Mientras el ministro de Economía de la provincia de Santa Fe, Ángel Sciara, reconoció oficialmente la moratoria declarada en torno del pago de la obra pública contratada por la administración binnerista, legisladores de la oposición se pronunciaron en términos muy duros: “A esto nos condujo la irresponsabilidad de un gobierno que gritaba a cuatro vientos que no le importaba gastar y que no le preocupaba tener las cuentas en rojo”, disparó el diputado provincial justicialista Mario Lacava. Lo cierto es que el titular de la cartera económica justificó la medida unilateral, que por ahora intenta conciliar con las empresas contratistas, en que la recaudación “está planchada”, luego de haber anunciado con bombos y platillos el incremento de los ingresos fiscales del Estado provincial en numerosas oportunidades. Nada de esto pasó desapercibido entre los trabajadores estatales de ATE, quienes salieron a “recordar” al gobierno los acuerdos alcanzados a principios de este año en las reuniones de paritarias.

Salvo que se trate de mera propaganda de gestión, el Ministerio de Economía de la provincia de Santa Fe anunció en al menos cinco oportunidades –en los últimos ocho meses– el aumento de la recaudación fiscal, tanto en concepto de coparticipación federal como en base a tributos propios. Este martes, sin embargo, el titular de esa cartera, Ángel Sciara, declaró que “la recaudación está planchada”, para explicar el por qué de la moratoria en los pagos de obra pública, que ya fue comunicada a las empresas contratistas. El jefe del equipo económico de Hermes Binner intentó desentrañar la paradoja de que a más fondos más planchada la recaudación esgrimiendo porcentuales de inflación sobre los que no citó fuente: “(Hay) una economía con un proceso inflacionario con más del 20 por ciento”, señaló al voleo Sciara, sin precisar si se trata de una ponderación anual o si el cálculo apunta a ser aún más aventurado.

El 10 de setiembre de 2008, el gobierno de Binner anunció a través de su oficina de comunicación que “en la comparación interanual, el dinero que logró recaudar la provincia el mes pasado (por agosto de 2008) fue en un 32 por ciento superior a lo que había ingresado a sus arcas en el mismo período del año pasado (por 2007). La subsecretaria de Ingresos Públicos de la provincia, Teresa Beren, argumentó esa performance sin ambages: “Este comportamiento se debe a tres elementos que incidieron en el nivel de recaudación: un gran esfuerzo de la administración tributaria, una mayor inflación y el crecimiento económico”. De tal modo que la variable que Sciara usa para justificar la presunta “plancha” sobre la recaudación, su subalterna la utiliza para celebrar el incremento de la cosecha de recursos.

El 7 de noviembre de 2008, sin que la comunicación tuviera alguna connotación negativa, la Subsecretaría de Ingresos Públicos del Ministerio de Economía anunció que “de enero a octubre de 2008 la recaudación impositiva de la provincia creció un 30,17 % respecto de 2007”. Lo más parecido a la descripción de un logro, acaso con cierto tono propagandístico, pero sin dudas un logro que se explica más adelante en el parte de prensa oficial: “La provincia recaudó en el mes de octubre más de 283 millones de pesos, lo que suma un total de 2.736 millones en lo que va del año… La recaudación impositiva de la provincia de enero a octubre de este año representa un incremento interanual del 30,17 por ciento. En tanto, sólo en el mes de octubre la provincia percibió un 21, 48 por ciento más que en el mismo mes de 2007”. Parecía que las cosas andaban bien.

Un mes más tarde, el 12 de diciembre de 2008, un parte de prensa oficial del gobierno provincial informaba que “Teresa Beren, señaló que «las metas para el corriente año (2008)» en cuanto a recaudación impositiva «serán cumplimentadas al situarse la recaudación agregada en torno de los 3.300 millones de pesos», tal como lo anunciara el gobernador Hermes Binner a la Legislatura en oportunidad de elevar el proyecto de Reforma Tributaria”. Más autoelogios surgían, menos plancha se podía llegar a vaticinar. Incluso para aquellos que aún defienden la llamada –y frustrada– Reforma Tributaria e insisten con reimpulsarla, la declaración de Beren descarta que la caída haya sido producto del fracaso parlamentario de los cambios propuestos, porque “las metas alcanzadas” para 2008 prescindieron de la abortada herramienta fiscal.

El 9 de enero de 2009 el entusiasmo de la administración socialista respecto del comportamiento de la recaudación fiscal ya rozaba el clímax: “La recaudación superó en 330 millones de pesos lo presupuestado por recursos propios para 2008”, fue el título elegido para celebrar que “en 2008, la recaudación por Ingresos Brutos creció un 35,64% respecto de 2007”. Un dato, la propia Teresa Beren destacó que “el impuesto a los Ingresos Brutos representó un 70 por ciento de la recaudación”, por lo que esa performance recaudatoria incidía fuertemente en la masa total recaudatoria.

Ya el 8 de abril de 2009 el gobierno de Binner anunció que “por ingresos brutos, el principal tributo provincial, en el primer trimestre de este año (2009) se recaudaron 610 millones de pesos, un 23,4 por ciento más que la recaudación correspondiente al mismo período del año anterior”. La ponderación, vale destacarlo, tiene apenas un mes, de modo que habría que inferir que la plancha comenzó su faena en ese período. Sciara no lo mencionó en la ceremonia de lanzamiento del Pacto Federal Fiscal, donde compartió el proscenio con su colaboradora Beren y el gobernador Binner.

Lo que sí fue adelantando Sciara una semana más tarde, el 15 de abril de 2009, fue “la posibilidad de emitir bonos para financiar la obra pública”. El ministro, al desmentirse a sí mismo negando que estuviera pensando emitir una cuasimoneda, usó frases que, para los modos algo herméticos del binnerismo, resultaron bastante reveladores: “La provincia no piensa emitir cuasimonedas; no hay ninguna razón para hacerlo… Previo a eso tenemos un largo trecho que recorrer con otros instrumentos que hacen a la administración financiera de la provincia, como mejorar la recaudación propia y controlar el gasto, sobre el que estamos poniendo especial énfasis en este momento, fijando prioridades y estableciendo un cronograma para el resto de los gastos y la obra pública de modo que no se pare”. Nada adelantó sobre planchados, pero ya se percibían nubes en el horizonte que la propaganda no pudo disipar.

En aquella oportunidad, y al ser consultado sobre la posibilidad de que el gobierno de Santa Fe estuviera estudiando “la alternativa de emitir bonos destinados específicamente a la financiación de obra pública, pagando el correspondiente interés por esos recursos”, según rezaba otro comunicado oficial, Sciara dijo que “la movilización de excedentes financieros que están atesorados e inmovilizados le hace muy bien a la actividad económica en general”. Bonos, no moratoria, pero habría que preguntarle al titular de la Cámara de la Construcción, Ricardo Griot, si el ministro ya les había advertido que ni soñaran cobrar a 60 días sus certificados de obra, como marca la ley y no los usos y costumbres del equipo económico. Por ahora los empresarios dicen que no habrá despidos en el sector, lo mismo que decían los metalmecánicos antes del ajuste en las terminales automotrices.

Sciara no quiso dejar la sensación de que la reprogramación de pagos fue una medida unilateral: “Esto ha sido producto de una reunión consensuada con los contratistas… estamos todos sufriendo las mismas circunstancias de la crisis. Y los empresarios no le pueden pedir al Estado lo que ellos mismos no pueden hacer con sus propios proveedores y contratistas”, explicó. Lo que no precisó es si la propuesta de reprogramación tiene alguna chance de ser rechazada por los contratistas. Si así no fuera, se trata de una medida unilateral que en buen castellano se denomina moratoria.

Oposición inflada

Mientras Sciara se esmeraba en zafar de la incómoda situación en que se encuentran las finanzas provinciales, el diputado Lacava se apuró a decir que las críticas que se venían formulando a causa del rumbo económico de la administración socialista se confirmaron de pronto: “Se dio lo que anticipamos, el déficit fiscal impuso a Binner la convocatoria de acreedores, en este caso para proveedores y obra publica”.

El legislador opinó que la suspensión y diferimientos de pago a proveedores y contratistas de obras públicas no se justifica de modo alguno: “Binner recibió una provincia ordenada, con 1.600 millones de pesos en plazo fijo, y durante 2008 obtuvo una mayor recaudación que se ubica en 28% mensual (promedio) por encima de lo previsto. Con un despilfarro pocas veces visto, se gastaron todo lo que tenían en gastos corrientes que hoy ya están fuera de control, lo que condujo a que las finanzas públicas estén en rojo y ahora pretendan que la irresponsable fiesta socialista, lo paguen todos los santafesinos”.

Lacava, además, indicó que “en la actividad privada, cuando no se pueden pagar las deudas, se entra en convocatoria de acreedores o la quiebra, y en el Estado pasa algo parecido. Si las deudas no se pueden pagar en tiempo y forma como ocurre hoy, se convocan a los acreedores y se negocia suspender o diferir los pagos. Hoy el ministro Sciara ha anunciado la mala noticia: el gobierno no puede pagar a proveedores y contratistas y reprograma pagos como ocurre en una convocatoria de acreedores”.

En ese sentido, el diputado santafesino, que este jueves brindará una conferencia de prensa en Rosario con su colega Silvina Frana en torno de este tema, sostuvo que “las consecuencias de esto no son difícil pronosticar: se retardará o no habrá más obras públicas (hospitales, escuelas, dispensarios, comisarías, salones de usos múltiples, rutas, etc.), con el consiguiente desempleo y pérdida de fuentes de trabajo y la obra pública y proveedores encarecerán sus productos en dimensiones poco conocidas. A esto nos condujo la irresponsabilidad de un gobierno que gritaba a cuatro vientos que no le importaba gastar y que no le preocupaba tener las cuentas en rojo”.

El diputado justicialista puntualizó que “ahora, ante la convocatoria de acreedores que se acaba de anunciar, se viene el turno de los bonos basuras, los endeudamientos y el aumento de los impuestos”. Y remató: “Frente a ello, una inquietud surge sola. ¿Si no paran con el despilfarro de esta fiesta socialista, lo que se tocará próximamente serán los sueldos de los maestros, enfermeros y empleados? Espero sinceramente que no lleguen a tanto, aunque la duda está instalada”.

Los estatales ya hacen fila

Tras conocerse las declaraciones del ministro de Economía de la provincia, y aún sin saber que el gobierno nacional le acaba de otorgar un 15% de aumento a los estatales nacionales, los trabajadores de ATE salieron a “recordar” al gobierno provincial los acuerdos alcanzados a principios de este año en las reuniones de paritarias.

El titular de ATE Santa Fe Jorge Hoffman, explicó que “la economía argentina es errática y así como la recaudación descendió este mes puede subir el mes que viene”, y ratificó que “en las actas paritarias el gremio se reservó el derecho de volver a discutir salarios para poder mantener el poder adquisitivo”.

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