Cuentos, relatos biográficos, entrevistas ficticias, historietas y poesías, algunas de las formas expresivas de las que se valieron las chicas y los chicos para escribir textos alusivos a Manuel Belgrano. La invitación les llegó por iniciativa de la Cooperativa La Masa, Amsafé Provincial y Sadop Rosario. Y las ganas de participar no se hicieron esperar: más de 160 trabajos pasarán a integrar ahora un libro dedicado al creador de la bandera.

Pero antes, un jurado integrado por educadoras, educadores y periodistas seleccionó una muestra de esas producciones para compartir hoy en el semanario El Eslabón y en Redacción Rosario. Formaron parte de este jurado Susana Ludmer (Amsafé), Fabián Ciampechini (Sadop), Matías Loja (Suplemento Educación/Diario La Capital) y Marcela Isaías (La Masa).

La convocatoria fue realizada en el Año Belgraniano, nombrado así por cumplirse el 3 de junio pasado los 250 años del nacimiento del general Manuel Belgrano, y hoy -20 de junio- 200 de su fallecimiento. La propuesta era para escribir textos que recordaran al prócer. Llegaron trabajos de Rosario, Esperanza, Wheelwright, Cañada de Gómez, Carcarañá, Bustinza, Villa Eloísa, Providencia, San Javier, Aguará Grande (San Cristóbal), Paraje 29 (Vera), Chovet, Cañada del Ucle, Firmat, Roldán, Melincué, Pérez, Capitán Bermúdez, Sargento Cabral, Los Nogales y Villa Constitución, entre otras.

Además de los textos, enviaron collages, fotografías y dibujos. Entre estos últimos, unos bellísimos realizados por las alumnas y los alumnos de 6° grado de la Escuela N° 229 Manuel Dorrego, de Roldán, que ilustran esta nota. Además, de esta misma escuela, un video en el que Bruno Rossellini, alumno de 6° grado, entrevista a Manuel Belgrano, representado por su papá Roberto Rossellini. Una muestra de cómo las familias también se involucraron en la propuesta. Y por cierto en el valioso trabajo docente que acompañó la convocatoria.

Algo parecido a Bruno hizo Rodrigo Muñoz, quien es alumno de 7° grado de la Escuela N°1260 Valentín Antoniutti, de Villa Constitución. Montado en su caballo, y al grito de “¡Viva!” recodó a Manuel Belgrano en su infancia.

Los que siguen son los textos seleccionados, a manera de muestra de lo que las chicas y los chicos tienen para compartir, imaginar y seguir recreando de Manuel Belgrano.

Las producciones

Juró que siempre flamearía en los cielos argentinos

El cielo estaba oscuro, apenas si llovía de a ratos y con poca intensidad. Él tenía miedo de que la carreta quedara empantanada como tantas veces le había sucedido, y no sólo acá en la pampa salvaje y desértica, en el mojón del Pago de los Arroyos, sino también allá en España, en aquellos senderos de Salamanca y Valladolid, cuando estudiaba Derecho y se codeaba con grandes personalidades del ambiente intelectual y político español. El continuo movimiento de su carruaje le producía un fuerte dolor de estómago, tanto que imaginaba la próxima parada para recuperarse, pero la urgencia del momento no daba para detener la marcha.

Cerró los ojos tratando de calmar su dolor de panza y se dijo algo confuso, algo como entre dientes y empezó a pensar en su juventud, en aquellos días de universidad, de aquellas noches castellanas llenas de vigor e ideas. Recordó que una noche, luego de cenar con amigos españoles y portugueses, tomando vino y conversando sobre temas repetidos de historia europea y latinoamericana, él dijo con muchas ganas y convencimiento:

–Amigos, quiero hacer algo por el otro, quiero regresar a mis pagos y aventurarme por el bien de mi tierra.

–¡Vamos, amigo! Todos decimos lo mismo pero después se nos pasan las ganas, seguramente este vino te causó una imaginación más de lo común.

–No, no es así. Ahora no me creen pero cuando regrese al Río de la Plata mis actos pasarán las fronteras del norte y las montañas. Quiero darme la mano con los incas, quiero darles el valor que se merecen, que perdieron, quiero hacer justicia por ellos, por su pueblo, por su cultura, por sus antepasados masacrados por ustedes, los españoles.

Esa frase había sido suficiente para generar una gran discusión entre aquellos jóvenes estudiantes y todo terminó con empujones, maltratos e insultos. Él se juró no dejarse convencer y seguir con sus planes. En realidad recordaba a una bella mujer del norte, del pueblo de los quechuas, ella se llamaba A’amya Anqas Yuraq y habían podido estar en tres oportunidades en las cercanía del Real Colegio de San Carlos, cuando ella visitó Buenos Aires por un asunto comercial de la familia y él estaba por irse a España.

Se enamoraron de tal forma que él jamás la sacó de su mente y dudó en embarcarse hacia Europa, pero las órdenes familiares lo obligaron y siempre la tenía presente en su corazón. Ella también sintió lo mismo por él, quizás más profundo.

Dicen que cuando regresó al país, y en su campaña militar al Paraguay, una noche calurosa de diciembre allá por 1811 escapó del grupo de soldados que lo acompañaba, y con solo tres amigos se dirigió a Salta, donde visitó la tribu de su recordaba y amada mujer, aquella joven morena, de grandes ojos negros, de cabellos largos con tonos de carbón y de mirada dulce y calma.

Luego de varias horas preguntando por ella, por A’amya Anqas Yuraq, pudo encontrarla preparando su telar cuando ya estaba amaneciendo. Fue un encuentro maravilloso de amor, ternura y relatos sobre su futuro, sobre la idea que él tenía de llevarla consigo a Buenos Aires, de formar una familia y así valorar a su pueblo, con las posibilidades de que su padre, que sería su suegro, gobernara el país como lo había hecho sus antepasados en el imperio de los incas.

Pero justo antes de partir, cuando las cosas estaban bien y ya todo cargado en los cuatro caballos, A’amya Anqas Yuraq pisó a una serpiente entre los yuyos al saludar a su perro y se le enroscó en su talón. Los dos puntos rojos que aparecieron cuando él logró matar a la víbora hicieron entender lo peor: ella había sido picada y la muerte era lo próximo que aparecería.

Así fue, a las tres horas A’amya Anqas Yuraq convulsionó y murió en sus brazos; él la cubrió de lágrimas de amor y recuerdos, con un grito que retumbó entre aquellas quebradas multicolores.

Regresó a su campaña militar, fue derrotado en Paraguarí y en Tacuarí. Su cuerpo luchaba contra los españoles pero su corazón no estaba allí, sólo latía con los recuerdos de A’amya Anqas Yuraq

Juró que ella siempre estaría en su presencia, que en cada rincón del país estaría presente en el cielo, en los distintos aires argentinos, en las recordaciones, en los festejos y en el corazón suyo. Juró que siempre flamearía en los cielos argentinos.

El 27 de febrero de de 1812 cuando en Rosario enarboló la bandera nacional por primera vez, Manuel Belgrano miró al cielo y cumplió su promesa: en quechua A’amya Anqas Yuraq significa Celeste y Blanco.

Ella flamearía en cada rincón de nuestro país y nosotros la defenderíamos con lealtad y honor, tal como él lo hubiera hecho.

Fin.

Catalina Nahiara Sarro, 7º grado, Escuela Primaria Nº. 6.150 Juan B. Cabral, de Sargento Cabral.


La visita

Mi hermano, cuando era pequeño, me contaba que él trabajaba para Belgrano. Al parecer era su amigo imaginario aunque él juraba que lo veía de verdad. Yo lo escuchaba encantada y soñaba con sus historias.

Un día martes estaba caminando cerca del Monumento y lo vi. Al principio pensé que mis ojos me estaban engañando, pero me acerqué más y no lo podía creer. ¡Era el mismísimo Belgrano! En ese momento, recordé a mi hermano contando las divertidas caminatas del “jefe”, pero yo nunca las había tomado en serio. Luego, se me ocurrió que podría estar tratándose de un sueño. Me pellizqué el brazo y no, estaba más despierta que el sol. Llegué y no quise contarle a mamá porque tenía miedo de que pensara que me estaba volviendo loca. Fui rápidamente a mi cuarto a pensar mil razones de por qué Belgrano había aparecido en mi camino. La historia se repetía.

Yo soy una chica que mira series, adicta al celular y muy curiosa. Ustedes me entienden, una persona con una vida como cualquier otra persona del planeta. ¿Por qué encontré a Belgrano? No tenía dudas que era él. Lo había visto en los antiguos billetes y en muchos libros de historia pero nada explicaba el encuentro. Me había concentrado tanto en el tema, que olvidé la tarea. En cinco minutos mamá vendría a controlar que la esté haciendo.

En eso estaba, cuando el sonido de una campana me sobresaltó. Venía del Monumento. Me asomé a la ventana y mi sorpresa fue mayor. Vi o creí ver a Belgrano. Corrí a preguntarle a mamá del sonido, pero me dijo que no, que me dejara de excusas e hiciera la tarea. Volví a mi cuarto confundida cuando noté que había un hombre delante de mi ropero. Me caí al piso. ¡Sorpresa y miedo… era Belgrano!

El hombre dijo que necesitaba mi ayuda. ¿Qué ayuda?, le pregunté tartamudeando. ¿No lo sabes? ¿Acaso no le prestaste atención a las historias de tu hermano? Le dije que algunas veces, era muy chiquita para recordarlas.

Belgrano se sentó en mi cama y habló con voz dulce: tu hermano durante años fue mi amigo, me ayudaba a que los chicos que venían de visita al Monumento se portaran bien. Ahora es tu turno. Pensé muchas cosas. Primero, que tenía que matar a mi hermano por haberme metido en este lío, segundo, hablar despacito para que mamá no notara al visitante y tercero averiguar el misterio.

– ¿En qué te ayudo? Le contesté con un poco de miedo.

– Necesito volver a los billetes de cinco pesos.

– ¿Es broma, no? Me reí nerviosa.

– No. No me voy a levantar de mi tumba doscientos años después para venir solamente a decirte un chiste.

Me quedé callada. Era un prócer, yo le debía respeto. Belgrano siguió hablando.

-Es muy importante estar en un billete. Yo le interrumpí.

-Sí, señor, los billetes son valiosos, sin ellos no tendría nada de lo que tengo en esta pieza.

-Tenés razón, dijo Belgrano, pero más allá de eso, son muy importantes porque las personas que aparecen son gente que merece ser recordada.

-Claro, le dije. El país sigue rememorando a esas personas.

– Pero a mí me acaban de sacar de circulación ¿Tan viejo estaré?

-¿Viejo? … un poco, la verdad estabas bastante feo en ese billete. Yo te sacaría una foto mejor.

Belgrano sonrió. Yo seguí hablando.

– No digas que te van a olvidar. En casa te queremos mucho, sos parte de mi familia. Fundaste tantas escuelas, creaste una bandera hermosa, luchaste por la paz, fuiste la resistencia.

-Me vas a hacer poner colorado.

Pensé cómo ayudarlo, la cuestión me parecía injusta ¿Por qué habían sacado su billete? Luego, me dije, que tendría que llamar a Josefina para contarle de este encuentro, a mi amiga Josefina. Noticias así se viralizan en seguida. Viralizar….

Ya lo tengo, le dije gritando. Voy a crear una encuesta por Instragram y luego una juntada de firmas. Yo no tengo dudas que hay mucha gente que te apoyaría y de paso yo sumaría bastantes seguidores. ¿Instagram? dijo Belgrano ¿Encuesta? Pero de inmediato se calló. Supo que estaba pasado de moda y que no le quedaba otra que confiar en mi adicción a las redes.

¡Señor!, ya debería irse. No acostumbro a hablar tanto tiempo con nadie. Estoy cansada, vuelva mañana y le cuento como va todo. En unos segundos Belgrano había desaparecido. ¿Habré sido irrespetuosa? Me quedé pensando. Es que cuando tengo sueño me pongo así. Ni por los BTS en mi cuarto pierdo el sueño. Pero bueno, haría una excepción y lanzaría la encuesta esa misma noche.

Al levantarme, vi sorprendida que en twitter el asunto ya era trending toping y Belgrano el ser más copado del mundo. Hasta había muchos retratos para los posibles billetes. Me alegré cuando Manuel apareció. Ya le decía por su nombre, había confianza. Le conté que el pedido de la vuelta del billete de cinco pesos había invadido las redes. Hasta el presidente compartió el tweet. Sólo basta que sea oficial.

¡Gracias! Dijo emocionado. Hiciste un trabajo fantástico. Sabía que no me ibas a fallar. Ahora no sólo tengo un amigo… también una amiga. Y Belgrano, desapareció. Tantas cosas me quedaron por decirle. Quería las anécdotas familiares, pero esta vez, contadas por él.

Al día siguiente, desayunamos en silencio con la tele prendida. De pronto, casi me atraganto con la tostada en la boca. En el noticiero decían que los billetes de cinco pesos volverían a las personas gracias a una campaña anónima generada en las redes. Corrí desesperada a la ventana que da al Monumento. No lo vi, pero sabía que podía escucharme. Lo hemos conseguido Manuel.

Mi hermano durante años fue amigo de Belgrano y juntos lucharon muchas batallas, pero ese martes fue mío. Un día para anotar en mi celular con colores, o mejor, con una bandera celeste y blanca.

 

Ambar Pagano, 7° grado, Colegio de Nuestra Señora de Pompeya


Renzo Martínez Conti, 6º Esc.Nº229, Roldán

Conversatorio entre el gran Belgrano y Franco Martínez en el Paraje 29

Con el celu en la mano, leo el wasp con la actividad que me encomendó la seño recordando lo importante que es este año desde lo histórico, el 2020 como el de Manuel Belgrano Miro el almanaque y veo que 20 de junio cae sábado, pensé… qué me gustaría conocer sobre el prócer argentino…cerré los ojos e imaginé la escena…. él y yo dialogando sentados en la galería de la casa de la abu Ani en el Paraje 29.

Franco: -Hola!! Qué tal? Estimado Manuel, si me permite, quisiera hacerle unas preguntas para conocer sobre su vida un poco más.

Belgrano: -Hola Franco, sí ¡cómo no! encantado dialogar con un niño del siglo XXI ¿Qué querés saber?

Franco: -¿Cuál es su nombre completo? ¿Es cierto que tiene tres nombres? Medio largo…¿No le parece?

Belgrano: (riendo responde) -Sí, así es! Mi nombre completo es Manuel José Joaquín del Corazón Belgrano. No pequeño, me gustan mucho mis nombres!

Franco: -¿Cómo se llamaban sus padres? ¿A qué se dedicaban?

Belgrano: -Mi padre fue un gran comerciante, de origen italiano, Domingo Belgrano; mi madre María Josefa González Cáceres, ella era de Buenos Aires. Franquito… ¿Tu mamá a qué se dedica?

Franco: -Ama de casa

Belgrano:– ¡Como la mía!

Franco:-¿Cuándo es la fecha de tu cumpleaños?

Belgrano: -Nací en el mes que señala la mitad del año, en junio, precisamente el 3, en el año 1770. Este año cumplí 250 años… cuánta historia!! En Buenos Aires, pleno centro del país. Nada más que no es como ahora…era similar al lugar donde vivís vos…como una colonia!!

Franco: -¿Y estudió en esa época?¿Qué otras actividades realizó en esa época? porque mucho no había…o sí?

Belgrano: -Pues claro pequeño! Estudié abogacía, economía, periodismo, militar, y sin olvidarme de filosofía…que me ayudó a repensar los hechos, las situaciones que se planteaban en la vida. Todas fueron importantes…pero sin dudas la creación de la insignia Patria es mi mayor orgullo. Ser vocal de la Primera Junta también ocupa para mí un gran lugar en mi memoria…representar a la sociedad! Ni te cuento cuando participé defendiendo a Buenos Aires frente a los ingleses, se me infla el pecho…como a los pajaritos (ríe).

Franco:-Para ir cerrando nuestro encuentro…¿Qué más me podría contar Manuel?

Belgrano: -Un día de febrero, el 27 precisamente se cumplieron 208 años que en orilla del río Paraná, izamos por primera vez la bandera celeste y blanca. Este emblema que nos distinguió del ejército enemigo, que diferenció a nuestro amado país de todas las naciones, y que cada 20 de junio niños y niñas recuerdan bajo juramento de lealtad a la Patria. Lo que espero es que sigan respetando y valorando la Bandera Nacional y haciendo Patria en cada lugar de la república.

Siento el roce de la mano de mi mamá diciéndome al oído, vamos a la cama Agus…que es tarde ya. Abro los ojos y hago caso a lo que me dicen.

Mientras me acomodo en mi cama, pienso como cierro el escrito…y solo pienso…Belgrano murió el 20 de Junio de 1820 a las 7 de la mañana en la casa de su padre Domingo Belgrano, tenía 50 años. Recordaba sus últimas palabras a su amigo Balbín: “Muero tan pobre que no tengo con qué pagarle lo que usted me prestó”.

Cierro este escrito con la expresión… Gracias Manuel por su tiempo, su honestidad y por haber creado lo más valioso que tenemos como Nación, la bandera celeste y blanca que flamea en todo el territorio argentino.

Franco Agustín Martínez,  5to grado de la Escuela N° 1050 Bartolomé Mitre. de Paraje 29 (Departamento Vera).


Freestyle por el Día de la Bandera

En el Día de la Bandera hago un freestyle para expresar la realidad, en el Día de la Bandera fue especial porque Argentina tuvo otra vez otra oportunidad de tener una cultura nacional. Argentina presente con los colores de Belgrano en aquel día fue patrio siempre luchando por nuestros derechos y nunca en vano.

Abril Bomprezzi, 7º grado Escuela Nº658 Fundación San Cristóbal, de Rosario.


Carta a mi amigo Manuel

Pérez, 20 de junio de 2020

Hola amigo Manuel:

¿Cómo estás? Yo emocionado porque voy a prometer lealtad a la Bandera que vos creaste y me encanta que sea de nuestro país porque sus colores representan el cielo.

Esa Bandera que a mí tanto me gusta, vos la izaste a orillas del río Paraná y a mí me gusta izar en la escuela.

Yo sé que vos querías que todos los nenes y nenas fuéramos a la escuela. Tu deseo se hizo realidad y además de agradecerte por darnos la Bandera, también te quiero decir gracias por haber luchado por nuestra Patria y pensarnos libres para que todos podamos ir a la escuela.

¡Chau Manuel! Voy a pensar en vos cuando prometa cuidar y respetar a nuestra Bandera, que creaste y defendiste para que todos los argentinos nos unamos bajo sus colores.

Blas

Blas Sierra, 4º grado Escuela Nº1.209 Provincia de Chaco, Pérez.


Ana Paula Scerra, 6º Esc.Nº229, Roldán

Porque nos llevaba en su corazón

Manuel Belgrano hizo muchas cosas para defender y mejorar la tierra donde había nacido. Dedicó su vida para servir la patria. En ello trabajó sin descanso y con muchísimo empeño y gran espíritu patriótico. Defendió a los campesinos y se preocupó para que se les enseñara el arte de cultivar la tierra, dando dinero para llevarlo a cabo.

Ayudó a fundar un periódico y trabajó como periodista para difundir sus renovadoras ideas durante la segunda Invasión Inglesa. Luchó valientemente para defender la ciudad; participó en los gloriosos días de mayo y formó parte de nuestro Primer Gobierno Patrio como vocal de la Primera Junta.

No le gustaban las armas, las batallas, ni la guerra pero aceptó el nombramiento de jefe de pelotón para combatir a las tropas del rey de España, y se entrenó para luchar por la libertad de su patria.

Le importaba la educación de la juventud, por eso propuso la creación de muchas escuelas, y hasta donó dinero.

Quiso que sus soldados tuvieran un distintivo propio y pidió al gobierno que les permitiera usar una escarapela celeste y blanca.

Con gran ingenio y valor salió victorioso en muchas batallas, como por ejemplo las de Tucumán y Salta. Allí venció por completo al ejército realista, manteniendo ese territorio a salvo del poder español.

Como general del ejército de la patria fue derrotado en otras batallas, pero a pesar de su tristeza, nunca se dio por vencido y como nos llevaba en su corazón nos regaló la bandera, ¡nuestra bandera! ¡La bandera de todos los argentinos! ¡Gracias Manuel Belgrano!

Diego Mendoza, de la Escuela Especial Nº 2038 Siembra de Amor y Esperanza, de San Javier. 


Con muchas ideas

Manuel Belgrano

creador de la bandera.

Hijo de inmigrante

la hiciste con poca tela.

Fuiste un soldado

luchaste por nuestras tierras.

Un político, abogado

y con muchas ideas.

De tu humilde lugar

hiciste todo por la patria

Y así te vamos a recordar

y tu estrella brillará!

Samir Juárez, 4° grado, Escuela N°6.410 Manuel Belgrano, de Cañada de Gómez.


Una calle con su nombre

Hola a todos! Me llamo Elena, tengo 11 años y voy a sexto grado. Hoy quiero contarles que tuve un sueño maravilloso con Manuel Belgrano. Me lo encontré recorriendo las calles de mi pueblo, mi pequeño y querido Bustinza, en la provincia de Santa Fe.

Iba caminando, de pronto me saluda, y dice amablemente:

-Buen día señorita…

-Buen día señor. Le respondí

-He recorrido este pueblo y no he encontrado ninguna calle con mi nombre. 

Me dice algo asombrado.

-Así es (reconocí) ¿Usted es Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano?

El señor movió su cabeza respondiendo afirmativamente.

-Entonces -le dije- le voy a contar: Los alumnos de 6to. de la Escuela 9 de Julio N°255 investigamos su vida y por eso armamos este proyecto. Fuimos a la comuna a preguntar si aquí hay alguna calle con su nombre, a lo que respondieron que no. Pero quédese tranquilo que todos los argentinos les estamos muy agradecidos por sus éxitos y vamos a tratar de que la próxima calle que se abra en el pueblo lleve su nombre.

Elena Rey, 6º grado, Escuela Nº 255 9 de Julio, de Bustinza


Alma Salguero, 6º Esc.Nº229, Roldán

La bandera del amor

En Wheelwright, provincia de Santa Fe, vivía un campesino llamado Manuel Belgrano de 27 años de edad. Trabajaba en el campo frente al río donde del otro lado vivía Ámbar, la bella hija de Don Gregorio, el dueño de la estancia vecina.

Una tarde en la que Manuel descansaba de su jornada laboral a orillas del río, vio a Ámbar lanzando piedras al agua y quedó encantado por su belleza, pero sabía que sólo podía mirarla desde el otro lado del río ya que nunca se atrevería a hablarle, contemplaba su belleza día a día desde el otro lado del río.

Pasó el tiempo, y en una fiesta del pueblo él y Ámbar se cruzaron, Manuel la saludó con la voz temblorosa por los nervios y ella le sonrió. En ese momento se dio cuenta de que Ámbar era tan bella por dentro como por fuera y se enamoró. Se propuso ante todo y a todos demostrarle su amor aunque sabía que esta sería una tarea realmente difícil porque su padre jamás la dejaría estar con un campesino.

Una mañana le envió un ramo de flores, al otro día una carta de amor y así día tras día un nuevo regalo pero sin obtener respuestas, aún así Manuel no desistió y siguió con su objetivo, conquistar a su amor.

Pasaron los meses, seguía sin respuestas hasta que un día José, un amigo que trabajaba en la estancia donde vivía Ámbar le contó que quien recibía los regalos era Don Gregorio y que así como los recibía mandaba a desecharlos inmediatamente para que Ámbar no pudiera verlos. Fue entonces que Manuel pensó día y noche qué hacer frente a esta situación y se le ocurrió crear una bandera donde le escribiría a Ámbar todos los días palabras de amor, la llevaría a orillas del río para que ella pudiera verla y así conquistarla.

Esta bandera, con hermosas palabras de amor, llegó al corazón de Ámbar y la conquistó. Pero su padre se oponía como Manuel pensaba a esta relación.

Ámbar entristeció ya que no podía ver a Manuel y un día enfermó. Su padre asustado, mandó a llamar al médico del pueblo ya que era una joven muy sana y fuerte, nadie entendía porque se había enfermado, así de repente, fue entonces que el médico le dijo a Don Gregorio que su hija había enfermado de dolor, a Ámbar, le dolía el corazón. Don Gregorio sin ninguna otra opción para su hija, llamó a Manuel, que llegó con su bandera y Ámbar sanó su corazón.

Jeremías Leguizamón, 6º grado, Escuela Domingo Faustino Sarmiento Nº 451, de Wheelwright


En su niñez

Había una vez un niño llamado Belgrano, era muy amable y tenía una niñera, con ella cocinaba pastelitos.

Su comida favorita eran las empanadas de la abuela. pero un día hubo un terremoto y destruyó, junto a la casa, el horno de la abuela; y sin horno no se podría cocinar la receta de las empanadas que tanto les gustaban a Belgrano.

Pero la abuela le dijo que en cualquier lugar se podían cocinar las riquísimas empanadas, así que se mudó con Belgrano y sus papás, y con el horno de la casa cocinaron unas ricas empanadas.

Fin

Joaquín Iñigo Sánchez, 6° grado, Escuela ECEA N°1321, de Rosario.


La patria te proclama

La patria te proclama,

a su más grande cortesano

Y por eso te venero…

Gran Manuel Belgrano.

 

Desfilan los soldados,

con invasores fichados,

que quedan asombrados,

ante hombres armados

con ojos desorbitados

juran la insignia, aliados.

 

Santino Baima, 5° grado, Escuela de Jornada Completa N° 6276 General Don José de San Martín, de Aguará Grande (Departamento San Cristobal).


Sus virtudes

Cuando la señorita nos invitó a escribir sobre Manuel Belgrano, pensé: ¡qué aburrido! ¿Qué se puede escribir sobre él que ya no lo hayan escrito antes los historiadores? Y siguiendo las sugerencias de mi maestra, empecé a leer más sobre su vida. Me dije…lo mismo de siempre… fue abogado, economista, periodista, político, diplomático y militar argentino y bla bla bla… pero me detuve en algo que me llamó la atención, decía: “De destacada actuación en la actual Argentina”. Y recordé que la seño también dijo que resaltemos las virtudes de Belgrano, que según parecía, eran muchas.

¡Y ahí sí que me sorprendí! Traté de comprender por qué fue ejemplar como abogado, político, economista, y encontré que sobresalió por su honestidad. Fue militar destacado, y claro, ahora comprendo, primero se preparó, estudió, conoció otras realidades, y nunca le faltó humildad para dirigir y dar órdenes. También pude leer que su actuación fue importante en Paraguay y en el Alto Perú. Eso debe significar que fue muy generoso, que no tenía egoísmos, porque no pensaba sólo en su tierra y en sus compatriotas, seguramente tenía un espíritu muy solidario.

También creó escuelas, y eso, aunque los niños digamos que es un plomo, ¡sí que es bueno! Y no sólo las creó, sino que escribió un proyecto para que tuviéramos educación gratuita y obligatoria. ¡Fue el primero que pensó en eso, era un adelantado entonces! Le preocupaba el futuro, él decía que para ahuyentar los vicios, lo mejor era educar al pueblo. ¡Yo creo que tenía razón! También leí que donó el dinero que había ganado por sus batallas para crear más escuelas. ¡Qué pena que eso nunca se logró! Si lo supiera Belgrano… Otra de las cosas que defendía era la industria local. Él estaba convencido de que no se debían importar productos, que cada país debía producir y elaborar, por eso proponía ayudas para los artesanos, los industriales, los agricultores. A esto lo escuché hace poco también, que es preferible transformar la materia prima que producimos y después exportarla. ¡Qué acertado estaba Belgrano! ¡Y eso que sus pensamientos ya cumplen doscientos años! ¡Era muy valiente además! Porque cuando querían destituir al Virrey, él se plantó diciendo que si no renunciaba, ¡él mismo se encargaría de derribarlo!

Y muy fiel a lo que pensaba, es decir, actuaba con coherencia, porque mucho antes fue capaz de desobedecer las órdenes de los ingleses que querían que les jurara fidelidad. Y también a Rivadavia le desobedeció, y gracias a eso, después ganó dos batallas.

Al final, no fue tan difícil encontrar las virtudes de Manuel Belgrano… Resumiendo, puedo nombrar algunas como humildad, honestidad, coraje, valentía, decencia, dedicación, compromiso, y seguramente fueron muchas más.

¡Ah! Hablando de Manuel Belgrano me olvidé de contar algo, casi lo único que sabía de él antes de averiguar sus valores. A orillas del río Paraná, donde hoy está la ciudad de Rosario, justo en el Monumento, ¡creó nuestra Bandera! Y ahí sí que demostró ser valiente, no sólo porque estaba esperando el ataque de los realistas con las baterías que había formado, sino porque parece que después, a las autoridades mucho no les gustó la idea y no la aprobaron. Me gusta el nombre que eligió para las baterías, Independencia y Libertad. ¡No fueron casuales esos nombres! Dedicó su vida a trabajar por nuestra libertad e independencia.

Voy a recordar siempre esos valores, especialmente porque ya están un poco olvidados, ¿o a mí me parece? No es muy común escuchar hablar de personas honestas, decentes, responsables, que trabajen por nuestro país y lo amen como lo hizo Belgrano.

¡Gracias, Manuel Belgrano, por el gran ejemplo de vida que nos regalaste! Mi deseo es que algún día se cumplan todos tus anhelos, ¡ahí sí nuestra patria va a ser libre definitivamente!

Melania Pfund, 6° grado, Centro Educativo Radial (CER) Nº 482 San Estanislao, de Villa Eloísa


Agustín Mendoza, 6º Esc. Nº 229, Roldán

“Crear colegios, mi orgullo”

El entrevistado de hoy es el Señor Manuel Belgrano.

-Hola Manuel, me presento, soy Amparo, tengo 11 años y quisiera hacerle algunas preguntas. ¿Lo puedo tutear? Obvio, con todo respeto.

– Sí, como no…

– Antes que nada, ¿me podés decir tu nombre completo?

– Mi nombre es Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.

Para hacer esta nota, Manuel nos invitó a su casa, nos esperaba con unos ricos mates y tortas fritas que había hecho su esposa María Josefa.

– ¿Nos contás un poco acerca de tu niñez?

-Nací hace muchos años, en Buenos Aires, exactamente un 3 de junio de 1770. Vivía con mi mamá Josefa y con mi papá Domingo. Crecí en una familia muy grande, con muchos hermanos.

-¿Qué hacías cuando eras chico?

-Me gustaba como a todos los niños jugar con mis amigos, pero también me gustaba estudiar y por eso fui a la primaria, no todos los chicos de mi época lo hacían. Fui a la escuela, cosa que no era muy fácil en esos tiempos. Allí aprendí los números, las letras y muchas cosas más.

-Y de grande, ¿qué estudiaste?

-Empecé el colegio Real de San Carlos. Cuando fui más grande quería seguir estudiando y para eso tuve que viajar en barco a España, allí cursé mis estudios en las universidades de Valladolid y Salamanca, donde me recibí de abogado.

– ¿Fuiste solo a España, no tenías miedo?

-No, fui acompañado por mi hermano Francisco. Él siempre me cuidó mucho.

-¿Estuviste mucho tiempo en España? ¿Cuándo regresaste?

-Estuve un par de años hasta que pude conseguir mi título y en 1794 regresé a Buenos Aires.

– ¿Cómo encontraste a nuestro país a tu regreso?

-Aquí las cosas no andaban muy bien, nos gobernaba un rey que no era de estas tierras. El pueblo quería ser libre, por eso decidí participar en la primera junta de gobierno de los criollos y realizar muchas tareas importantes para sacar adelante a nuestro país.

-¿Cuál fue tu tarea más importante?

Con la ayuda de muchas personas creamos colegios para todos los niños, inclusive para las nenas que en esa época no tenían tanto acceso a la educación. Crear colegios para mi país es mi mayor orgullo.

Sabemos que Manuel Belgrano hizo muchas cosas importantes, enseñó al pueblo argentino a cultivar sus tierras para que obtengan sus propios alimentos y puedan vivir bien. Ayudó en todo lo que pudo a nuestra patria, fue soldado, general y con un grupo de valientes fue a la guerra para defender a nuestro país.

-Para cerrar la nota quiero que me cuentes bien cómo fue el día de la creación de la bandera.

-Un día mis soldados se encontraban desanimados, pensé en algo que podría incentivarlos y se me ocurrió la idea de crear una bandera que nos identifique como soldados argentinos. La bandera se hizo a principios de 1812 con los colores de la escarapela, celeste y blanca.

– ¡Qué linda idea tuviste!

-Fue un día especial (recuerda Manuel mirando al cielo) el 27 de febrero de 1812 a orillas del río Paraná flameó por primera vez la bandera celeste y blanca que hasta hoy nos identifica como argentinos.

Muchas gracias Manuel. Me gustó mucho conocerte un poco más.

Amparo María Agustini, 6° grado, Escuela de Jornada Completa N°6087 Ciudad de Madrid, de Cañada del Ucle.


Florencia Martínez, 7º Escuela Nº 234, Carcarañá

250 años después

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació el 3 de junio de 1770 en Buenos Aires. Falleció el 20 de junio de 1820, a los 50 años en Buenos Aires. Lo sepultaron en el Convento de Santo Domingo, la causa de muerte fue un edema. Estudió en la Universidad de Valladolid, España. Sus ocupaciones fueron abogado, periodista, político, diplomático y militar. Estuvo en el ejército, su rango fue general.

# Belgrano y la educación: para lograr un equilibrio entre el bienestar material y humano es necesario fomentar la educación. Belgrano proponía:

+Que los niños aprendan letras, conocimiento matemático básico junto con el catecismo.

+La creación de escuelas gratuitas para niñas donde se les enseña a leer escribir, bordar, coser, etc. Antonio Salvadores considera a Belgrano como «el verdadero propulsor de la educación, el verdadero padre de las escuelas primarias en Argentina»

+ Difundir los nuevos principios y prácticas en la materia, proponiendo la creación de una escuela de comercio.

+ Proponía una compañía de seguros tanto para el comercio marítimo como para el terrestre; la necesidad de cuidar caminos, muelles y la creación de una escuela náutica.

+ La creación de escuelas de agricultura primaria para niñas, de hilaza de lana, comercio y náutica.

Muchos de sus proyectos no pudieron realizarse por la crisis política.

A raíz de la victoria en Salta, en 1813, la asamblea constituyente, otorga a Belgrano 40 mil pesos, los cuales dona a cuatro escuelas: en Tarija, Jujuy (Cabe destacar que 191 años después el ministro de Educación Daniel Filmus inaugura la escuela 452 “Legado Belgraniano” en la ciudad de Jujuy), Tucumán y Santiago del Estero y elabora un reglamento, sus puntos principales eran:

.Estableciendo estas escuelas bajo protección inmediata, inspección y vigilancia de los ayuntamientos. El pago de los sueldos se hará por mitad en cada 6 meses.

.La provisión de estas escuelas se hará por oposición. El cabildo (cada 3 años) publicará un aviso convocatorio que se hará saber en las ciudades más inmediatas.

.Se enseñará en estas escuelas a leer, escribir, contar; la gramática castellana y los fundamentos de nuestra sagrada religión y doctrina cristiana.

.Cada seis meses habría exámenes públicos.

.En los domingos de renovación y en los días de rogación pública asistirán todos los jóvenes a la iglesia presididos de sus maestros.

.Se entrará a la escuela desde el mes de octubre hasta el de marzo a las 7am para salir a las 10am y a las 15pm para salir a las 18pm.

.El maestro procurará de inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura al tacto, sentimientos de honor, amor a la verdad y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio a todo los que diga a profusión, y luxo de comer, vestir y demás necesidad de vida.

Reflexión sobre la importancia de la escuela

La escuela, sus conocimientos y aprendizaje en mi persona: cómo hablar de algo con tanta magnitud en mi persona y en las demás. Cómo explicar que una institución tenga tanta importancia. Lugares que nos enseñan educación más allá de lo básico de la escritura, de las matemáticas, de nuestra historia que es tan importante, de la geografía y la filosofía. Nos plantean algo que va más allá, nos enseña a valorarnos como personas. A respetar a los demás. Nos demuestran que no importan la religión, ni la etnia, ni el color de nuestras pieles, ni nuestra orientación sexual. Esas características no nos definen como personas, nos enseña a ver más allá de lo estético. Nos enseña que cada docente, directivo, porteros y alumnos somos un conjunto. Una unidad de personas que aporta un puñadito de arroz al mundo y que por más pequeño que sea es un cambio. Las escuelas públicas te enseñan lo que es una familia no sanguínea. Es aquella que te acompaña, te sigue, te apoya, te da los mejores momentos. Risas con compañeros y maestros, esos momentos que quedan grabados en tu memoria como algo pequeño pero con una gran importancia en nuestros corazones.

Las escuelas son más que un lugar de estudio, para mi persona, la escuela tiene tantos significados que no lo podría describir en una sola palabra. La escuela es aquel lugar que aunque no admitamos, nos gusta, distrae, fortalece y nos da esperanza. Ojalá todas las personas tuvieran las mismas oportunidades de saber lo que se siente estudiar y al mismo tiempo sentirse cómodo y querido en un mismo lugar. La escuela pública es parte de todos nosotros y es algo que llevaremos para el resto de nuestras vidas, es grandioso el sentimiento que nos brindan. No subestimen a las escuelas, en cada una de ellas un puñado de sujetos está cambiando al mundo. Juntos podemos hacer mucho. Juntos podemos lograr que las cosas cambien.

Yamila Ríos, Escuela Secundaria N° 551 Sonia Beatriz González de Rosario. Colaboraron: Maribel García, Ruth Góngora, Natasha Romero, Maite Palacio, Mailen Palacio y Kevin Insaurralde.


Manuel Belgrano tiene quien le escriba


Manuel Belgrano en la mirada de las chicas y los chicos

 


 

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