¿Es Egipto, Túnez, Libia? No father, Wisconsin, iu es ei.
¿Es Egipto, Túnez, Libia? No father, Wisconsin, iu es ei.

Miles de personas tomaron el edificio del Parlamento al grito de “Vergüenza, vergüenza”, “Esto es una república bananera”, “Esto es un golpe de Estado”. Y no es para menos: la ley que recorta derechos laborales fue aprobada entre gallos y medianoches, a través de un subterfugio repentino y con los diputados que se oponían huidos y en otro Estado. Los ecos de las rebeliones árabes llegaron lejos y bien al norte. Hasta Wisconsin, Estados Unidos: la pretendida democracia ejemplar devenida Banana Republic según sus propios ciudadanos.

Arde el norte de África y parte de Medio Oriente, pero la autodenominada Gran Democracia del Norte no se queda atrás en materia de fuegos, iras e insultos. Luego del tramposo “acuerdo” aprobado por los legisladores republicanos de Wisconsin, que recorta los derechos de negociación sindicales, miles de personas se manifestaron contra el plan impulsado por el gobernador republicano Scott Walker. Apenas una primera consecuencia del triunfo de la derecha en las elecciones de medio término, un castigo para Obama, que incumplió la mayoría de las promesas y desató una ola de desilusión, pero fundamentalmente un castigo para los empleados públicos, que verán gravemente cercenados sus derechos sindicales más básicos.

No es el único estado en el que se avasalló derechos sindicales básicos. Idaho se sumó a Wisconsin, Indiana y Ohio al aprobar una norma similar, que priva a los 12 mil educadores sindicalizados de la posibilidad de discutir aumentos de salarios en el marco de una negociación colectiva.

Desde hace tres semanas, trabajadores públicos, estudiantes, policías, bomberos y obreros realizan enormes movilizaciones en Madison, capital del estado de Wisconsin, en rechazo a las políticas oficiales de ajuste presupuestario y reducción de derechos laborales.

La propuesta Walker fue aprobada por 18 votos a favor y uno en contra, y es calificada por el diario The Washington Post como una decisión brusca, acelerada y que tomó por sorpresa a los legisladores demócratas.

Apenas los trabajadores conocieron la noticia de la tramposa y poco democrática aprobación de la ley salieron a las calles y se manifestaron frente al edificio del Congreso estatal: “Esta es nuestra casa. Fuera”, gritaron.

La trampa de los republicanos consistió en separar el proyecto de ley antisindical del resto del paquete de medidas fiscales. De esta manera lograron sortear la exigencia de mayorías especiales, siendo que los 14 diputados huyeron al estado Illinois para bloquear el acuerdo. Toda una lección de democracia de quienes andan por el mundo dando clases del buen uso de ese sistema.

Las manifestaciones en Wisconsin despertaron cientos de actividades solidarias y respaldos de personalidades, como es el caso de la escritora y activista social Naomi Klein, autora de las obras No Logo y La doctrina del Shock. Para la intelectual, los proyectos de leyes antisindicales en varios estados norteamericanos son “un ataque frontal a la democracia y una especie de golpe de estado corporativo”.

Las protestas en Wisconsin, que llegaron a aglutinar a 100 mil personas, se multiplicaron por casi 20 estados, y son consideradas las mayores medidas de fuerza de los últimos 30 años.

El destacado cineasta Michael Moore consideró las protestas masivas en EEUU como la versión estadounidense de la rebelión popular en Egipto.
 

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