Veinticinco años de un medio independiente es un milagro que debemos festejar. En un país donde la libertad de expresión está claramente esmerilada el desafío de contarte lo que pasa sin filtro habla de la pasión y la esperanza inquebrantable de quienes mantienen su fe en el futuro. Asumen sin especificar la defensa de la argentinidad porque no hay paz, progreso ni prosperidad sin respeto a la verdad. En veinticinco años reíste, lloraste, creíste. Dudaste y volviste a creer. Alguna vez tu fe tambalea, es humano. Buscás una voz que cuenta lo que pasa. Lo que te duele. Pero, ¿creciste o sumaste años?

Esa pregunta define hoy la realidad de los argentinos. Los periodistas que se llaman serios, entrevistadores oficiales del poderoso de turno ponen en jaque a politólogos y sociólogos, esperan con ansiedad la respuesta de lo que no se atreven a preguntar. Su defensa de otros intereses colisiona con tu dolor. ¿Hasta cuándo resiste la gente? ¿Hasta cuándo? Esos periodistas olvidaron que son gente, para ellos no hay despidos ni suspensión. Aumentos ni desalojos. Su devoción por servir al que manda los nubla, y tienen recompensa. El programa con la entrevista intimista para conocer al hombre o la mujer detrás del cargo.

¿Cuánto dormís, Mauricio? ¿Te gusta la pasta o el asado?

¿Por qué llamas así a tus perros, Javier?

¿Estás enamorado de ese icono de los 90?

La vida te lastima en un silencio ensordecedor. Nace el nuevo gen argento. El indignadito. El que tiene las pruebas que leyó en redes sociales y las grita con pasión. Y en cada grito desangra su ignorancia para ser cada día más miserable y más rico al opresor.

No tolero más la corrupción peronista por eso voto a otros corruptos porque no son peronistas. Pero radicales, liberales, macristas, independientes te enseñan rápidamente que el fin de mes se adelanta 20 días. Que las ventas que caen son un sinceramiento de la macro. Que el que duerme en la calle o come de la basura es alguien que no se esforzó. Por eso, como dicen los chinos, que a veces son comunistas y en algunas ocasiones nos prestan plata, las lágrimas de hoy son la risa de mañana.

Algunos medios, cada vez menos, saben que el mañana se construye con todos, que el futuro es con la frente alta y sin lágrimas. Que en la esperanza hay pasión sin lágrimas. El Eslabón, definitivamente cree y busca un futuro. Aportá lo tuyo. Aprendé la diferencia entre el Jamoncito y la Paleta Sanguchera y vas a comer rico y seguido

Por una Patria libre de humo 100 años de El Eslabón.

Cien años de voces críticas unidas por la justicia.

Cien años por la libertad de expresión de los que piensan igual, parecido y distinto.

Por cada periodista que ama su profesión y no piensa en el negocio.

Publicado en el semanario El Eslabón del 07/09/24

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