La marcha partió a las 10 de la mañana del Heca. Foto: Manuel Costa.
La marcha partió a las 10 de la mañana del Heca. Foto: Manuel Costa.

Vecinos y organizaciones sociales marcharon desde el Hospital de Emergencia Clemente Álvarez, donde está internado un joven baleado por una presunta banda narco, hasta el centro cultural Comunidad Rebelde de Villa Banana, lugar en el que fue atacado el muchacho, quien participa de la agrupación territorial CUBA.

Según denunciaron los manifestantes, la madrugada del sábado 7 de marzo, en la previa de una jornada cultural organizada por los militantes de CUBA-MTR, el joven Sergio David, de 27 años e integrante de la organización, recibió tres disparos en inmediaciones de la canchita de fútbol ubicada en 27 de febrero y Pascual Rosas, provenientes de un grupo de personas que se trasladaban en moto. Los vecinos y dirigentes sociales de Villa Banana no tienen dudas en señalar como responsables del ataque al líder de una banda narco y “sus soldaditos”.

“No hay ausencia del Estado, al contrario, está muy presente a través de criminales”, reflexionó el referente de Cuba, Iván Moreyra, en diálogo con este medio.

El dirigente de la organización que trabaja socialmente en Villa Banana recordó que arrancaron el año “con un vecino muerto por bandas que se dedican al narcotráfico” y “con dos compañeras exiliadas del barrio por amenazas de estos personajes”. “Y ahora que queríamos retomar la actividad, oh casualidad, un compañero de la juventud, fue baleado a la madrugada y está internado en grave estado en el Heca (Hospital de Emergencias Clemente Álvarez)”, añadió Moreyra.

Para los vecinos y militantes del barrio, los ataques fueron responsabilidad de la narcobanda de “Pandu”, denunciada por haber montado el búnker donde ahora se erige el Centro Cultural Comunidad Rebelde y por el asesinato de Javier Barquilla, cometido el 2 de febrero.

“Arrancamos el año –repasó Moreyra– con un vecino trabajador, como era Javier, asesinado por esta banda que se dedica al narcotráfico y a reclutar pibes desesperados; luego vino el exilio forzado del barrio de nuestras dos compañeras que se animaron a denunciar a este conocido narcotraficante de la zona”.

“Esto nos desmoraliza porque los muertos siguen siendo los trabajadores y los pibes de los barrios, y no es casualidad que justo cuando anunciamos una actividad para retomar el laburo en el barrio, balearon a un compañero nuestro”, analizó el militante de CUBA.

Javier Barquilla

Moreyra describió cómo fue el episodio que terminó en el asesinato de Javier Barquilla en febrero pasado. “Lo de Javier se dio en un contexto en el que actuaron varios soldaditos al mando de Pandu que se dedican a robar casas”, sostuvo el militante, y continuó: “Un vecino indignado les reprochó por qué le robaban y se armó una gresca, en la que intervino Javier, que es cuñado del vecino robado, entonces vino uno de estos personajes y lo asesinó impunemente a sangre fría”.

Tras el crimen de Barquilla, hubo denuncias y movilizaciones a los tribunales provinciales de Rosario de los vecinos y las organizaciones del barrio, pero también vinieron “las amenazas a las compañeras que hicieron la denuncia públicamente y que, por cuestiones de seguridad y riesgo de su vida, tuvieron que irse (de Villa Banana)”.

El militante manifestó su preocupación frente a la falta de acción de la justicia y la policía o su “connivencia con las bandas criminales”. “Nos llama la atención que los vecinos saben donde están estos personajes y ni la policía ni los fiscales no lo sepan, a pesar de que la denuncias están hechas”, aseguró.

Por último, Moreyra indicó que sus compañeras amenazadas no están ingresadas a ningún programa de protección de testigos. “El programa de protección se lo estamos dando las organizaciones, estamos supliendo el rol del Estado”.

El centro cultural

Iván Moreyra explicó que el centro cultural Comunidad Rebelde nació tras el “boom” del año pasado “cuando la Municipalidad se acordó de golpe que existían los búnkers y salió a arrasarlos con las topadoras”, y añadió: “Pero el verdadero laburo y la lucha contra el narcotráfico en los barrios se viene dando desde estos espacios, y lo venimos sosteniendo nosotros, en palabras y hechos, incorporando a chicos en programas educativos, entre otras propuestas”.

El dirigente social contó que en el centro cultural, que se viene construyendo con materiales reciclables, brindan varios talleres “en los que se apuesta por la inclusión de los pibes”.

Entre las diferentes actividades que realizaron en el barrio desde la organización, Moreyra destacó el encuentro futbolístico entre jugadores canayas y leprosos del año pasado. “Pudimos recuperar el potrero del barrio, donde con jugadores de Central y Newell’s reeditamos el clásico, para aportar a la lucha contra la violencia en el fútbol y para que vuelvan los hinchas visitantes a las canchas”, comentó el joven, y luego afirmó: “Porque como venimos sosteniendo, los violentos no son los hinchas ni la familia del fútbol, sino los que tienen el negocio detrás de los paravalanchas”.

Fuente: El Eslabón.

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