Foto: Manuel Costa
Foto: Manuel Costa

Ignacio Molinos es un músico y productor con larga trayectoria en la escena local, fue bajista del grupo de post hardcore Los Daylight y hace más de una década forma parte del dúo de tecno pop Matilda. También coordina el sello discográfico Soy Mutante, que a la fecha lleva realizadas decenas de producciones, y con el cual se asoció a la Editorial Municipal de Rosario para realizar un disco tributo a la legendaria banda local Los Gatos, en el que participaron Mi Nave, Aguas Tónicas, Nausicaa, Juani y Helena Nav, entre otros.

—¿Cómo surgió la idea del disco?
No recuerdo porqué, pero empecé a escuchar mucho los discos de Los Gatos. Si bien hoy los discos están todos a disposición, es raro que uno se detenga a escuchar con atención toda la discografía de un grupo, creo que algo te tiene que llevar para atrás y no sé que fue. Pero una vez hablando por teléfono con Diego Giordano, miembro de la Editorial Municipal de Rosario (EMR), le dije al pasar que me parecía que estaría bueno que se hagan cargo de un disco tributo a Litto Nebbia, y al tiempo me llamó para darle forma a ese proyecto. En la ciudad Litto no es como Fito Páez, la gente suele asociar la música local a la trova rosarina, y su figura está un poco olvidada, o la gente tiende a asociarla a esa cuestión medio virtuosa y no tanto a lo que eran Los Gatos, un grupo rockero.

—¿Entonces el móvil del disco no podría haber sido otro grupo pionero del rock nacional, cómo Almendra, Manal, etc?
—No, me parecía que la EMR tenía que publicar ese disco por la cuestión rosarina de la banda. Hace un tiempo, en el festival del chamamé de Corrientes con Caro, mi pareja, me surgió la pregunta, ¿cuál sería el paralelo a eso?, algo que sea exclusivo de Rosario, tradicional de acá, que a su vez pueda congregar con igual interés a jóvenes y viejos. Y revisitando las cuestiones locales, caí en la cuenta que en Rosario surgió el rock en castellano y que había que rescatar eso. Por un lado se trató de reivindicar a Litto en vida y poder conocerlo, y por el otro, la idea era darle un marco conceptual a un compilado de bandas nuevas. Poder trabajar en comunión. Ahora hay un montón de sellos discográficos en la ciudad y parece que en lugar de haber una escena, todo se disgregó en grupos de quince personas, por eso me resultaba interesante hacer un proyecto que trascienda a un sólo sello. Me pareció que hacer el compilado solamente desde Soy Mutante era un despropósito, porque en un punto es un proyecto bastante cerrado, por eso la idea de hacerlo con la Editorial, para que rompa esa cosa de ghetto.

—¿No te generó contradicciones trabajar en sociedad con el estado municipal y provincial?
—Podría mencionar algunas cosas, pero no creo que ninguna de ellas opaquen el trabajo que se hizo. La EMR se encargó de las cosas que yo no suelo hacer: que el disco se fabrique en cantidad y que el arte gráfico esté bueno, entre otras cosas. Hice el disco como hago todos los otros, la diferencia es que para eso me tiraron unos pesos. Soy consciente de que esa era la única manera de hacerlo, porque sino la otra opción era asociarse con un privado. Creo que el disco tenía que ser hecho por la EMR y por suerte lo hicieron conmigo, sino probablemente hubiese estado conformado por los mismos grupos de siempre. Dentro del Estado Provincial hay cosas que están muy divididas, el trabajo de la EMR me parece muy bueno, las ediciones están buenas, los tipos se toman su trabajo con seriedad y tienen una línea interesante. No me parece que por hacer un disco con La Editorial Municipal uno esté bancando las clausuras de espacios culturales. Hubo contradicciones, pero como unas las tiene en la cotidianeidad.


¿Conocés algún antecedente de discos tributo en la ciudad?
—No, de carácter local, no. Hay otro disco tributo a Los Gatos y Los Gatos Salvajes, pero es federal y más garagero. Acá la idea era que las bandas tenían que ser de la nueva escena rosarina para rendir tributo al primer grupo de rock de la ciudad.

—¿Los grupos y solistas que participan los elegiste exclusivamente vos?
—Sí, igualmente quedaron algunos afuera por cuestiones de tiempo, quería que esté El Río, pero cuando empezamos a grabar los chicos estaban de viaje, al igual que Los Readymade, con quienes hubo un desencuentro. Podría haber sido más amplia la selección, pero uno siempre que hace este tipo de listas, después tiende a recortar por cuestiones de tiempo.

¿Tenés la idea de seguir trabajando con la Editorial Municipal?
—Este proyecto estuvo bueno, pero no me imagino qué otros trabajos pueda hacer yo con ellos. Igualmente estoy cada vez menos concentrado en Soy Mutante y más enfocado en grabar y producir para otros. Es un trabajo que, si bien me es rentable, también me da otra perspectiva. No creo que haya muchas maneras de articular a Soy Mutante con la Editorial, porque lo que grabo para el sello generalmente no es algo que se pueda replicar en cantidad. Tengo mis valores, si quiero hacer un disco de música experimental que sé que le va a interesar a quince personas y surgiera la posibilidad de publicarlo mediante la EMR no lo haría, porque me parecería un despropósito tanto económico, como ecológico. Me parece que la Editorial se tenía que encargar de este disco para apoyar a la movida local, por eso si tuviese la posibilidad de seguir editando con ellos no lo haría, a menos que se trate de algo que valga realmente la pena.

¿Sabés cómo está conformado el jurado de la EMR?
—Cuando hay concurso se contrata un jurado independiente a su plantel de trabajo, para evitar que alguien trate de favorecer a un conocido. Yo fui uno de los tres jurados del año pasado, cuando ganó el primer disco de Mi Nave y un dúo de folclore. Creo que hacen bien su trabajo, por eso es que no me parece descabellado trabajar con ellos. Diego hizo que me sienta cómodo.

¿Pudiste elegir tu equipo de trabajo?
—La editorial tiene un presupuesto para fabricar discos y nada más, por eso el concurso de coproducciones solo contempla fabricación. Cuando yo propuse este proyecto, Diego trató de conseguir plata para grabarlo, el se puso en contacto con gente del programa Espacio Santafesino y les interesó la propuesta y facilitaron un dinero para la grabación. Ese dinero lo administré yo, convoqué a Martín Greco para que sea el ingeniero de sonido, en su estudio grabamos bajos, baterías y algunas guitarras, mientras que yo hice la producción artística, la mezcla y el master. En mi estudio se grabaron voces, guitarras y algunos temas enteros. El grueso se grabó en mi estudio. Hice lo que suelo hacer con los discos de Soy Mutante, ir a otro estudio y hacer los tríos base en vivo. A lo que me refiero con la misma manera de operar con el sello, es porque manejamos poca plata y lo que hago primero es afinar la batería, alquilar un redoblante, un equipo de guitarra, microfonear todo y que las bandas graben una atrás de otra para hacer rendir la plata. Con respecto a la gráfica, lo fuimos charlando con Diego y él sugirió a Francisco Castells, porque nunca había trabajado con la editorial. Yo sugerí a Feli, pero el me dijo que él ya había hecho cosas con ellos. Ese son el tipo de cosas que valoro de su trabajo.

¿Qué balance hacés de la presentación del disco?  
—Me parece que el balance es positivo. Muy pocas de las bandas que participan del disco habían tenido lugar en los medios y la publicación fue un empuje que las llevó a los diarios y emisoras radiales de otro palo. Por otro lado nos acercamos a Litto, quien vino a la presentación y se llevó los discos. Su pareja me dijo que está escribiendo un libro sobre sus experiencias frustradas con Sadaic y demás intermediarios de los músicos. La idea es que en febrero se haga una presentación con todas las bandas que participaron del compilado y él venga unos días antes y dé una charla para músicos, sobre cómo profesionalizar su trabajo sin que corran el riesgo de ser estafados. Hay muchos pibes en la ciudad que quieren vivir de la música pero no saben cuál es el trabajo que hay detrás, y acercarse a alguien que tiene buena onda, sabe cómo se hace y quiere transmitir ese conocimiento, hace que sigan surgiendo cosas que hacen que valga todo el esfuerzo.

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