Dentro de las aproximadamente 1.500 unidades de conservación encontrados en el edificio Cóndor de la Fuerza Aérea, hay un bibliorato que específicamente se encarga de analizar a los «Fórmula 4», informó este jueves la cartera de Defensa, a cargo del rosarino Agustín Rossi.

La documentación permite observar que “las sucesivas Juntas Militares se encargaron, desde 1976, de llevar adelante la confección de estas listas”.

Con ese fin, crearon un organismo destinado a coordinar la tarea: el Equipo Compatibilizador Interfuerzas (ECI) donde confluían representantes de la Secretaría de Información Pública (SIP), la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) y de cada una de las tres armas.

“El ECI definía los criterios para calificar a las personas, armaba los listados a partir de las sugerencias de sus miembros, analizaba sus permanentes actualizaciones, decidía quién entraba y salía del máximo nivel de prohibición”, señaló Defensa a través de un comunicado.

El informe agrega que entre los hallazgos que figuran en la carpeta hay una nota que dice «corresponde aclarar que los medios privados de comunicación social no tienen ninguna limitación al respecto».

Es decir, que las listas negras sólo contendrían a periodistas, locutores, artistas, pintores y dramaturgos que no podían ser contratados por el Estado, dada su grado de peligrosidad marxista. “En la práctica –dice el Ministerio de Defensa– esto no funcionaba así: ningún medio de comunicación privado se animaba a contratar a alguien señalado como «Fórmula 4» por la dictadura”.

Carrera marxista

Uno de los listados de la burocracia dictatorial es del 6 de abril de 1979 y contiene 12 páginas con 285 nombres de personas calificadas como “Fórmula 4”. La nomenclatura de la Secretaría de Información Pública parece, a esta altura del siglo XXI, el guión de un sketch de Peter Capusotto.

El documento clasifica de 1 a 4 la peligrosidad marxista de quienes serán objeto de tachadura para ingresar a la administración pública o trabajar para el Estado que, en los hechos, significaba un estigma que nadie que deseara conservar su vida quería ostentar en esos años.

Los “Fórmula 1” eran los menos riesgosos para el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional: “Sin antecedentes ideológicos marxistas”. Los “Fórmula 2” estaba en capilla: “Los antecedentes que registra no permiten clasificarlo desfavorablemente desde el punto de vista ideológico marxista”.

Según la nomenclatura dictatorial, los “Fórmula 3” ya comenzaban a calentar el termómetro que ponderaba el nivel de marxismo en sangre: “Registra algunos antecedentes ideológicos marxistas pero los mismos no son suficientes a juicio de esta secretaría para que se constituya en un elemento insalvable para su nombramiento, promoción, otorgamiento de beca, etc.”.

Sobre los clasificados como “Fórmula 4” no había dudas: “Registra antecedentes ideológicos marxistas que hacen aconsejable su no ingreso y/o permanencia en la administración pública, no se le proporcione colaboración, sea auspiciado por el Estado, etc.”, dice el documento encontrado más de 30 años después.

La transición

El informe difundido este jueves por la cartera de Defensa señala que a partir de 1982, y tras el fracaso de Malvinas, la dictadura decide morigerar las listas negras y comenzar a abrir el proceso hacia una salida democrática.

“La situación post-Malvinas cambió el escenario y fue necesario un replanteo en el manejo de las «listas negras». Una nota de la Secretaría de Información Pública fechada el 21 de septiembre de 1982 hecha luz sobre la situación y destaca la directiva del gobierno de «marcar una transición hacia la vida institucional plena del país»”, sostiene el documento.

Agrega que “por ello, propone «evitar medidas y actitudes oficiales que atenten contra esa imagen en el campo de la comunicación». A esta altura, la hipótesis era abrir paso a un gobierno democrático a más tardar en marzo de 1984, por lo que la SIP recomienda «permitir trabajar en los medios de comunicación social administrados por el Estado» a los incluidos en listados como «Fórmula 4»”.

Para eso, la SIP, con información de la SIDE, diseñó una estrategia con dos variantes para normalizar “la situación de dichas personas en forma gradual y armónica”.

“Estas variantes fueron analizadas por cada una de las fuerzas y el 14 de octubre de 1982 el tema en cuestión se llevó al mismísimo seno de la Junta Militar. El acta N° 236, también encontrada su original en el hallazgo reciente, refleja que la Junta Militar decide «proceder en forma gradual a desafectar personas (del listado de Fórmula 4) siguiendo el criterio propuesto para la variante 2 de la SIP»”, dice el documento difundido el Ministerio de Defensa.

La variante 2 consistió en el armado de 4 sub grupos dentro del universo de 199 personas que aún continuaban inhibidas dentro del listado de “Fórmula 4”. La intención era de que 41 de ellas sean “contratables” a fines de 1982; otras 60 personas dejen el listado de F4 en el primer semestre de 1983; y 52 personas consigan tal estatus en el segundo semestre de ese año.

“Finalmente, la SIP recomendaba y la Junta Militar así lo decidió, que 46 argentinos, bajo ningún punto de vista, salgan del listado de «Fórmula 4». Esto significa que, aun estando seriamente debilitada su conducción, el Proceso nunca dejaría que un grupo de argentinos puedan ser contratados para trabajar”, concluyen los investigadores del Ministerio de Defensa.

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