“Esta película es el fruto de un deseo colectivo”, señalaron los cineastas rosarinos Leandro Rovere e Ignacio Sánchez Ordóñez. El film documental La zorra y la pampa se exhibirá en el cine El Cairo este sábado a las 20.30.
En un fragmento del poema Líridas del libro Fuerte como la muerte es el amor, Diana Bellessi expresa:
serena crispación que se deshace, como
plumitas pequeñas tras las alas y todo
es ahora, el tiempo para siempre, pa’ delante
Y para atrás como la plaza en esta hora de Zavalla
cuando pasa un tren carguero y ocupa el pueblo
entero
La sonrisa enorme de la gran poeta de Zavalla tras el sube y baja de la manivela de la zorra abarca toda la pantalla del cine y su voz ronca afirma: “Esto es maravilloso chicos”.
Bellessi tiene ojos de fuego, voz de cascada y el recuerdo de su infancia cuando viajaba en tren desde Zavalla a Rosario “con un abono baratísimo. No es como ahora, que hay que viajar en esos colectivos horribles”.
La poeta nacida en Zavalla en 1946, es una más del espinel de protagonistas que hilvana la película documental La zorra y la pampa en su recorrido que va desde Rosario hasta la localidad de Plomer, en la provincia de Buenos Aires.
Una buena manera de contar
Desguace, desidia, olvido, marginación, desmemoria, ninguneo. Durante la segunda mitad del siglo XX el Estado nacional en conjunto con los provinciales se abocó a desmantelar poco a poco el sistema ferroviario que conectaba a todo el territorio nacional. Esa decisión se aceleró en la década del 90 del siglo pasado cuando Argentina era gobernada por el presidente Carlos Saúl Menem.
Así fue que los pueblos y ciudades cuya actividad económica y social giraba en torno a la estación del ferrocarril quedaron relegados a lo largo y ancho del país. El país contaba con casi 50.000 kilómetros de vías y era una de las más grandes redes ferroviarias del mundo.
Entonces, ¿cuál es la forma de contar todo este sistema encadenado de injusticias sin caer en un relato lacrimógeno? ¿Cómo se hace para relatar la inacción estatal ante una actividad tan importante para cualquier país del planeta como lo es el desarrollo ferroviario?
Los cineastas rosarinos Leandro Rovere e Ignacio Sánchez Ordoñez, fueron los que descubrieron la mejor de las maneras. Construyeron una zorra y se animaron junto a los habitantes de una serie de pueblos y ciudades de la pampa húmeda –que quedaron aislados cuando el tren dejó de pasar– a lanzarse a andar nuevamente por esas vías y realizar un documental en el que se muestre y se demuestre que el tren para una importantísima cantidad de personas fue, es y será clave en sus vidas.
Además, para la construcción del elemento ferroviario que da vida a este documental y nutre las ganas de volver a viajar en tren, Rovere y Ordoñez (que también protagonizan el film) encontraron al “Geppeto” que le dio vida a la zorra. Se trata del ingeniero mecánico Jorge Mario Gil, que en su taller Metalum construcciones fue modelando pieza por pieza la máquina que edificó este verdadero sueño.
Un deseo hecho realidad
“Soy de una generación que no tuvo la posibilidad de viajar en tren”, expresó Leandro Rovere y añadió: “Siempre me llamó la atención; siempre me gustó. En otra época, tuve la posibilidad de conocer a Pepe Gamboa en Coronel Bogado. Pepe había sido ferroviario y lo habían echado en los 90. Me impactó que su familia convirtió su casa en una estación de trenes y a ellos les encantaba recibir gente, hacer charlas y sobremesas. Era un lugar donde pasaba mucha gente. A él lo adopté prácticamente como un abuelo y resultó que una vez estuvimos en España y viajamos juntos en tren allá. Entonces ahí me surgió la pregunta: ¿por qué yo no puedo viajar en tren en mi región? Teníamos que hacer algo con esa falta y eso fue lo que nos impulsó a construir la zorra”.
Para Rovere, la falta del tren en esas localidades es “una huella de la ausencia y muchas poblaciones se han adaptado a esas ausencias, pero siempre están presentes y en las personas más grandes aparece el relato de lo que significaba el ferrocarril cuando funcionaba. El tren es como un abuelo que falleció sin que lo conocieras, sin conocerlo te despierta afecto. Hay mucho amor por el ferrocarril, desde lo afectivo y lo vincular”.
Por su parte, Ignacio Sánchez Ordoñez sostuvo que “en las poblaciones hay un vínculo profundo con el tren que al no estar deja la sensación de que falta algo. El ferrocarril para esta región es parte de la identidad, de las historias familiares y de los recuerdos de la infancia. Hay un deseo unánime de que algún día vuelva a ser parte de la vida diaria”.
“Esta película nace de las ganas de viajar en tren. La zorra es la materialización del deseo de los pobladores de esta región de volver a viajar en tren. Nos tocó a nosotros hacer esta película, pero es realmente el fruto de un deseo colectivo”, concluyó Sánchez Ordoñez.
La filmación de la película documental comenzó en 2018 e involucró a más de 90 personas a lo largo de su trayecto que se extendió por 16 localidades. Los protagonistas van desde ferroviarios hasta poetas, quienes hicieron avanzar la zorra por más de 390 kilómetros.
Su argumento lógico y principal gira en torno al modo de vida de esas localidades cuando el ferrocarril era un actor principal y las consecuencias que trajo que ya no funcione. Pero además también aborda problemas aledaños como la tecnificación agraria y las enfermedades consecuentes; además del inevitable éxodo de la vida campesina a la urbana.
El largometraje contó con el apoyo de Espacio Santafesino del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Fondo Nacional de las Artes, Crédito ADERR, la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario.
Publicado en el semanario El Eslabón del 19/10/24
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