El Canaya no despega, ni siquiera con la llegada de Carlos Tevez, recibido por el Gigante con indiferencia. Perdió, sin merecerlo, 1 a 0 ante Gimnasia de La Plata, en el inicio de la fecha 5, y continúa entre los del fondo de la tabla.

Pasadas las 17.30, Carlos Tevez pisó con indumentaria canaya las instalaciones del Gigante de Arroyito, ahora para su debut oficial como DT. Horas antes de eso, el entrenador italiano Antonio Conte (hoy en el Tottenham de Inglaterra), le mandó saludos con un video que el club de Arroyito publicó en sus redes sociales.

En la previa, también lo felicitó la Juventus, donde el Apache jugó una final de Champions. Y la institución sorteó indumentaria con la firma del ex delantero y flamante DT. El periodismo porteño recordó que a unos 300 kilómetros, por la Ruta 9, existe un club que se llama Rosario Central, y le dio pantalla. Con el foco puesto (casi exclusivamente) en Carlitos.

Cuando el estadio Maracaná hervía por el gol de Brasil ante Uruguay en el Mundial del 50 –lo que transitoriamente los convertía en campeones–, el capitán y emblema de la Celeste, Obdulio Varela, le lanzó a los suyos “los de afuera son de palo”, y luego revirtieron el resultado. Para el hincha Canaya, las expectativas generadas por los externos en torno a su nuevo técnico, no se tradujeron en las tribunas. Sí comentarios en charlas, los infaltables chistes, opiniones de pesimistas y optimistas. Pero los cuatro costados del Gigante alentaron a los suyos igual que en la fecha anterior que se jugó allí, cuando aún Leandro Somoza ocupaba el banco.

En cuanto a los futbolístico, vale decir dos cosas: Central no mereció perder el partido ante el (por ahora) líder Gimnasia. Esto no significa que jugó bien ni mucho menos. Y la otra: es prematuro analizar las pretensiones del nuevo entrenador, que tuvo menos de una semana de laburo. El ingreso de Mateo Tanlongo, para el doble cinco con Walter Montoya, resultó interesante. Hay que verlos un poco más. Y por el costado, Lautaro Blanco y Marcelo Benítez fueron lo más peligroso en ataque.

Más allá de cierta falta de juego, el Canaya empujó. Lucas Gamba cabeceó casi en las manos del arquero Rodrigo Rey, y pasó cerca. El delantero tuvo otra chance, pero no logró un tacazo certero. En el segundo tiempo también intentó Gino Infantino con un remate apenas arriba. Y un centro envenenado de Blanco, que el zaguero Leonardo Morales intentó rechazar, dio en el palo.

En la primera parte, los dirigidos por Néstor Gorosito llevaron peligro en los pies de Ramón Sosa, quien en una jugada con varias opciones de pase atrás, eligió patear al primer palo, pese al poco ángulo, y la tiró arriba. Pero el atacante paraguayo se cobró revancha a los 33’ del complemento, cuando tras recibir una gran asistencia de Brahian Aleman –de gran presente– la bajó con calidad, y apenas cayó la pelota en el piso definió cruzado. Gol del Lobo, en el momento en que lo mejor del auriazul empezaba a extinguirse.

De esta manera, el equipo de Tevez padeció la falta de claridad arriba, con la que a él tan bien le fue con los cortos puestos. Otro dato, y último: el equipo recibió silbidos, pero no hubo insultos a coro del estadio para la comisión directiva, que no se salvó en el último partido disputado en Arroyito, ni siquiera ganando.

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