El pago de la deuda histórica que dejó Eduardo López y la proximidad de las elecciones, aunque –al menos hasta el cierre de esta nota– suspendidas nuevamente por pandemia, revivieron la figura del nefasto ex presidente. Un club que quiere enterrar ese oscuro pasado.
Durante los eternos 14 años en los que Eduardo J. López estuvo atornillado al sillón de la presidencia rojinegra, las elecciones, al igual que las asambleas y toda pretensión de participación societaria, quedaron relegadas a la figura de farsa, de fantochada. Si alguien osaba acercarse a las inmediaciones del estadio para asistir a alguna de esas actividades, los barras se encargaban de sugerirle vehementemente y sin ningún prurito, que se las tomara inmediatamente del Parque Independencia y sus adyacencias.
Pero en 2008, y gracias a la movida llevada adelante por un amplio y variado espectro del planeta leproso, que incluyó a organizaciones de hinchas y socios, ex jugadores y antiguos dirigentes, la tiranía llegó a su fin. Aunque, como toda tiranía, dejó secuelas y daños estructurales que tardarían mucho tiempo en cicatrizar.
Ahora, aunque los comicios volvieron a postergarse –al menos hasta el cierre de esta edición– al igual que ocurrió en 2020, por las restricciones producto de la nueva ola del coronavirus, las urnas abrirán nuevamente sus bocas para recibir la voluntad popular traducida en votos que determinarán el futuro inmediato de la institución fundada por Claudio Newell, allá por el mes de noviembre de 1903.
Según las fuentes consultadas por El Eslabón, los principales actores en la contienda electoral, aún sin fecha definida, serían la lista oficial, encabezada por el actual vicepresidente segundo Cristian D’Amico, y la boleta que llevará en lo más alto de la nómina el nombre de Ignacio Astore, médico histórico de los planteles profesionales en la década del 90 y principios de los 2000.
Nacho, como se presenta en los inmensos afiches que desde hace semanas fueron copando las paredes de la ciudad, sería el candidato que más chances tiene de captar el voto del socio que está en desacuerdo con la actual dirigencia y que ve, en las otras alternativas, más de lo mismo, ya que tanto Ariel Moresco como Juan José Concina –que hasta el cierre de esta edición no se sabía si finalmente podrá participar de la contienda– formaron parte de las comisiones directivas que condujeron al club en los últimos años.
El maletín de Astore
La mochila que carga Astore, y que para muchos es un peso demasiado elevado para sus aspiraciones de llegar a la presidencia, es claramente su vínculo, casi insoslayable para el socio promedio, con el fantasma de López. Más allá de que no fue el ex propietario del Bingo quien lo llevó a la vida de Newell’s, de los 16 años en que lideró el cuerpo médico profesional, 14 fueron bajo el mandato del barbado. El facultativo, atento a esto, se encargó en la previa de los comicios de tratar de desvincularse de semejante yunque argumentando que estaba desde antes de la llegada de López y que se fue antes del ocaso del mismo. Y que no fue más que un empleado como cualquiera de los que pasaron durante aquella etapa, incluyendo jugadores y técnicos que no cargan con ese cuestionamiento y que hasta algunos alcanzan la categoría de ídolos para muchos de los hinchas.
La silueta oscura, espigada de don Eduardo J., volvió a ganar agenda luego de que, hace menos de un mes, se saldara, después de 13 larguísimos años, la deuda concursal generada por ese hombre que vivía con un cigarrillo en la boca y que atendía a los jugadores en las oficinas de la casa de apuestas y hasta en edificios de medios de comunicación que supo adquirir, o tener bien metidos en el bolsillo, gracias a generosos aportes y apretadas.
Anunciado con bombos y platillos, y efectivizado con un acto en el estadio que contó con varias presencias importantes, el levantamiento del “muerto” que dejó el ya fallecido ex dirigente lo revivió, volvió a instalar su nombre a muy poco de, capricho del destino, una nueva gesta democrática en la institución que presidió entre 1994 y 2008.
Igualmente, hay quienes opinan que la estrategia de ensuciar a Astore puede ser un tiro por la culata. Hace algunos días, en un canal porteño, trataban el tema de las elecciones en Newell’s y un periodista se pasó un buen rato defenestrando al ex médico y actual candidato del MIL (Movimiento Independencia Leprosa), enrostrándole ser el máximo responsable de la histórica goleada padecida por el equipo del Parque a manos de su clásico rival, por 4 tantos a 0. La imagen que acompañaba la teoría esbozada por este pseudo trabajador de prensa, era la de un joven Astore haciendo la universal seña de “traigan una camilla” en pleno césped del Gigante de Arroyito, y que derivó en que la Lepra se quedara en inferioridad numérica obligando al árbitro a dar por finalizado aquel encuentro. “Me parece desagradable que se toque un tema tan doloroso para el hincha como ese, para hacer campaña política”, dijo un socio que participa activamente en la vida política de la institución rojinegra al ser consultado por este semanario, y abundó: “Además, me parece hasta piantavotos para el que lo propuso. Creo que hay más gente enojada con eso que lo que puede haber sacado de beneficio. Si querían embarrarle la cancha a Astore con eso, creo que más gente optó por el enojo para con el que lo hizo, que por el fin que pretendía”. Lo cierto es que el facultativo, en todos los años que sucedieron tras la salida de López, nunca se pronunció sobre aquella nefasta gestión. Por eso la pregunta del millón, y parafraseando al gran Diego Armando Maradona, que supo vestir la camiseta de Newell’s justo antes de que desembarcara López en el Parque, es si la pelota de Astore está tan manchada como para que una buena parte del padrón decida no darle su voto.
De vice a presi
El otro gran protagonista de la contienda es, sin lugar a dudas, el actual vicepresidente Cristian D’Amico, por la lista denominada Frente Rojinegro. En los últimos tiempos, D’Amico se transformó en la cara visible de la Comisión Directiva ante el corrimiento progresivo del presidente Eduardo Bermúdez, que no tenía consenso en el seno de la dirigencia y que protagonizó varios encontronazos con referentes históricos del plantel. Es que para imponerse en las elecciones de 2016, se conformó una alianza en la que, como en todo mal llamado rejunte por necesidad, había más diferencias que coincidencias. Luego de imponerse, sobre todo por el voto de los socios vitalicios, el ex representante de jugadores se animó a decir: «Espero ser el presidente que el día de mañana reciba a Messi”. En 2018, ya casi nadie se acordaba de Bermúdez y hasta los medios porteños cuando se referían a D’Amico, hablaban de “el presidente de Newell’s”.
Además de haber estado al frente del club en el momento en que se terminó de saldar la deuda lopecista, D’Amico se adjudica el ordenamiento de una institución que arrastraba demasiados inconvenientes administrativos de larga data. Lo que se le reprocha, en los pasillos del Coloso en tiempos pre pandemia y en las redes sociales, es la falta de resultados deportivos y el no haber podido consolidar un trabajo serio en divisiones inferiores que vuelva a poner en el lugar que históricamente se ganó la entidad rojinegra: el de semillero mundial de futbolistas.
El nombre que aparece apenas por debajo del de Cristian D’Amico en la lista oficial, es el de José Luis Conde, actual secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Rosario. Conde, que formó parte de esta gestión hasta que renunció para asumir como funcionario del por entonces flamante intendente Pablo Javkin, nunca dejó de participar en la vida política e institucional de Newell’s. Es más, aunque el proyecto del majestuoso hotel de Bella Vista fue obra de los Bielsa, Marcelo en la financiación y María Eugenia en la parte arquitectónica, Conde era el que controlaba el avance de dichos trabajos. Reconocido leproso de ley, el jefe del Ejecutivo local, que en 2012 amagó con presentarse a las elecciones del club de sus amores, fue consultado respecto de si apoyaba alguna de las listas en las próximas elecciones pero tiró la pelota afuera. “Tengo amigos en todas las boletas”, se justificó –palabras más, palabras menos– desde el Palacio de los Leones.
La nómina oficial, además, lleva a dos referentes de la agrupación Hinchas y Socios Autoconvocados, pata fundamental en la recuperación democrática de 2008 pero que en los últimos comicios, al presentarse por afuera de cualquier coalición, terminó en la última colocación.
El tercero en discordia
La otra lista que ya consiguió la habilitación para participar del acto electoral es Movimiento 1974, que encabeza Ariel Moresco, quien asegura que el futuro de la institución está en la explotación de la marca Newell’s. Este abogado, que formó parte de la CD que lideraba Guillermo Lorente y que logró acabar con la tiranía de López, ya se presentó en los comicios de 2016 y asegura ser “candidato a presidente de Newell’s todos los días de mi vida”. Moresco, además, se animó a tirar algunos nombres que llegarían en caso de triunfar a través del voto de los socios, como el de Fernando Gamboa para hacerse cargo de la conducción técnica del plantel profesional, y el de Ricardo Trusendi en la preparación física, con el pergamino de haber trabajado junto a Marcelo Bielsa.
Pero su caballito de batalla se encuadra en el departamento de marketing. Para Moresco, la marca Newell’s “es la más conocida de los clubes de América después de Boca”, y a su entender ese recurso no está debidamente explotado, y enumera como productos altamente exportables, no sólo la camiseta sino el escudo, la birome y todo lo que haga referencia a los colores rojo y negro. “Messi, Maradona, Martino, Pochettino, Bielsa, son ultra reconocidos en el mundo y hay que aprovecharlo. Es una forma de levantar económica y financieramente a la institución”, se encargó de remarcar ante cuanto micrófono tuviera cerca en el curso de su campaña.
¿Juega o no juega?
Al cierre de esta edición, y con la suspensión confirmada tras el anuncio de los gobiernos provincial y municipal de nuevas medidas de restricción para atacar la segunda ola del Covid-19, no se había resuelto la situación de la lista que encabeza Juan José Concina, que recusó la decisión de la Junta Electoral de revocar su candidatura argumentando que no cumplía el requisito estatutario de antigüedad en su carácter de socio pleno. Pese a esa incertidumbre, Concina, que también formó parte de la CD actual hasta que se bajó en enero de este año a través de una misiva en la que de paso anunciaba que se iba a presentar a elecciones con la flamante agrupación UNEN (Un Equipo para Newell’s), y criticaba fuertemente “el liderazgo individualista” de D’Amico, se las ingenió para aparecer en medios deportivos porteños de gran alcance y presentar allí su programa de gobierno en caso de que, primero lo dejen presentarse y segundo conseguir los sufragios necesarios para imponerse en la disputa electoral. Y allí sacó a relucir su ancho de espada: Abel Balbo. “El proyecto de todo el fútbol será conducido por él, desde la Primera hasta la última división infantil”, remarcó Juanjo, y se envalentonó: “El principal objetivo es clasificar todos los años a una copa internacional”.
Adiós fantasmas
Las cartas están echadas. Aunque falte definir la nueva fecha, las y los socios leprosos volverán a participar del mayor y más noble acto democático, ese que vieron vapuleado durante 14 eternos años. Si será D’Amico, Astore, Moresco o Concina (si es que la justicia falla a su favor), el tiempo y los votos lo dirán. Lo que tiene que dejar de sobrevolar definitivamente y para siempre en el cielo rojinegro es el fantasma del barbado ex dueño del bingo y del circo que tanto daño le hizo a la vida social y política del viejo y glorioso Newell’s Old Boys.
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