El Concejo Municipal de Rosario aprobó este jueves que se declare como Ciudadana Distinguida de Rosario a la educadora Amanda Paccotti. Entre otras razones de este reconocimiento se destaca “su trayectoria docente y su trascendencia nacional e internacional en la materia”.
En la página del Concejo Municipal de Rosario se precisa que se trata de un proyecto de la concejala Mónica Ferrero, del bloque Socialista, a quien acompañaron sus pares de bancada, Verónica Irizar y Lorena Carbajal; Susana Rueda, de Rosario Progresista; Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista, y Fabrizio Fiatti, de Creo. Aún no se fijó la fecha del acto de distinción.
“Mi admiración por Olga era adoración de verdad, ese pelo blanco… No sé por qué pero siempre la veo con algo celeste. Tal vez sería su guardapolvo, siempre caminando mucho las galerías”, expresó Amanda en una entrevista para la serie Femimasa producida por la Cooperativa de prensa La Masa. La imagen remitía a Olga Cossettini. Las hermanas Olga y Leticia Cossettini lideraron una innovadora experiencia pedagógica conocida como Escuela Serena (entre 1935 y 1950) que marcaría a varias generaciones de educadoras.
También en esa entrevista declararía su indignación por “los abandonos” que afecta a las infancias: “Yo creo que siempre tuve y sigo teniendo, no sé si es cursi, una gran ternura por los chicos. Y siento que les estamos fallando, más ahora, que los estamos abandonando, sobre todo a esos chicos que están comiendo de la basura. No sé cómo podemos seguir aceptando eso. También hay un abandono en otros chicos, que están solos, desde que les festejan esos cumpleaños que son tan impersonales”.
Amanda Paccotti nació en Rosario. Es hija única. Su mamá era ama de casa y su papá ferroviario. Vivieron unos años en Villa del Rosario (Córdoba) y luego en Río Cuarto. Cuando trasladaron a su papá a Rosario, la volvieron a inscribir en primer grado, pero esta vez en la Escuela Carrasco de barrio Alberdi. “Yo parecía Blancanieves y los siete enanitos, de lo alta y grandota que era. Tenía un año más”. A los pocos días la llevan a la dirección, a cargo de Olga Cossettini: “Olga me hace leer y ahí nomás me pasan a primero superior con la señorita Rosita. Nunca me sentí que estaba en un examen ni traumatizada ni nada de eso”.
Se recibió de maestra en la Escuela Normal N°1 de Rosario. Y más tarde ingresó a la Escuela Provincial de Artes Visuales Manuel Belgrano, “cuando estaba en la calle San Martín al fondo, casi esquina Urquiza”. Ahí lo conoce a Rubén Naranjo y lo que define como “un lujo de profesores”: Oscar Herrero Miranda, Osvaldo Boglione, Eduardo Serón, Julián Usandizaga, Carmelina Castellano, Pedro Sinópoli, Hugo Padeletti, Josefa Salinas, Mele Bruniard, entre tantos otros.
Enseñó en la Escuela Integral de Fisherton. Más tarde vivió en Suiza, Perú, donde siguió desplegando una tarea comprometida con la educación pública.
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