Los poderes fácticos y los medios a su servicio siguen pugnando para derrocar al gobierno nacional. No pueden. Pero sí logran confundir y amargar a millones de argentinos atrapados en las redes de la manipulación. Esa amargura les impide sentir el orgullo que significa el Arsat-2, que es mucho más que el logro de un gobierno.
Las operaciones mediáticas no logran hacer mella en el gobierno. Complican la gestión, claro que sí, y ponen palos en la rueda todos los días. Y sobre todo, obligan al gobierno a destinar grandes cantidades de energía y recursos humanos para contrarrestar esas operaciones desestabilizadoras.
Esa energía, y esos recursos, podrían ponerse al servicio de mejores causas. Pero no es posible, por el embate permanente de quienes desean la restauración conservadora a cualquier costo. El gobierno tiene que defenderse para poder mantenerse en pie y seguir adelante. El costo es muy alto.
También paga un alto precio buena parte de la sociedad. Las ciudadanas y ciudadanos atrapados en la red Clarín-La Nación, por sólo mencionar los grupos mediáticos emblema, padecen confusión, desorientación, miedo, y mucha, pero mucha amargura.
Manipulados, asfixiados por una realidad paralela inventada, los atosiga la acritud, y en muchos casos hasta el odio y el resentimiento. Es una pena.
Los medios hegemónicos no atacan sólo al gobierno nacional. Atacan a la ciudadanía, al pueblo, a los trabajadores, al país en su conjunto y al anhelo de soberanía.
Seguramente muchos amargados que no se emocionan con el Arsat-2 sí se emocionan cada vez que ven el lanzamiento del Apolo 11, el 16 de julio 1969, desde Cabo Kennedy, en Florida (EE.UU.). Y tienen motivos para emocionarse. Fue un gran logro de la ciencia de Estados Unidos, y sobre todo de Alemania. La Nasa contrató para alcanzar ese logro a Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun, el ingeniero de Hitler y miembro de las SS, el que diseñó los cohetes V2 con los que los nazis atacaron Londres en la Segunda Guerra Mundial. Gracias a Von Braun, los estadounidenses llegaron a la luna. Muy emocionante.
Es mucho lo que se pierden los rehenes de los poderes fácticos. Son muchos los logros que se ven privados de disfrutar. Son logros de la sociedad, no sólo del gobierno.
La trampa de los manipuladores es asignarle todo al gobierno. Todo. Lo que ocurre aquí, en Tailandia, en Plutón. Lo que ocurrió durante el Imperio romano, la Guerra de los Bóers, y las atrocidades de los Jemeres Rojos.
El gobierno tiene la culpa de todo: apuñaló a Julio César, baleó a John Fitzgerald Kennedy, y también a Alberto Nisman. Es culpable de todos los males de este mundo y de los mundos por descubrir. El agua de Marte es parte de la campaña sucia del Frente para la Victoria, obvio.
El Arsat-1 y el Arsat-2 son, por supuesto, resultado de la política de recuperación de soberanía que lleva adelante el gobierno nacional. Pero además, el logro va mucho más allá. Es un triunfo de la ciencia argentina, de la educación pública, de la dedicación y la vocación de miles de científicos e investigadores.
Los rehenes de los poderes fácticos se pierden la posibilidad de sentir el orgullo de ser argentinos. Un sentimiento que ya resulta extraño, excepcional, al menos en ciertos sectores afectados por la manipulación de los medios hegemónicos. El brutal “somos una mierda” vomitado por Jorge Lanata es el síntoma, en esta puro, de esa manipulación emocional de millones de argentinas y argentinos.
Y no importa que por estas horas chiflen porcinos. Nada cambia que los medios hegemónicos den las noticias referentes al Arsat-2 y hasta destaquen la importancia del logro. El daño ya está hecho.
La manipulación es un mecanismo complejo y perverso. Hace pensar al manipulado que no existe. Logra que el manipulado crea que lo que piensa, siente y dice es de su propia cosecha, y surge de sus más profundas y personales convicciones. Y que nada tiene que ver con lo que propalan los medios hegemónicos.
El satélite geoestacionario Arsat-2, fue diseñado y construido por Argentina para favorecer la exportación de contenidos audiovisuales.
El presidente de la empresa nacional de soluciones satelitales Arsat, Matías Bianchi, señaló que la construcción y diseño, íntegramente realizado en Argentina, requirió de “cuatro años de trabajo en conjunto con la gente de Arsat y el Invap”. Respecto de las diferencias con el Arsat-1, explicó que el nuevo satélite cubrirá una “mayor extensión de territorio”.
Bianchi destacó que con el segundo satélite se siguen “protegiendo las posiciones orbitales” del país, el cual ya está ubicado dentro del selecto grupo de ocho naciones con capacidad para fabricar estas tecnologías.
Para el desarrollo de ambos satélites, Arsat designó como contratista principal a Invap, la empresa de alta tecnología de la provincia de Río Negro. Para la fase de ensayos ambientales, Arsat e Invap crearon en 2010 el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa), único en Latinoamérica para hacer ensayos ambientales en satélites de esta magnitud.
Ojalá muchos argentinas y argentinos hagan la gran Ulises, se tapen los oídos para defenderse de las manipulaciones mediáticas, y disfruten, con ganas, con orgullo y con emoción, un logro de todos los argentinos. Ojalá no se lo pierdan otra vez.
Ana Raquel Rosso
30/09/2015 en 14:00
Excelente nota Pablo…tan clara,precisa, argumentada, sin eufemismos. Siento orgullo de ser argentina, por el contenido de la misma, por nuestros gobernantes y por esa gran parte de la sociedad que nunca dejó que la obnubilaran las mentiras de sus coterráneos resentidos y enfermos de complejo de inferioridad. El problema que causa este tipo de dolencia, es bastante complicado de revertir… ya que difícilmente alguien que la padece, se digne a escuchar otras voces, a leer otras notas ,que como ésta, nos hablen de hechos reales, logros positivos y objetivos concretados para bien de todos. El vómito de Lanata carece de toda inocencia, está provocado por los dedos en la garganta, del poder mediático asociado opositor, para REAFIRMAR en los escuchadores/ televidentes ese epíteto desgraciado y reiterado a través de los tiempos por tanto cipayo suelto , Ciudadano del Mundo, al que jamás le interesó la Patria ni el Otro. GRACIAS de todas formas por tu convicción y por «no bajar los brazos»…Quién te dice, algunas cuestiones son difíciles, pero NADA ES IMPOSIBLE.
Vanina
30/09/2015 en 15:12
Gracias Redacción Rosario por una nota tan esclarecedora. Yo estoy emocionada por el Arsat-2 y se que somos mayorías los que estamos orgullosos de ser argentinas y argentinos. Ya nadie les cree a los medios monopólicos, son muy pocos los que creen, son un grupito de resentidos que no están bien con ellos mismos y proyectan su malestar en los otros. Lanata habla de sí mismo, cuando habla de mierda. Aguante Argentina. Nada de esto ocurriría con un gobierno neoliberal. Jamás les vamos a entregar el país a esos tipos. Saludos
Guille
30/09/2015 en 15:21
Nunca había leído una explicación tan clara de como funciona la manipulación de clarín y como nos amarga y nos hace tener miedo para dominarnos y jodernos la vida. Me siento orgulloso de ser argentino. Problemas hay en toda partes, pero mierda son las corporaciones no el pueblo. Gracias
Juan Fontán
01/10/2015 en 14:05
Pablo, te re admiro desde hace 16 años. Una vez te ayudé a terminar una serie de pecho plano en el gym Rizzo-Sylvester, pero no me animé a confesártelo!