Pagura, de destacada trayectoria y defensor de los derechos humanos, murió este lunes al mediodía en Rosario tras padecer una infección en un pie. Sus restos serán velados en el Concejo Municipal desde las 18.
La agencia Prensa Ecuménica, dio a conocer este lunes la noticia a través de un comunicado, en el que afirmaba que alrededor de las 12.10 de este mediodía falleció el Obispo Federico Pagura en la ciudad.
El escrito cuenta que el obispo metodista “fue internado el sábado 4 por la noche por una infección en un pie, y dada la gravedad de la situación esperaban un desenlace rápido, pero posteriormente tuvo una buena reacción al punto que el domingo se esperaba que podía salir adelante mediante una limpieza de la infección”.
“En el atardecer del domingo un parte médico especificó que se había agravado la situación. No mejoró y un sobrino de Pagura, Luis Britos, informó al pastor Anibal Sicardi, de la Iglesia Metodista Central, que había fallecido”, revela el comunicado.
Por su parte, el Concejo lamentó «profundamente» el fallecimiento de Pagura y puso a disposición el salón Puerto Argentino para velar los restos del obispo a partir de las 18 y hasta las 24 de este lunes, reanudando la ceremonia este martes desde las 8 y hasta las 14.
«Cabe recordar que por su conducta sobresaliente y por haber brindado todo en beneficio del prójimo, realizando una tarea ejemplar en defensa de los derechos humanos en los difíciles tiempos del terrorismo de estado, el Concejo Municipal lo declaró en 1994 Ciudadano Ilustre de Rosario», recordaron los ediles en un comunicado.
En tanto, se reprogramó para el próximo lunes 13 en el mismo horario (17.30) el debate sobre el tarifazo que iba a tener lugar este lunes en el Palacio Vasallo.
Desde las oficinas de la Iglesia Metodista recordaron a Pagura repasando su trayectoria:
Nació el 9 de febrero de 1923 en Arroyo Seco, Santa Fe. Se recibió de maestro y luego de obtener la licenciatura en teología, fue ordenado pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA) en 1950.
Realizó estudios de post-grado en Union Theological Semminary, de Nueva York 1948-49 y en la Escuela Teológica de Claremont, California. Ambas instituciones ecuménicas le influyeron en lo que Pagura llama “su afirmación y vocación ecuménica, que es característica de todo su ministerio”.
Su esposa Rita, con quien tuvo dos hijos, fue su secretaria y encargada de relaciones públicas. De padre vasco-español y madre valdense, acompañó su ministerio y su vida pastoral de tal modo que Federico Pagura siempre incluía un plural cuando hablaba de su ministerio: “Estábamos predestinados al ecumenismo”.
Ejerció el obispado en Costa Rica y Panamá y fue elegido obispo, la máxima autoridad de la IEMA, en 1977. Fue una voz invalorable que denunció y actuó contra la última dictadura militar en el país. Fue uno de los integrantes de la comisión nacional que investigó las desapariciones de personas (Conadep) cometidas por la dictadura. El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Argentina fue otro de los espacios donde ejerció su compromiso.
Como obispo ejerció durante doce años. Ya emérito se radicó en Rosario, donde el Concejo Deliberante lo declaró ciudadano ilustre. En este tiempo fue referente obligado de proyectos de paz y derechos humanos. Un libro con sello del CLAI refleja su biografía.
Fue figura relevante del Consejo Mundial de Iglesias y el Consejo Latinoamericano de Iglesias.
Pagura fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Toronto, Canada, en humanidades y por la Universidad De Paul, Indiana, en divinidades, es también Premio Mauricio López, por el Consejo Nacional de Iglesias de USA en 1997.
El trabajo musical de Pagura es extenso. Se le atribuye el “primer tango evangélico”, llamado la marsellesa evangélica, con el título “Tenemos esperanza”.
