Pedro Tomás González, hermano de una militante social desaparecida durante la dictadura cívico militar declaró este viernes en Paraná que la Iglesia lo defraudó como institución y recordó que cuando fue a la Nunciatura de Buenos Aires para averiguar por el paradero de su hermana desaparecida, «nos trataron igual que en el Ejército».

González, relató este viernes ante el TOF de Paraná que investiga delitos de lesa humanidad cometidos en el oriente entrerriano, que su hermana, Norma Beatriz Noni González fue secuestrada en septiembre de 1976, en un operativo conjunto del ejército y la policía de Entre Ríos cuando salía de trabajar en el supermercado «El Picaflor» de Gualeguaychú. “Soy cristiano, pero como institución, la iglesia me defraudó”, dijo el testigo cuando recordó el papel que cumplió la Iglesia durante la última dictadura militar.

El testigo recordó que acompañó a su madre a Buenos Aires para averiguar en la Nunciatura sobre el paradero de su hermana, que había sido militante de la Acción Católica.

“Allí nos trataron igual que los militares. Nos pidieron el número de documento, y nos dijeron que si sabían algo nos iban a avisar», relató.

«Era lo mismo que en el ejército”, insitió González antes de recordar que su madre se incorporó a las Madres de Plaza de Mayo de Gualeguaychú e hizo gestiones para establecer el paradero de su hija ante organismos de derechos humanos, en la Conadep y en Brasil.

Otro hermano de la desaparecida, José Luis, que también testificó hoy, relató que a mediados de 1977 el diario Crónica publicó que en un operativo del Ejército se había detenido a subversivos y daba un listado en el que figuraba Noni.

“Como lo publicaron a nivel nacional, teníamos la esperanza de que estuviera detenida”, reconoció.
Recordó que un tiempo después consiguieron una reunión en Buenos Aires con el ministro del interior, el general Albano Harguindeguy y que“antes de ingresar nos revisaron por completo, con desprecio y nos hicieron sentar custodiados».

Siguió recordando que, cuando ingresó Harguindeguy a la sala dónde lo esperaron, su madre le dijo que Noni había aparecido en la lista de detenidos que había publicado un diario porteño y le preguntó si sabía qué había sido de ella, dónde estaba.

«El fríamente respondió: ‘Señora, no tengo ninguna novedad. Se pueden retirar’, pero mi madre le imploró: ‘Ministro, quiero que entienda mi situación». González recordó que Hardindeguy le contestó:»Si en este momento están deteniendo a un familiar mío, yo no lo sé”.

“Sé que a mi hermana la secuestró la dictadura, de eso no tengo dudas”, recalcó González. Y cuando la presidenta del tribunal, Lilia Carnero, le preguntó si aún espera a su hermana, el testigo afirmó: “por supuesto que sí. Sería más simple contestar que seguramente está muerta, pero no”, dijo en medio del sepulcral silencio de la sala.

Como numerosos militantes de la Acción Católica, Noni González se había integrado luego a la Juventud Peronista. Trabajaba en el ya mencionado supermercado «El Picaflor» de Gualeguaychú y era la novia de Raúl Rodera, un detenido político que permanecía alojado en la Unidad Penal de esa ciudad.

Después de trabajar, Noni iba a los barrios pobres de Gualeguaychú a ofrecer su solidaridad a gentes que la necesitaban y también visitaba a Raúl y buscaba contener a otros presos políticos, auxiliarlos, dijeron sus hermanos.

En la audiencia de hoy también declaró el ex agente de sumarios de la policía de Gualeguaychú, Hipólito Irigoytía, quien admitió haber recibió una denuncia por la desaparición de Norma Beatriz González.

El policia reconoció también que en esa época «se hacían operativos conjuntos entre la policía y el Ejército» y que él mismo participó de “cuatro o cinco allanamientos”. Cuando el tribunal le preguntó por qué detuvieron a Noni González, dijo que debió haber sido “porque era peronista de izquierda”.

Los jueces le repreguntaron ¿qué es ser de izquierda?, Irigoytía respondió: “ser de izquierda era no concordar con la idea de nosotros”.

El ex juez Correccional de Gualeguaychú, Benito Agustín Siboldi, que también declaró hoy, recordó que la familia González le presentó un habeas corpus por Noni, pero «todos los oficios dieron negativos”.

“En esa época se trataba de hacer una cosa pseudo-legítima. El golpe militar cambió el sistema y comenzaron a realizar cosas ocultas, de noche”, agregó.

“En la cárcel informaban que los presos estaban a disposición del Poder Ejecutivo, pero no había orden judicial”, continuó diciendo. “Todo era extraño. Sin ningún tipo de cobertura jurídica iban y secuestraban, como cualquier delincuente secuestra a gente común”, graficó.

El ex magistrado recordó que una vez vio un operativo para detener a alguien a las 11 de la mañana. “Lo vi por la ventana de mi estudio, había un uniformado que estaba armado, pero bajé la persiana”, dijo al reconocer que no tenía jurisdicción para intervenir porque la competencia era del Juzgado de Instrucción.

 

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