Estimada Magdalena, recién ahora comprendo su inquietud por las persecuciones del gobierno pero quiero que no se sienta mal. Usted no es la única perseguida. Yo soy contador y varias veces por mes debo soportar inspecciones efectuadas a mis clientes.
Cabe destacar que en cada situación debo presentar papeles, hojas de trabajo, comprobantes de pago y, de tanto en tanto, decirle a mi cliente que la cosa salió un tanto mal y tendrá que pagar el monto recalculado por él o los inspectores. Sabe que pasa, en una comunidad organizada la gente tiene que los pagar impuestos tal como la ley establece.
También quiero contarle que en 35 años de profesión jamás se me ocurrió ni imaginé siquiera pedir que se me absuelva, o invocar preferencias, tampoco pedir impunidad. Sabe, me parece impúdico. Ya sé, usted tiene un micrófono y puede apretar a medio mundo con el poder y lo hace bastante bien pero sepa que lo suyo no es original. Mucho de sus colegas se le parecen. Entre los deudores crónicos de la Afip está el diario La Nación con una deuda exigible, vencida y cuestionada que ronda los diez años con distintas medidas cautelares.
Usted habló hace unos días de persecución, pero en verdad quiso decir inmunidad. A lo que yo respetuosamente diría que solicitaba impunidad, usted exige ser declarada persona no alcanzada por nada que perjudique su bolsillo.
Usted como mujer informaba sabe que en este país los impuestos a la riqueza son de los más baratos del mundo. También sabe que en el primer mundo por evasión se puede terminar preso, no discutiendo, preso. El padre de Stephi Graf se lo puede explicar mejor que yo.
Hay quienes la defienden por su tarea en la Conadep, pero ellos no piensan que usted y la Conadep no dijeron nada de los paraísos fiscales y la espantosa fuga de capitales, que es otra forma de matar a los pueblos.
Es vergonzante que en este país donde muchos la aman y respetan se comporte como una miserable negando una parte de sus ganancias para favorecer a los sectores más desprotegidos. Eso es una lucha a favor de la integración y esto, una medida concreta contra la inseguridad.
El criterio progresivo del impuesto a las Ganancias fue inventado por un yanqui a mediados del siglo XIX con el espíritu de pagar mayores porcentajes quien más gana.
En este momento ochenta multimillonarios de EE. UU. están haciendo una movida para pagar más impuestos a las Ganancias y a la herencia porque lo consideran justo y distributivo, y proponen volver a la escala impositiva que modificó Bush, reduciendo el impuesto a los mayores ingresos.
Ya sé, y usted tiene razón, también está la gente del “Tea Party” que proponen bajar los impuestos al rico y a su vez se opone a prestaciones médicas imprescindibles para los más carenciados.
Usted sabe que no pagar impuestos es terminar con la educación pública, los hospitales y cubrir las necesidades de supervivencia de los sectores más vulnerables.
Su postura denuncia que prefiere el individualismo, la pijoteada por encima de la solidaridad y, sobretodo inmunidad. Su actitud demuestra falta de apego a la ley y además solicita y quiere para usted la más perversa y corrupta de las herramientas: impunidad.
Usted es una figura pública y por ende sus decisiones deben tomarse en cuenta porque son tomadas como regla por amplios sectores de la población.
Le escribo con el profundo deseo de que lo lea y ojalá podamos discutirlo, aunque no creo que tenga más argumentos que el de la persecución política, aunque usted y yo sabemos que lo suyo es individualismo y, aunque nadie lo diga, egoísmo.
Su planteo coincide con la sugerencia de Redrado de bajar el impuesto a las Ganancias. Este seudo economista y sus socios avalaron la década menemista con quiebra de empresas y millones de desocupados fruto de un modelo que generó el 2001. El 2001 no fue una bomba instantánea, sino el fruto de un tipo de gestión y modelo elegido y eso lo pueden explicar mejor Cavallo, López Murphy y sus cómplices.
No entiendo por qué el Estado para efectuar pago a proveedores exige el Cumplimiento Fiscal para contratar –un comprobante que emite la Afip– mientras los periodistas piden y exigen publicidad oficial aunque tengan deudas impagas con el Estado, cosa injusta, muy despareja.
Su propuesta de no pago exige que nos pongamos a discutir qué tipo de país queremos. Un modelo Tea Party o un modelo Solidario, ¿sociedad o selva donde el ganador gana y que el miserable se entierra en la miseria?, ¿un país donde paguen los pobres con el Iva y desaparezcan los impuestos los ganadores como proponen los “pragmáticos?
Los “hombr@s” la única herramienta que tienen para diferenciarse de los animales es ser humanos y una sociedad que no piensa en todo la comunidad nunca será Humana.
* Contador, autor de El Maratonista y El paraíso sobe tus zapatos
Jose
16/11/2013 en 19:34
Excelente la Carta, adhiero a ella, es lo menos que debemos hacer y pensar para tener dignidad de llamarnos buenos ciudadanos.
Gustavo
18/11/2013 en 14:13
Es cierto lo que se presenta en este escrito, pero también es cierto que a ella y a sus socios actuales no les importan las disidencias, ya que son un grupo que se arroga el ÚNICO derecho a la critica y hacen creer a quienes los escuchan que el que no comparte su visión es un déspota, oficialista, etc etc. Espero que cada vez seamos mas los que nos equivoquemos por nosotros mismos.
ana maria lanati
21/11/2013 en 18:30
genial comentario demostrando las verdaderas intenciones de la señora Ruiz
Clemente
22/11/2013 en 23:24
Excelente nota Omar! sin eufemismos ni pelos en la lengua. Magda representa buena parte de la hipocresía discursiva, supuestamente garante de libertades civiles, que se reproduce como verdad revelada, cuando en realidad solo defiende sus mezquinos intereses y los de sus patrones (que los tiene)