Con los tres homicidios acaecidos en las últimas 48 horas, Rosario arranca el año a la cabeza en las estadísticas nacionales de muertes violentas con 18 casos en 23 días, superando así su promedio del 2012. El último caso se dio este mismo miércoles, cuando un adolescente fue asesinado a balazos en Nuevo Alberdi.

El homicidio de esta mañana se produjo en el mismo barrio donde hace dos semanas fueron atacados a tiros tres militantes del Movimiento Evita al quedar en medio de un enfrentamiento entre bandas que se disputan el territorio para el comercio de estupefacientes. El joven fue identificado por la policía como Fabián Andrés Romero (18), y fue hallado en el lugar por un menor de 14 años.

El de Romero, si bien se hallan en investigación otras hipótesis de su móvil, se suma a la seguidilla de homicidios y demás hechos violentos asociados al narcotráfico en distintos barrios de la ciudad.

El vínculo narcotráfico-violencia ha sido denunciado hasta el aborrecimiento desde distintos sectores políticos y sociales y nunca del todo reconocido por las autoridades provinciales. Cuando mucho, el grado de exacerbación de la violencia ha merecido de estas últimas tibias consideraciones sino chicanas oportunamente retrucadas al sector opositor.

En el mes de enero, más allá de los renombrados casos de muerte vinculados al narcotráfico, se han registrado otros especialmente escalofriantes bajo diversas circunstancias.

El sábado pasado, en las inmediaciones del Patio de la Madera, un cuidacoches de 23 años fue asesinado por otro “trapito” con el que aparentemente se disputaba el lugar de trabajo, de cinco puñaladas.

Al día siguiente, una madre de 27 años y su hija de 4 fueron asesinadas a cuchilladas y mazazos en la zona del Triángulo, para sustraerles una consola de videojuegos, mismo día en que un hombre de 59 años, trabajador en un horno de ladrillos, fue asesinado en otro punto de la ciudad para robarle la moto.

El lunes se sumó otra muerte a raíz de un hecho violento, la de Agustín Abud, el adolescente de 17 años que había sido golpeado con un adoquín hace una semana en barrio Refinería.

El martes último otros dos jóvenes fueron asesinados: uno de ellos, atacado a balazos por la espalda en la zona sur; el otro, apuñalado en el denominado barrio 5 de Agosto. La primera línea de investigación en ambos casos fue la ya tradicional «ajuste de cuentas».

La lista siguió este miércoles con el mencionado caso de Nuevo Alberdi y coloca a Rosario al frente en las estadísticas que recaban las cifras de muertes por hechos violentos a nivel nacional. El 2012 cerró con más de 180 víctimas de homicidios, un promedio de un muerto cada dos días. En lo que va de 2013, la ciudad se ha esmerado en superar la marca y a 23 días de comenzado el año ya duplica aquel registro.

Reduccionismo o no, los números vienen a apuntalar de una u otra forma las aseveraciones que pululan y que son comidilla como nunca de medios de alcance nacional –sobre todo a partir de los incidentes por los que se suspendió el clásico el domingo pasado– que hablan de una virtual pérdida del control de la seguridad por parte del gobierno socialista.

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