Una familia rosarina necesitó en diciembre al menos 65.699 pesos para acceder a lo mínimo e indispensable, cerrando el año con una suba del 49 por ciento, según un estudio elaborado por el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) y la diputada provincial Lucila De Ponti. Sin embargo, hubo una desaceleración en el incremento comparado a 2019, cuando aumentó un 56 por ciento.
El Costo de Vida para una familia de los barrios populares de la ciudad trepó en diciembre a 65.699 pesos, lo que significa un aumento del 49 por ciento en el transcurso del 2020. A pesar de la crisis económica generada por la pandemia, este porcentaje de aumento marcó una desaceleración con respecto a 2019, cuando los incrementos alcanzaron el 56 por ciento anual.
El dato se desprende de un relevamiento realizado por la diputada provincial Lucila De Ponti junto al Ceso, el cual registra y compara regularmente el consumo en barrios representativos como Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo.
El estudio indicó que solamente para cubrir las necesidades indispensables de alimento un hogar debe destinar como mínimo 26.641 pesos y un adulto rosarino necesita 8.622 pesos para no caer debajo de la línea de indigencia. En los últimos cuatro años, los productos relevados aumentaron en promedio 287 por ciento. Los mayores aumentos se dieron en carne (+582 por ciento), naranja (460 por ciento), arroz (423 por ciento) y papa negra común (400 por ciento).
Al comparar el Costo de Vida con diferentes ingresos de referencia, el relevamiento evidencia una caída del poder adquisitivo. El salario mínimo, vital y móvil (SMVyM) de 18.900 pesos apenas cubre el 29 por ciento y ya ni siquiera alcanza para las necesidades alimenticias de una familia.
Además, en este sentido el estudio indica que tampoco cubren el costo de vida el salario promedio de un obrero de la construcción (49.234 pesos), de un empleado de comercio (41.906 pesos), y de trabajadores de casas particulares (19.564 pesos) que cubren respectivamente el 75, 64 y 33 por ciento.
“Sigue siendo preocupante que en este contexto difícil de la economía los precios de los bienes esenciales –fundamentalmente de los alimentos– siguen subiendo, lo cual tiene que ver con la enorme concentración que existe en el sector de la producción y comercialización de estos productos”, explicó De Ponti.
Un ejemplo de esto fue la canasta navideña, donde los mismos 8 productos mínimos (pan dulce, sidra, budín, garrapiñada, turrón, atún, lata de durazno y ananá) que en 2019 se conseguían en los comercios de proximidad de los barrios populares por 452 pesos, costaron 932 pesos, marcando un aumento anual del 100 por ciento.
Para la legisladora del Movimiento Evita, en este contexto “las políticas públicas y el trabajo coordinado entre el gobierno nacional y provincial son indispensables para afrontar esta difícil situación”. Y agregó: “Así lo demostró la Tarjeta Alimentar –que permitió ampliar la cobertura de la AUH–, la Tarjeta Única de Ciudadanía, ATP, IFE y otras medidas destinadas a garantizar la asistencia alimentaria, el consumo y la producción”.
“Este año empieza una nueva etapa, donde hay grandes expectativas por la reactivación económica de sectores clave de la producción, donde la vacunación abre una nueva esperanza y donde el Estado debe acompañar a cada santafesino y santafesina a ponerse de pie. La pandemia no terminó, hay que seguir cuidándonos, pero el horizonte muestra signos de recuperación que nos permiten ser optimistas de cara a lo que viene”, cerró.
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