2 seleccion salvador 1982

Luis Mora atajó para la selección de El Salvador en el Mundial de España 82 y en el primer partido le convirtieron diez goles. Al regresar a su país, sufrió un grave atentado del que salió increíblemente ileso.

El partido inaugural de la Copa del Mundo que en 1982 rodó en tierras españolas ya había deparado la primer gran sorpresa. El 13 de junio de aquel año, la Argentina defendía su primer título logrado en 1978 ante Bélgica. Los de Menotti eran los favoritos ya que a aquel equipazo, que entre otros presentaba a Fillol, Passarella, Ardiles y Kempes, se le sumaba la estrella del momento y a la postre el mejor jugador de todos los tiempos: Diego Armando Maradona. El partido se jugó en el Camp Nou de Barcelona y terminó 1 a 0 a favor de los belgas.

Dos días después y por ese mismo grupo se enfrentaron Hungría y El Salvador. El partido se jugó en la sede de Elche y significó la segunda sorpresa en ese campeonato. Allí se concibió la mayor goleada hasta el momento en la historia de los mundiales de fútbol. La selección salvadoreña presentaba al “arquero más joven de un Mundial”. Con un buzo azul y negro, 1,86 de altura, diecisiete años y una porra exuberante, Luis Ricardo Guevara Mora, apodado El Negro, era el dueño del arco.

Los salvadoreños llegaron al Mundial arropados de una cierta épica. Tras haber clasificado para España 82, fueron mostrados por la prensa como los que habían logrado unir a un país que se desangraba día a día por los enfrentamientos entre la dictadura que gobernaba y la guerrilla que quería tomar el poder. El idilio apenas duró 90 minutos.

Uno a uno, los goles de los húngaros fueron llegando y el pobre Mora fue a buscar la pelota al fondo de su arco una decena de veces. Así fue que aquel 15 de junio de 1982 quedó sellado por el 10 a 1 de Hungría frente a El Salvador y figura en la historia como la goleada más estrepitosa de un Mundial.

En un documental que se realizó con posterioridad, Mora habla de “valor”, de “coraje” y de “osadía” para intentar explicar esa “catástrofe” futbolística. “Tuvimos la valentía de salir a buscar el partido -relata-. Nunca nos sentimos menos, no fuimos cobardes en salir a agazaparnos atrás para que no nos sucediera nada. Esa misma valentía para salir de nuestras casas bajo ley marcial, o atravesar balaceras para venir a un entrenamiento, esa misma valentía tuvimos para ir a buscar el partido”.

Sin embargo, luego del pitazo final al llegar al vestuario la valentía con la que pusieron la cara para que Hungría los golpeara una y otra vez no era un mérito para nadie. “Tuvimos la hombría de quedarnos callados todos. Y tuvimos la lealtad de no descargarnos unos contra otros”, cuenta El Negro, y explica que “nadie abrió la boca, pero todos sabían lo que estaba mal”. Entonces, después de una reunión, los jugadores salvadoreños acordaron que no podían seguir jugando con la misma inocencia. Que tenían que estar mejor parados en la cancha y atacar todo lo posible, pero asumiendo menos riesgos.

El segundo partido, ante Bélgica, fue derrota 0-1. Mora, quizás algo responsable en el gol, se destacó con su elasticidad en numerosas atajadas. Por ese motivo, el recordado arquero belga Jean-Marie Pfaff le regaló sus guantes tras el partido como un reconocimiento a su actuación y a modo de respaldo por lo que había sufrido ante Hungría.

La despedida del Mundial fue la caída por dos tantos a cero ante Argentina. Mora tuvo otra buena actuación. Su mejor atajada en la Copa fue cuando desvió un tiro libre de Daniel Passarella. El equipo de César Luis Menotti ganó y aseguró la clasificación con un penal inexistente y con un golazo de Daniel Bertoni.

Con la frente marchita

Al regresar a su país, los jugadores salvadoreños vivieron una auténtica pesadilla. El recibimiento en el aeropuerto fue más que hostil. En las calles, la gente los insultaba y los agredía. La prensa se burlaba cotidianamente y ensalzaba el malhumor de la población. Los dirigentes de la Federación Salvadoreña de Fútbol sacaron a relucir su cobardía y acusaron a los jugadores de “ir para atrás” para desprestigiarlos a ellos. Tal fue la locura que invadió al país que la Federación decretó que ningún club podía contratar a los seleccionados, coartando de esa manera la carrera de varios integrantes de aquel plantel.

A nadie parecía importarle que el equipo hubiera llegado al Mundial sólo tres días antes del inicio, que tuvieron que viajar 48 horas y pasar por cuatro países para llegar a España, que la Federación no les pagaba o que no les habían dado ropa, pelotas ni botines para entrenarse. Sólo importaba el 1-10.

El más atacado de todos fue Mora. “Apenas bajé del avión ya tenía la mirada de la gente encima. Llegué a migración y me rompieron la maleta, me hicieron un montón de cosas”, recuerda. Al arquero le apedrearon la casa y lo agredieron en la calle. Lo peor ocurrió días después cuando manejaba su auto, lo interceptaron y lo balearon. “Fueron 22 impactos y no me tocó ninguno. Sólo puedo decir que fue un milagro”. Nadie se adjudicó el atentado y tampoco hubo una investigación profunda del hecho.

Ese año, Mora dejó el país y se fue a jugar una temporada a la Liga española, en el Real Murcia. Después continuó su carrera en Estados Unidos y Guatemala, y luego de muchos años volvió a atajar en su tierra natal. Después del Mundial 82, muchos de sus compañeros dejaron el fútbol, pero él siguió atajando hasta 2003 y se retiró de la actividad profesional con 42 años. Le hicieron cientos de goles en toda su carrera. Pero nunca más, diez en un sólo partido.

 Artículo publicado en la edición 150 del semanario El Eslabón

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Un comentario

  1. Carlos

    03/04/2020 en 21:11

    Con respecto a Mora,unas aclaraciones,el regreso en 1984 a jugar en la liga local,a los pocos meses fue convocado a la selección q estaba preparando su participación en las eliminatorias de 1986,ante la oposición de la prensa y federativos q fueron sus principales enemigos desde el mundial,fue titular en l primera fase pero después fue mandado al banco ,estuvo para el proceso de 1990,titular la primera fase,pero en el primer juego de la pentagonal final el Salvador pietde 2/4 de local ante Costa Rica,el juego se suspendió a diez minutos del final por desordenes de los aficionados tirando objetos al arco de Mora,en esta ocasión no fue reemplazado,fue exiliado de la selección y dando la titularidad a un portero q no estaba en el equipo en lugar de ascebder al segundo,dicho arquero fue presencia obligada en ese y el siguiente proceso ya q era dl equipo campeon y con presencia sus dueños en la Federación,por su parte Mora tiene q irse nuevamente del pais entre 1989/1992,a su regreso estaba en marchanel proceso de USA 94-y pese a sus grandes actuaciones no es tomado en cuenta,como dato curioso en los tres años de este ciclo d selección solo se convocaron tres arqueros y eso q en mas de una vez estubo lesionado uno de ellos.después de ese proceso y temporadas de gran nivel y considerado mejor arquero dl pais con la prensa ya en paz y la afición con el,vino la aventura de 1998,d un inicio no fue tomado en cuenta fue hasta en 1996 un año después d haber comenzado este proyecto q es sorpresivamente convocado,jugando sus últimos partidos con el equipo nacional,enbancando al arquero q habia ocupado la titularidad o alternancia desde el 90 y a un joven arquero promesa,una lesión entrenando cn la seleccióny el.abandono de la Federación fue el punto final en la selección Nacional en noviembre de 1996,el técnico q dirigió a la selección en la segunda fase en 1997 dijo q no era su problrema y pese a q ya estaba a plenitud para los últimos juegos eliminatorios no fue citado,y obviamente su presencia era necesaria.

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