a mediados de este año se animó a liderar una movida que contó con la adhesión de colegas de la talla de Pedro Troglio, Héctor Enrique (campeón del mundo en México 1986), Nahuel Guzmán y Macarena Sánchez. El martes estuvo en la plaza, como cientos de miles de argentinos y argentinas más, y en una charla extensa con el eslabón adelanta que el del fin de semana pasado fue su último partido como profesional y que va a ocupar la Secretaría de Deportes en sus pagos, en el sur del Gran Buenos Aires.
Vidal banca al nuevo gobierno
Este muchacho nacido y criado en la peronista localidad de Avellaneda, y que nada tiene que ver, más allá del apellido, con la ahora ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, se muestra entusiasmado respecto a la Argentina que se viene. “Me pasó un poco lo que le pasó a la mayoría del pueblo argentino”, arranca diciendo, con la asunción de Alberto y Cristina aún fresca. “Con esperanza después de salir de una etapa que analizada en términos económicos, culturales y simbólicos, la pasamos muy mal, con muchísima angustia, incertidumbre, en la que todos los días podías sentir que iba a pasar algo peor en términos económicos”, continúa.
El volante central que vistió hasta hace días atrás la camiseta de Excursionistas y luego colgó los botines, sostiene que “a partir de la asunción de Alberto se inaugura una etapa nuevamente de esperanza”, y que “de ahora en más habrá un gobierno que nos va a estar cuidando y no uno que constantemente estaba mirando y viendo por dónde nos iba a pegar”.
En diálogo con este semanario, el mediocampista puso su visión de juego al servicio de la política, para analizar las palabras de Fernández en el Congreso, ya con la banda presidencial cruzada en su cuerpo. “Me parecieron muy bien los dos discursos, sobre todo el primero, que fue más institucional, tocando temas tabú en la política argentina como son los servicios de inteligencia, la cuestión de la justicia, de los operadores judiciales, la cuestión de la pauta oficial me pareció un tema importante, porque es una herramienta de extorsión política”. Y en modo estudiante de economía, agregá: “El planteo de crecer primero para después pagar la deuda, son todas cosas a las que uno adhiere. Y otras cuestiones muy simbólicas, como la de volver a tener Ministerio de Salud. Son todas decisiones que ilusionan mucho”.
La más maravillosa música
Entre el calor popular (y del otro también) que copó cada rincón de la Plaza 25 de Mayo y alrededores –donde varios artistas de los más diversos géneros le pusieron más color aún a la gran fiesta del pueblo– estuvo Sebastián Vidal, que milita políticamente en la agrupación Venceremos, de su localidad natal. “Estuve en la plaza desde las 16 apróximadamente. Para los que veníamos militando desde el gobierno de Néstor y después los dos de Cristina, fue un poco recordar lo que era la fiesta popular, eso de encontrarse en la calle. Fue un día muy emocionante para todos nosotros”, revela.
Y sobre las movidas de la contra, diferencia: “Las manifestaciones de Cambiemos se intentan mostrar como algo novedoso, pero si uno revisa un poquito la historia sabe que no es tan así. En el gobierno de CFK hubo varias movilizaciones de la derecha, con consignas agresivas y descalificadoras”. Y para sumar argumentos, saca a relucir su manual de historia: “Siempre traigo a la memoria una marcha de la derecha en 1945, antes de que el peronismo sea tal, donde ya se hacían esas marchas con la misma simbología, «por la Constitución y la Democracia». Y en aquel momento ya la derecha se movilizaba. Y sigue estando en disputa lo mismo que hace 200 años, que es el modelo de país que queremos”.
En ese sentido, remarca la contradicción derechosa de que “se jactan de hablar en nombre de la democracia y deslegitiman a los proyectos populares, que en el caso de la Argentina se expresan a través del peronismo, pero que en la región tienen diferentes formas y cada una de las derechas repiten muchas veces sus discursos”.
Porque los jugadores, me van a demostrar
Sebastián Vidal fue el autor intelectual de la misiva con las firmas de un centenar de futbolistas que se difundió en plena campaña electoral para jugar del lado de la fórmula que luego se erigió ganadora en primera vuelta, sin la necesidad de revancha. “En las elecciones –cuenta sobre su ocurrencia– vi que la sociedad civil se estaba expresando para un lado y para otro, había una carta de intelectuales apoyando a Macri, otra de intelectuales y artistas apoyando a Alberto”. Así, pensó que los y las futbolistas no podían perderse tamaño partido, y comenzó la convocatoria: “A lo largo de mis 10, 12 años de profesional, había conocido a varios jugadores que eran compañeros, que tenían una forma similar de pensar, y veía que se venían expresando en redes y por distintos medios de manera individual, y me pareció que estaban las condiciones para hacer una manifestación colectiva, que nunca pensé que iba a tener la trascendencia que después tuvo. Hablé con Leo Di Lorenzo, con Nacho Boggino, Gastón Bojanich, con muchos futbolistas que había conocido durante mi carrera. Se coparon y a la vez empezaron a hablar con otros, a hacer una cadena con la propuesta de participar en una solicitada pública. Hablé con las chicas, con Maca Sánchez que venía encabezando lo del fútbol femenino profesional, y ella acercó a muchísimas pibas. Así se generó un círculo virtuoso en el que muchísimas y muchísimos futbolistas se sumaron a participar y a expresarse abiertamente a favor de la fórmula”.
Este jugadorazo dentro y fuera de la cancha admite que “nos pasó de algunos que apoyaban pero que preferían no poner el nombre, sino hacerlo desde otro lugar”, pero resalta que “la mayoría no sólo se sumaba sino que estaban agradecidos por desarrollar un espacio de manifestación colectiva como fue en su momento Fútbol con Todes, y ahora nos llamamos Futbolistas Unides”.
Antes de meter los botines en el barro de la política partidaria en las pasadas elecciones, el fútbol ya demostraba estar a la altura de varias reivindicaciones y causas nobles, como en derechos humanos. Y claro que para el Seba Vidal, eso es un golazo: “Me parecen movimientos saludables. Que los futbolistas y los hinchas, que son los principales protagonistas del juego, nos pongamos a discutir qué fútbol queremos me parece muy bueno, y que no sean siempre las personas que manejan el negocio del fútbol las que vayan decidiendo la posición simbólica que se conforma alrededor del juego”.
En su trayectoria como militante ya cuenta con varios 24 de marzo al hombro en los que caminó y se movilizó a la plaza. “También participo de actividades, charlas, paneles”, aporta este ultra defensor de los derechos humanos, a los que considera “un tema fundamental, y como sociedad tenemos la obligación de recordar para no volver a repetir”. Por eso, subraya: “Me parece muy bueno que el fútbol empiece a mirar de frente y a involucrarse con lo que fue aquella sangrienta dictadura militar que comenzó el 24 de marzo de 1976. Sobre todo pensando lo que fue el Mundial 78, que se usó como una herramienta central para lavarse la cara y camuflarse ante la visión internacional”.
Mediocampo nacional y popular
El Club Orientación Juvenil de Avellaneda es testigo de los primeros pasos de Sebastián Vidal con la redonda bajo la suela. “Acá en Buenos Aires los clubes de barrio son una institución fundamental para los pibes y pibas, y yo arranqué así, en ese club al que sigo yendo al día de hoy, participando activamente”, recuerda. Pero a volantear no sólo aprendió en el verde césped, jugando de 5, sino a los 17 años cuando se inició en la militancia. “No sé dónde encontrar la génesis, pero en mi familia arranqué yo. En mi último año del colegio, un familiar me acercó a una juntada popular, solidaria, en el barrio Escalada. Mis hermanos, mis viejos se sumaron después. Así que soy pionero en la familia en traer la militancia y la participación política, que tiene mucho que ver también con la cultura política que instaló Néstor Kirchner”, remarca este joven de 30 años, que realizó todas las inferiores en Boca, y que luego deambuló por Independiente de Comodoro Rivadavia, Unión de Santa Fe, Patronato de Paraná, Temperley, Estudiantes de Caseros, Dock Sud y Excursionistas.
Durante su estadía en la calurosa capital santafesina, donde se vio su mejor nivel, militó “para un espacio del Chivo Rossi (actual Ministro de Defensa de la Nación), que ahora se llama la Corriente Nacional de la Militancia pero antes tenía otro nombre”. Y cuando regresó a sus pagos “milité 3 ó 4 años en La Cámpora, y ahora hace otros 3 años que milito en una organización local de acá de Avellaneda que se llama Venceremos”.
Por su pasado en el Xeneize, este estudiante de economía que el lunes anunció su nuevo rol en la política, como secretario de Deportes del municipio de Avellaneda, celebró la caída de otro bastión macrista, como el club de la Ribera. “No participo de la política de Boca –aclara–, pero sí conozco a Ameal, a Riquelme (recientemente elegidos presidente y vice segundo). Me parece un cambio positivo. Boca ha sido un trampolín político del macrismo para llegar primero a la Ciudad y después a la Nación. Tienen una forma de manejar el club basada como ellos ven la política: en el marketing, establecer diferentes prácticas con el club, algo que lo convierte en una empresa y no en una asociación civil. Ojalá la nueva gestión pueda darle otra cara a uno de los clubes más importantes del país y del continente”.
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