La era de Internet libre: ¿futura democracia o mero negocio?

Navegar en internet abre puertas y ofrece oportunidades nunca vistas. Se puede acceder a la información, comunicarse, buscar trabajo y estudiar. Acciones que durante siglos fueron privilegio de una élite aristocrática, hoy están al alcance de todos, gracias a la web y su inmensa capacidad de ofrecer contenidos gratuitos.

Un tema, el de la gratuidad de internet, que ha sido abordado recientemente por expertos de todo el mundo. La última contribución es de Renato Parascandolo, ex director de Rai Educational, titulada «Internet: opinión de masa y economía de lo gratuito». En ella, el autor se enfoca especialmente en dos aspectos: el primero es el fin del debate público, visto como una verdadera catástrofe; el segundo es la economía de lo gratuito, descrita como «un modelo de negocio basado en la publicidad, que proporciona a Google y Facebook una capitalización de varios cientos de miles de millones de dólares y márgenes de beneficio inimaginables para cualquier otra empresa en la historia del capitalismo».

Si bien aquí la gratuidad de internet se ve como un aspecto negativo, es imposible no mencionar también algunos aspectos positivos. Los mismos modelos de negocio basados en la publicidad descritos por Parascandolo ofrecen la oportunidad de acceder a información libre y abierta, con recursos educativos y culturales disponibles para todos. 

Diferente es el caso del marketing de la gratuidad, que ofrece servicios, contenidos y productos gratuitos con el objetivo de fidelizar al cliente. Un ejemplo claro es lo que ocurre en el mundo del gaming, un pilar de la nueva economía argentina, con tragamonedas en línea gratuitas de los principales productores internacionales accesibles para todos en cualquier momento y sin costo alguno. Esta estrategia no solo atrae a nuevos usuarios, sino que también crea un vínculo más fuerte con la marca, aumentando las posibilidades de que estos se conviertan en clientes pagos en el futuro.

Volviendo a temas generales relacionados con internet, en la red es posible encontrar software de código abierto y licencias gratuitas que impulsan la innovación colaborativa, la relación y la colaboración con la comunidad, invirtiendo también en la participación democrática en el desarrollo, la política y la opinión.

Solo queda una gran pregunta: ¿el acceso a internet está realmente disponible para todos de la misma manera? En nuestro país, sí. El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) de Argentina presentó los logros y resultados de las políticas de conectividad implementadas desde principios de 2020 hasta finales de 2022. Durante este período, se registraron más de 11,2 millones de accesos a Internet de banda ancha en todo el país, lo que representa un aumento significativo en la accesibilidad al servicio y garantiza condiciones de igualdad en todo el territorio. En cuanto a la fibra óptica, se registró un incremento del 229,8% respecto a 2019, pasando de alrededor de 940.000 a más de 3 millones de accesos. Este crecimiento se atribuye a las políticas del Gobierno Nacional y del Enacom, incluyendo la inversión en la Red Federal de Fibra Óptica (Refefo) para reducir la brecha digital y fomentar el desarrollo de proveedores minoristas, cooperativas y Pymes.

Es aquí, entonces, donde se debe trabajar para hacer del acceso a internet un derecho universal. Y para abrir a todos las posibilidades de acceder a la democracia del futuro y a la economía de lo gratuito.