Foto: Sebastian Granata/Télam.

La celebración del Bicentenario del Combate de San Lorenzo se convirtió en campo de batalla electoral. Sectores medios de esa ciudad, algunos vinculados al intendente radical Raimundo, abuchearon al vicepresidente Boudou, quien respondió con palabras del ex presidente Alfonsín cuando fue silbado en la Sociedad Rural. El día que los tolerantes y dialoguistas acudieron a la intolerancia como práctica política.

Los festejos por los 200 años del Combate de San Lorenzo reunieron en el Campo de la Gloria de esa ciudad a miles de santafesinos, dispuestos a participar el domingo por la tarde de una jornada festiva.

Tras la carga de caballería que emuló la gesta sanmartiniana en suelo argentino llegó el turno de los discursos. El primero en hablar fue el intendente local, el radical Leonardo Raimundo, quien destacó el mensaje de San Martín “por la unidad nacional en la diversidad y la tolerancia”.

Le siguió el gobernador Antonio Bonfatti, quien pidió tener “una estrategia compartida” y recordó que “San Martín y sus hombres son una fuente de inspiración” para “coordinar fuerzas y esfuerzos”.

Reclamó al gobierno de la Nación trabajar junto a la provincia y prometió que la Santa Fe lo haría del mismo modo con los municipios. “Convoco a la unidad y al trabajo conjunto”, dijo, y más adelante insistió con que “tenemos que unirnos y trabajar en conjunto”.

Sin embargo, el mensaje no llegó nítido a los seguidores de Raimundo y a otros sanlorencinos que participaron del acto. Como le ocurrió a Hermes Binner el 20 de junio de 2011 –cuando compartió el palco con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en plena campaña electoral por la Presidencia– las manifestaciones políticas se colaron en la “celebración protocolar”.

En aquel momento el socialismo culpó al kirchnerismo de “politizar” un acto patrio con los silbidos al entonces gobernador. Este domingo, el blanco de los abucheos y silbidos fue el vicepresidente Boudou, cuya sola mención en la voz del locutor del acto recogía silbidos y “expresiones de descontento”.

Los “descontentos” eran personas de clase media, algunas vinculadas al intendente Raimundo que corearon “Leo, Leo” luego de que el jefe comunal terminara su discurso. Otros simples ciudadanos molestos por escuchar el apellido Boudou por los parlantes. A esa hora, antes de que hablara el vicepresidente, los tolerantes y dialoguistas daban clase de intolerancia y falta de respeto.

En respuesta a Raimundo y Bonfatti, Boudou dijo que “no hay proyectos locales sin proyecto nacional y no hay proyecto nacional sin proyecto latinoamericano. Esto nos enseñó el general San Martín no sólo con palabras sino también con sus acciones militares”.

A esa hora, los silbidos y abucheos casi impedían oír las palabras del vicepresidente, quien repudió la “camita” tendida por el oficialismo local recordando, justamente, a un radical. “Un gran presidente dijo que es una actitud fascista no escuchar lo que otros tienen para decirnos”, parafraseó a Raúl Alfonsín, quien se defendió así de los silbidos que recibió en la democrática Sociedad Rural.

“Ese gran presidente –siguió Boudou– luchaba contra las corporaciones y eso es lo que nos enseñó nuestra presidenta y lo que nos enseñó Néstor Kirchner”.

Los gritos siguieron, Boudou esforzó su voz hasta el límite para continuar su discurso y terminó diciendo: “Formamos parte de un gobierno lleno de amor que tiene mucho para dar y el acompañamiento del pueblo. Viva San Martín, viva la Patria”.

Este lunes, el diputado Agustín Rossi dijo que los gritos “no fueron espontáneos, no me quedan dudas de que fue algo preparado”.

Los tolerantes se habían comido al caníbal.

 

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