Luis Molinas encabeza la lista de precandidatos a la Cámara Diputados de la Nación por Santa Fe de Fuerza Popular, uno de los frentes que se presentan a estas elecciones “por izquierda”, y que tiene entre sus espacios más representativos a Unidad Popular, de Víctor de Gennaro, y al Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP) que, según él mismo define: “es la cara legal del Partido Comunista Revolucionario”. Secretario general del PCR en la provincia, “Lucho” –como lo llaman los camaradas–, recordó que su trayectoria política comenzó allá lejos y hace tiempo “con la vida estudiantil en los sesenta y setenta, en la Federación Universitaria Argentina”. A los 69 años, y en plena campaña, afirma: “Opté por dedicar mi vida a la revolución y el partido”.
—¿Cuál es la expectativa de Fuerza Popular para las primarias de este 9 de agosto?
—Las concretas son pasar las Paso, que es lo que necesitamos para ir hasta octubre y seguir haciendo una campaña que toque temas que en general no se tocan en las candidaturas de los grandes partidos.
—¿Como cuáles?
—Como por ejemplo la de revertir la extranjerización y concentración de la tierra en la Argentina, que creemos que es la cuestión de fondo que atraviesa este país, y es lo que está detrás de todo lo que sufre la gente hoy; como el tema de la droga, la inseguridad, la represión como la del otro día a los trabajadores de la línea 60. Esos son los fenómenos que aparecen detrás de un problema que es objetivo, que es una Argentina con una inmensa cantidad de recursos pero que tiene que pagar una renta a los terratenientes y a las empresas extranjeras, por lo cual, en los momentos donde los commodities suben se tolera; y en cuanto bajan, como en este momento, eso tiene que salir del ajuste hacia abajo, del ajuste al pueblo. Eso es lo que nos parece a nosotros que se oculta fundamentalmente en esta campaña electoral.
—¿Cómo definirías al frente que han conformado los diferentes espacios que integran Fuerza Popular?
—Nosotros ahora estamos en Fuerza Popular pero venimos de unas elecciones provinciales donde nos presentamos como Frente Social y Popular (FSP). Son dos espacios que tienen características comunes pero también aspectos diferentes. Desde el punto de vista de la experiencia del FSP, con el cual tuvimos una gran alegría y un éxito muy grande; logrando que 92.075 santafesinos nos votaran y metiendo dos diputados en la legislatura provincial, aunque nosotros nunca hemos puesto el centro total en las elecciones sino en la calle. Yo definiría ese armado como Carlos del Frade: es el frente de izquierda más grande que se pudo constituir, y que a la vez abre sus puertas a los verdaderos peronistas, a los verdaderos socialistas, a los verdaderos radicales. O sea: juntamos seis partidos, muchos que se reconocen de izquierda, otros populares, pero conformamos una fuerza que fue contundente. Además de que la candidatura de Carlitos era una marca registrada.
Este Frente Popular que formamos ahora es un poco más restringido. Es el mejor que pudimos hacer a nivel nacional, con un referente como Víctor de Gennaro, que representa buenas tradiciones de la clase obrera y de la CTA; y por supuesto el PTP –Partido del Trabajo y del Pueblo, brazo electoral del Partido Comunista Revolucionario (PCR)–. Y también hay algunos otros pequeños grupos que se han adherido, pero básicamente es eso.
—¿Qué proyectos pretenden impulsar desde el congreso?
—Una batería de medidas que tengan que ver con una distribución diferente de la riqueza. Pensar en una reforma agraria en el campo que permita que la gente no siga yéndose y viniéndose a la ciudad. La tierra se concentra cada vez más en una pequeña porción de terratenientes y en los pooles de siembra, muchos de ellos extranjeros. Pensamos en una segmentación de las retenciones que tenga como objetivo el éxodo del interior. Durante la campaña, recorriendo el interior vemos cómo todo termina en un embudo y nos encontramos con que el Departamento Garay expulsa población y (George) Soros tiene diez mil hectáreas sólo para sembrar arroz y las trabaja con apenas 220 trabajadores. Ese es un punto clave que hace a la estructura del país, porque cuando se habla de inseguridad y se habla de las barriadas de Rosario, todo lo que tenemos en esas barriadas son los expulsados del interior y de otras provincias, como los originarios Quom, que son expulsados con la soja del Chaco.
Otro punto es algo que cambie el hecho de que por las barrancas del Paraná se desangre la Argentina. El polo aceitero y portuario que ha crecido más en el mundo y que sin embargo no paga ni Ingresos Brutos en Santa Fe, ni Registro e Inspección a las comunas del Cordón, y ni que hablar de que sacan impunemente las riquezas del país; así como las mineras. También damos mucho énfasis a combatir la droga, por eso llevamos como candidato al Parlasur a Horacio Tabares y tenemos un gran contingente de mujeres que lucha muy duro por la reivindicación de la mujer, contra la trata, contra el femicidio. Son características distintivas nuestras. De hecho la candidata a vice de De Gennaro, es una joven del PTP de San Lorenzo, Evangelina Codoni, que fue coordinadora de la juventud de la Federación Agraria durante algún tiempo.
—Hay otras expresiones que también se presentan como alternativas de izquierda y populares, ¿cuáles son los rasgos que los diferencian y por qué no lograron un frente que los reúna?
—A riesgo de parecer esquemático, es por una cuestión de programa. Esas fuerzas, particularmente el FIT (Frente de Izquierda de los Trabajadores), tienen otra concepción de la Argentina. Nosotros incorporamos el derecho de los pequeños y medianos campesinos a ser los dueños de la tierra, impulsamos mucho el concepto de soberanía nacional, nos lastima mucho que exista por primera vez una base militar extranjera; es decir que son diferencias programáticas. A veces puede haber algún sectarismo, pero las diferencias no son de capricho. Porque somos verdaderamente de izquierda, pensamos que para hacer las tareas que queremos hacer necesitamos un frente que no sea sólo de la izquierda, no sólo de los trabajadores, sino de todo el pueblo argentino. Después está el problema que siempre es difícil unirse en el terreno de la política y muchísimo más en el electoral. Es más fácil unirse en la lucha que en las elecciones.
Fuente: El Eslabón.
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