Explosion_Rosario
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Los candidatos y candidatas de las distintas listas expresaron su conmoción. | Foto: Télam 

Sobrevivientes de la tragedia de calle Salta intentan «volver a la normalidad» a un mes de la explosión. Familiares de las víctimas y ciudadanos autoconvocados llevarán a cabo una nueva marcha del silencio este viernes a las 20.

Tres sobrevivientes de la explosión del edificio de Salta 2141, ocurrida la mañana del 6 de agosto por un escape de gas, contaron cómo cambiaron sus vidas luego de la tragedia, la solidaridad recibida y la necesidad de conseguir «justicia por nuestros muertos».

Médico obstetra y ginecólogo, Néstor Ferlatti tiene 48 años y hasta las 9.30 de la mañana del 6 agosto vivía en el 4to piso del edificio que da al frente de calle Salta 2141 con su hijo Enzo de 4 años y su mujer, Alicia Oliva.

«Abro la puerta del palier y venía un muy fuerte olor a gas, cerré la puerta y lo que recuerdo después es que estoy parado sobre los escombros de mi departamento y mi mujer con Enzo en los brazos», contó.

Con los recuerdos borrosos, Ferlatti dijo que estuvo inconsciente, que rescató con su esposa a Enzo de 4 años de los escombros, pero que esa situación se la recordó Andrea que estuvo «siempre lúcida».

El padre de Andrea que vivía en el departamento contiguo falleció como consecuencia de la explosión.

Un mes después de aquella mañana, el médico afirmó que «hay una cosa buena y una mala».

«Estamos recuperando la salud después de tan terrible catástrofe», ya que su mujer se repone de una operación de oídos y Enzo «volvió al jardín que le hace bien».

Lo malo que «cuando empezás a acomodar la vida te empieza a caer la ficha, aparecen las imágenes, los ruidos, los pensamientos», dijo Ferlatti, para quien «nada será igual desde aquella mañana. A toda la ciudad de Rosario le tendría que cambiar en parte la forma de pensar después de esta catástrofe».

«Todos podemos ser Salta 2141», afirmó el médico, quien está convencido de que los sobrevivientes tuvieron «un cambio de vida que da una vuelta de 180 grados».

«Tenemos una necesidad de justicia absoluta, principalmente por nuestros muertos, yo perdí a mi suegro, pero además hubo gente joven y grande que tuvo una muerte muy injusta», opinó.

El colchón de su cama, donde se quedó «haciendo pereza» a pesar de tener cosas que hacer, salvó la vida de Gisel Patroni (23), una estudiante de quinto año de arquitectura oriunda de la localidad de Fuentes.

El departamento que alquilaba desde hacía dos años en Salta 2141 «cayó cinco pisos» tras la explosión.

Un bombero la rescató de entre los escombros y los fierros en las que quedaron atrapadas sus piernas, cuyas quebraduras la mantienen desde entonces reponiéndose en la cama de su madre en Fuentes.

«Yo estoy bien, me tengo que recuperar de las quebraduras, todavía tengo para un mes más pero ahora voy a tomarme la vida de otra forma», dijo en diálogo telefónico.

«Sentir el riesgo de que en un segundo se te termina el mundo, te hace reflexionar bastante», abundó la joven, y dijo que tras la tragedia piensa en «tratar de vivir y disfrutar de algo».

Mariano Nardi es propietario del bar `Malos Conocidos`, ubicado en la esquina de Salta y el Bulevar Oroño. Vivía en un departamento ubicado en Salta 2136, frente al edificio siniestrado.

«Tras la explosión los vecinos nos reunimos todos los lunes por la tarde para hacer terapia de grupo con psicólogos que se solidarizaron. Cada uno trata de salir adelante como puede, pero la ayuda es importante», explicó.

Mariano tiene uno de los comercios más populares de la zona, muchos de los sobrevivientes y algunos vecinos fallecidos «eran asiduos concurrentes al local. Conocía a casi todos», dijo quien impulsó en su local junto a proveedores y otros comerciantes «que las personas damnificadas pudieran desayunar gratis».

Sobre el día de la tragedia, recordó que estaba en el negocio con su esposa y suegra, «cuando escuchó un tremendo estallido».

«En lugar de paralizarme, gracias a Dios salí corriendo porque en el departamento estaban mi suegro y mi cuñada. Logré entrar, no recuerdo cómo, pero sí que pude sacar a mi suegro, a mi cuñada y a una vecina», contó.

Familiares de las víctimas y sobrevivientes de la tragedia convocaron para este viernes a una marcha para reclamar «justicia».

La convocatoria, difundida por las redes sociales, tiene como consigna «por las vidas que perdimos, queremos justicia» y «por la vida de todos, queremos leyes que nos protejan». La peregrinación partirá desde el lugar donde aconteció el siniestro y se desplazará hasta la sede de Litoral Gas.

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