Emanuel Fernández, referente de la filial Chacho Coudet, contó lo que sienten ante la inminente llegada de su ídolo a la conducción técnica del club al que siguen alentando a miles de kilómetros de distancia.

“Lo del nombre fue espontáneo”, arranca contando en una entrevista a el eslabón este enfermo de Central que desde hace más de una década vive en tierras yanquis, y agrega: “Estábamos viendo cómo ponerle y cuando el Negro Ramiro tiró Chacho Coudet nadie se opuso. Estamos hablando del año 2001, cuando el recuerdo del abandono estaba vigente, y enseguida le dimos para adelante con ese nombre que tantas alegrías nos había dado y nos iba a seguir dando en su regreso al club”.

Fernández recuerda que la primera vez que se encontraron con el volante surgió cuando se enteraron que estaba en Miami con la delegación de River. “Fuimos con la bandera y todo el cotillón y el Chacho nos atendió re bien, charlamos y hubo besos, abrazos y fotos con todos”.

Después, según relata el Pelado –que es como le dicen desde siempre a Emanuel– los contactos se fueron haciendo más frecuentes y cuando el jugador recaló en el fútbol de ese país, la cosa pasó a ser habitual.

“Cuando se vino a vivir acá, que estuvo como dos años, nos veíamos casi todos los días, los lunes y jueves jugábamos al fútbol y los viernes comíamos asado en la casa que había comprado y estaba arreglando”, rememora, y cuenta dos anécdotas desopilantes que pintan de cuerpo entero al personaje que supo ser Coudet: “Mientras jugaba en los Strikers lo íbamos a ver con banderas, bombos y cohetes, llevábamos la parrilla y hasta una vez nos corrió la policía. En un partido, un compañero mete un gol y como lo viene a festejar cerca nuestro, uno de los pibes lo abraza (no hay alambrado) con una botella de cerveza en la mano. El Chacho, que venía corriendo para celebrar el tanto, le arrebató el porrón y se lo tomó ante la atónita mirada del árbitro del encuentro (risas). Y otra vez, en una fiesta canaya de las tantas que hacíamos, cayó la policía por una denuncia de ruidos molestos y cuando el agente dijo «Buenas noches», el Chacho se dio vuelta y le preguntó: «¿Iu espic espanish?», a lo que el cana respondió: «¿Y en qué te estoy hablando, marmota?» (carcajadas).

Otra historia imperdible, fue contada por el propio protagonista, quien convenció a su mujer y a los médicos de postergar dos días una césarea para que su hija naciera el 19 de diciembre. “Los doctores no entendieron las razones que les dí, pero sé que Lola nació con una palomita”, dijo Coudet, que en su foto de perfil de Whatsapp tiene una foto de su pequeño hijo Eduardito con la camiseta de Central, y remató: “Le tendría que haber puesto Paloma”.

Consultado sobre la chance de que su ídolo y amigo se transforme en DT del club de sus amores, Emanuel confiesa estar “muy entusiasmado con la idea”, y argumenta: “El sabe lo que a los canayas nos hace felices y estoy seguro que si hubiera dirigido la final de la Copa Argentina ante Huracán, en el entretiempo le hubiera dado un sopapo a varios y el equipo hubiese tenido otra actitud. Y la verdad, estoy muy contento de tener una persona que siente como hincha manejando el vestuario del club. Quiero verlo”.

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