El roquero fue entrevistado en Uruguay y, entre otras cosas, se refirió al cacerolazo: “Me dio mucha gracia ver en Corrientes y Callao, y en La Recoleta, donde todo es muy paquete, una manifestación de señoras con abrigos de piel”.
“En general creo que Cristina está haciendo lo que puede bastante bien”, sostuvo el eterno García en la nota que publicó este jueves el diaro El País, de Uruguay, y agregó: “Lo que pasa acá es un poco extraño porque parece que los que están disconformes son los de la clase media y no hay un partido político opositor que sea fuerte”.
El cantautor, que confesó estar esperando un piano rojo que le obsequió la firma Gibson, y que colocará en el living de su casa, habló de su presente artístico. «Escribo mucho, viene la música y la anoto. Otros necesitan un estudio de grabación; yo voy al hueso, ¡el único problema después es descifrar mi letra!», señaló entre risas, y acotó: “Cada vez estoy más entusiasmado. Voy agregando elementos a la música que hago. Ahora estoy tocando con una orquesta, ya no es un grupo de rock, somos once. Estoy experimentando”.
En cuanto a su salud, el músico deslizó: “Medicamentos tomo muy pocos, ya por suerte pude dejarlos, porque si bien te calman ciertas cosas, te taran y te vuelven más lento. Después hago kinesiología para mover las manos y andar bien de las piernas. Y nada más. No hago terapia, además muy pronto voy a estar liberado de la Justicia, el juzgado y todo eso que te ponen cuando pasás un período así… ¡El Estado te vigila! ¡Pero muy pronto voy a ser completamente libre! Estoy muy contento”.
En otro sentido, Charly habló de la muerte y recordó a su gran amigo Luis Alberto Spinetta. “Mirá, ¡la muerte no me gusta nada! No soy una persona que piensa morbosamente en ella. No tiene ningún tipo de seducción para mí. Es el fin de todo, de alguna manera. No soy creyente, no creo que existe una sobrevida, ni creo que uno se muere y va al cielo o al infierno, o reencarna. O sea, sólo pienso en eso que llamamos Dios cuando se va alguien muy cercano o estoy en una situación desesperada. Pero racionalmente no me entra en la cabeza que exista alguien poderoso que decide nuestro destino. Me parece que tenemos un margen de definición de nuestros actos bastante grande como para caminar nuestro propio camino”, remarcó García, y añadió: “Lo del Flaco fue tremendo, porque éramos amigos y además yo siempre lo admiré. Era una persona muy noble, muy humana, por ahí nada que ver con la música que hacía, que era muy complicada. Él era muy simple, bondadoso, humilde. No pensé que se iba a morir… fue un shock bárbaro”.
Fuente: Diario El País, de Uruguay