Alrededor de cien mil canayas se reunieron espontáneamente en el Monumento a la Bandera, tras el partido que devolvió a Rosario Central a la máxima categoría del fútbol nacional. La cifra gigante fue confirmada por autoridades municipales. Luego de tres años de sufrimiento, los hinchas auriazules convirtieron la ciudad en una fiesta. Referentes históricos del Club manifestaron su alegría por el ascenso.

Cerca de cien mil personas se hicieron presentes en el Monumento a la Bandera, para festejar el ascenso de Rosario Central. La cifra estimada fue confirmada por las autoridades de la Guardia Urbana Municipal, y los jefes de la seccional 2º.

El jefe de la GUM, Gustavo Franco, señaló que si bien «es difícil hacer una estimación, porque había mucha gente en la calle, en las avenidas”, se calcula que “en el Monumento hubo unas 100 mil personas».

El funcionario municipal rescató que «para la cantidad de gente que estuvo festejando no tuvimos que lamentar grandes incidentes».

En tanto el jefe de la seccional policial, Ramón Fernández, coincidió con la cifra estimada por la GUM.

Luego, el plantel de Central que arribó a la madrugada fue recibida por una multitud de hinchas en el aeropuerto internacional de Fisherton.
Los jugadores se bajaron del avión e inmediatamente se subieron al micro de Empresa Argentina que los aguardaba en la pista. La delegación se trasladó en caravana hasta el predio del club en Arroyo Seco.

Repercusiones de la victoria

Entre los miles de rosarinos que se congregaron para festejar el ascenso canaya, se encontraba el ex jugador, actual concejal e ídolo histórico de la hinchada auriazul, Aldo Pedro Poy.
En este sentido, Poy dio su testimonio: “La fiesta me emocionó totalmente. Agarré el auto fui con mi familia, mis hijos, mis nietos y la gente brotaba. Nunca dejaba de llegar gente.”, dijo emocionado el autor de la mítica palomita.
Al respecto dijo que se trató de “otra manifestación popular extraordinaria que siempre provoca Central en forma espontánea”, describió la leyenda canaya.

Como mensaje hacia el futuro, Poy consideró que «ahora no hay que aflojar, hay que seguir, tratar de ser campeón, y después prepararse para el año que viene, que será un paso difícil aunque Central está preparado porque es un gran club, tiene una hinchada extraordinaria y un patrimonio importante», concluyó.

Por su parte, Eduardo Chacho Coudet habló desde Estados Unidos y manifestó: “Es una satisfacción enorme. Estamos donde debemos estar, de donde nunca debimos habernos ido”, tiró.

Coudet contó que desde el exterior no se perdió ningún partido del torneo. Luego sostuvo que » como hincha lo que tenemos que exigir es tener un equipo competitivo, acorde a lo que es el club. Ahora, con los nuevos ingresos, seguramente lo volverá a tener. En su momento, a Miguel lo trataron de loco cuando dijo que para no descender, había que traer a tales jugadores. Por eso, confío en él», cérró.

En tanto la intendenta Mónica Fein se sumó al festejo y reveló su identidad centralista, según explicó porque sus hijos son hinchas del Club de Arroyito. “Fui parte de esa alegría”, dijo la mandataria.
Fein describió como “maravilloso” lo de este domingo y dijo que la masiva celebración demostró que se puede “disfrutar con alegría” y sin violencia. “Que vuelva el clásico es muy importante para la ciudad”, agregó.

Para Fein, “la ciudad está muy feliz”, y consideró que el ascenso canalla “cambia el humor” en las calles y lanzó un mensaje de no violencia: “El fútbol nos debe unir a todos”.

Épica canaya

Rosario Central logró en la noche del domingo el ascenso a Primera División tras derrotar a Gimnasia y Esgrima de Jujuy con un contundente 3 a 0, después de cambiar su propuesta en el segundo tiempo, donde encontró los goles y el delantero Javier Toledo se convirtió en el héroe de la noche, para desatar una gran fiesta en el Norte del país y en simultáneo, en la ciudad de Rosario.

El delantero convirtió goles para todos los gustos en el complemento: de cabeza a los 2 minutos, y dos minutos después definió frente al arquero Lucas Hoyos, y a los 10 minutos sacó un tremendo zapatazo que dejó sin reacción al golero jujeño.

La hinchada canaya que dijo presente en gran número, alrededor de 10 mil simpatizantes, colmó todas las ubicaciones disponibles, y copó de alegría la ciudad del norte tras la victoria.

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