Miguel Lifschitz
 

Diputados aprobó la ley de endeudamiento de la provincia. Fue con 14 votos afirmativos y 22 abstenciones. La ley tenía media sanción del Senado y autoriza al Estado santafesino a endeudarse en corto plazo hasta dos mil millones de pesos. La norma responde al pedido realizado por el gobernador electo, Miguel Lifschitz.

«Hemos pedido a la Legislatura una autorización para un endeudamiento de corto plazo para pasar el verano. Diciembre y enero son los meses más complicados porque hay que pagar sueldos y aguinaldos, porque hay vencimientos a proveedores y porque la recaudación, por la estación, disminuye», dijo Lifschtiz días atrás.

Ahora, la Cámara Baja autorizó el pedido y su gestión podrá comenzar con mayor margen de maniobra. La diputada provincial Marcela Aeberhard, (FpV), explicó las razones que facilitaron la norma aprobada.

“Vamos a dar quórum para que el gobierno pueda acceder a este pedido pero vamos a manifestar nuestra disidencia con la manera en al que se gastó. El gobernador electo anunció la semana pasada que va a reducir un 30 por ciento la planta política. Es evidente que se puede optimizar el gasto, en el gobierno de Bonfatti la variable de ajuste siempre fue la obra pública”, comentó.

Y dijo que no se estaba discutiendo deuda para obras sino pidiendo esa posibilidad para pagar sueldos. Según la diputada “los 2000 millones no alcanzan para cumplir con todo los compromisos que hay hasta fin de año. No vamos a obstaculizar el tratamiento y la aprobación de este pedido porque queremos garantizar el salario de los trabajadores. No acompañamos esta decisión”, enfatizó.

 

El Gran Bonete

Sobra un treinta por ciento y no sé quien lo tiene. Días atrás, el gobernador electo, Miguel Lifschitz arrancó con el Gran Bonete pero tuvo que bajar los decibeles cuando pandió el cúnico entre los funcionarios políticos y los dirigentes frentistas. El plantel sintió que era el objeto de deseo de una acción quirúrgica y fue el actual mandatario, Antonio Bonfatti, quien completó el juego “no tengo ninguna persona que no esté trabajando”.

Con acuse de recibo, Lifschitz explicó lo que había dicho. “Me referí a que podemos hacer un pequeño esfuerzo en reducir el gasto político, no creo que haya ñoquis en la provincia de Santa Fe», comentó, desactivando lo que los suspicaces ya leían como un vestigio de interna.

Una semana atrás de esta aclaración, Lifschitz había hablado de “una reducción de cargos políticos en un 30 por ciento, con  la idea de ponernos en sintonía con un año como el 2016, que será de restricciones de gastos y racionalización administrativa”. Y había contextualizado su idea: “dar el ejemplo desde la política para pedir esfuerzos a la población”.

“Si Miguel piensa que puede achicar, bienvenido sea”, retrucó Bonfatti y dijo que el gasto provincial no pasa por los funcionarios políticos que “son los adecuados para un Estado que ha crecido en prestaciones”. La transición está en marcha.

 

 

 

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