“Estamos en un mundo con muchas dificultades”, dijo este miércoles, en declaraciones a la emisora capitalina LT10, el gobernador Antonio Bonfatti. Se refería a la situación del mundo en general, y fue la frase con que introdujo las desventajas que padece la provincia, en comparación con la nación, para defenderse de los embates de la economía global.

“La Nación tiene salidas a partir de emitir bonos, títulos, tomar dinero del Anses o del Banco de la Nación. Y así va pateando la cosa hacia delante. Las provincias dependemos de nuestros ingresos y, a su vez, la recaudación propia tiene que ver con si adecuamos o no los ingresos, que es el problema que hemos tenido en los últimos años en nuestra provincia”, dijo.

Bonfatti tiene varios frentes abiertos y otros que comienzan a asomar en el horizonte cercano y una sola respuesta: Reforma tributaria. “No estamos en momentos de vacas gordas y es necesario salir de esta coyuntura. Estamos haciendo justicia con la reforma que presentamos en la Legislatura, de una vez por todas tenemos que sincerar algunas cosas. Lo hemos hecho gradualmente”

En ese sentido, precisó que el impuesto inmobiliario, “que siempre orillaba el 22 o 23 por ciento de los ingresos, hoy es apenas el siete por ciento. Creo que debe ser uno de los más justos, porque es el impuesto al patrimonio”.

Volvió a expresar, además, la posibilidad de tomar deuda, aunque aclaró que “no para gastos corrientes”, sino “para saldar viejas deudas sociales. No puede ser que en el siglo XXI haya personas sin cloacas o sin agua potable”, manifestó.

Se mostró confiado en poder cumplir con los salarios: “Hasta ahora estamos llegando, esperemos tener la misma situación hasta fin de año”, pero asumió la realidad de que en función de ese compromiso, el ritmo de inversión estatal en obras no será el mismo.

“Por la obra pública no se puede cortar un servicio. Y la obra pública que está en marcha está a un ritmo que no es el deseado. Parada, absolutamente parada, no creo que haya en la provincia. Con un ritmo muy lento, están todas”, admitió.

“Hemos dado un aumento salarial en febrero, de lo cual nos sentimos orgullosos –agregó–; ese incremento del 21 por ciento significó 2.500 millones de pesos. Esa suma no está presupuestada, por lo tanto hay que sacarlo de algún lado: lentificar la obra pública. No hay otra posibilidad”.

Este martes, Bonfatti encaró el problema del pago a las constructoras con una propuesta que fue calificada como “superadora” por parte del titular de la Cámara de la Construcción, Adrián Dip, quien se comprometió a dar una respuesta en los próximos días.

Y el tiempo arrecia. La deuda de 250 millones que mantiene la Provincia tuvo primero el derivado lógico de un atraso en el pago de sueldos a obreros y luego, una serie de despidos masivos que pusieron al gremio de la construcción en pie de guerra.

Este miércoles, la Uocra salió a manifestarse ante la sede de gobernación en Rosario por el millar de despidos que viene soportando el sector desde inicios de este año.

«Hace dos meses pedimos una reunión al gobernador para sentarnos a ver que está pasando con los despidos en la obra pública en especial y no hemos tenido contestación”, ilustraba en horas de la mañana el titular de la seccional rosarina del gremio, Sixto Irrazábal.

“Todos lo días tenemos compañeros sin trabajo y no vemos solución. Hay empresas que avisan que van a entrar en convocatoria la semana que viene porque no se les está pagando y no pueden soportar sus pagos. Ya se les va a complicar esta quincena y dicen que van a empezar a despedir porque corren riesgo de entrar en convocatoria», explicó el dirigente, quien advirtió además que programan un cese de actividades para la semana próxima.

Justamente para evitar una profundización del conflicto es que el gobierno propuso un nuevo esquema de pago de la deuda a las constructoras, que en lo inmediato deben afrontar el pago del medio aguinaldo a sus trabajadores y responder al aumento salarial del 24 por ciento acordado en la paritaria nacional de la Uocra.

No obstante, en la entrevista de este miércoles concedida a LT10, el gobernador aclaró que las empresas constructoras “tendrán que adecuar el ritmo de la obra a la posibilidad de pago que tiene la provincia”, mensaje que sumado a aquel de “lentificar la obra pública” no habrá de sonar muy esperanzador para el oído sindical.

En cuanto a los otros oídos, el de los gremios estatales que piden por la reapertura de las paritarias, Bonfatti apeló a una ambigüedad más propia de su antecesor, Hermes Binner: “Las podemos abrir a pedido de partes en cualquier momento, lo cual no implica que vamos a considerar aumentar salarios porque si ya estamos en dificultades no podemos sumar mayores problemas”, dijo.

Fuentes: Lt8, Lt10, Rosario 12

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