En diálogo con Télam, el diputado Ricardo Alfonsín justificó las medidas de ajuste de Mauricio Macri en virtud de la “compleja” situación heredada. Como si las de Cambiemos fueran marxistas o neo keynesianas, advirtió que la UCR no acompañará políticas neoliberales.
El dirigente de la Unión Cívica Radical, socio del PRO en la alianza Cambiemos, estimó que se abren ahora márgenes de discusión interna en esa coalición para que su partido pueda aportar a las decisiones de gobierno.
Los párrafos más salientes del diálogo fueron los siguientes:
—¿Cuál es la evaluación que realiza de estos primeros cinco meses del gobierno de Cambiemos?
— El 10 de diciembre la situación era muy compleja. Creo que las decisiones adoptadas las hubiera tomado cualquiera de los candidatos que ganara las elecciones, ya que el nuevo gobierno asumió en una situación económica muy compleja caracterizada por un déficit fiscal del 7 por ciento del PBI, que no podía ser enjugado con mayor presión fiscal, una inflación creciente, un estancamiento de la economía desde el 2011, escasez de reservas, atraso y cepo cambiario, lo cual llevaba posiblemente a algo parecido a lo que ocurrió en 2001 cuando no nos atrevimos a salir de la convertibilidad para corregir los errores tomados durante la década del 90.
—¿Pero no cree que existían otras alternativas y matices?
— No existían demasiados márgenes de libertad para retomar la senda del crecimiento. Podría haber diferencias de grado, oportunidad ya hasta de naturaleza, porque yo tengo las mías y no menores. Pero no más. Creo que ahora se abrirán márgenes de discrepancia más amplios y habrá que estar atento ahora para ver cuáles son las medidas que se toman para recuperar el crecimiento… Y no cualquier crecimiento, porque también debemos discutir cómo se distribuye.
— De todos modos debe ser muy difícil asumir medidas impopulares para un partido de origen popular como la UCR…
— Claro. Se han tomado decisiones difíciles, pero hay que ver hasta qué punto esas decisiones fueron impuestas por la herencia y hasta qué punto se podrían haber tomado otras, para paliar las consecuencias sociales. De todas maneras, Cambiemos no es una fuerza que reúna posiciones políticas que piensan lo mismo. Yo espero que de aquí en adelante, se generen los espacios de diálogo para que cada una de las fuerzas pueda anticipar su pensamiento antes de tomar decisiones. No se puede colocar a las fuerzas que integran Cambiemos en la situación de decir sólo sí o no.
—¿Existe ese espacio de diálogo interno en la fuerza oficialista?
— Si existiera ese espacio, probablemente algunas cosas no se hubieran hecho, o se hubieran hecho de manera diferente. Hasta ahora se trabajó para apagar el incendio. Yo espero que ahora se constituya ese espacio de discusión interna en Cambiemos. Porque Cambiemos no es sólo el PRO, sino que también la UCR, que constituye su ala socialdemócrata, de centroizquierda.
—Parece fácil estar a la izquierda del PRO… Tal vez se hubiera sentido más cómodo con una alianza que incluyera al socialismo…
—Nosotros habíamos conformado Unen, que fue una fuerza que en el 2013 realizó una buena elección en las provincias. Pero la decisión adoptada por la Convención Radical en Gualeguaychú es un certificado de defunción de esa alianza. Nuestra situación es ahora compleja, porque tenemos la obligación de aportar, pero eso se podrá hacer si el partido exige espacios de participación, no tanto en cuanto a los cargos, sino en la posibilidad de influir en las políticas.
—¿Usted cree que los problemas de los argentinos pueden resolverse con políticas ortodoxas, que prioricen el mercado, como ocurrió en los noventa?
—Nosotros no vamos a acompañar políticas neoliberales. La sociedad ha comprendida que con la receta de los 90 no se van a solucionar los problemas de los argentinos. Queremos una economía de mercado pero también con un Estado presente.
—¿No temen los radicales que el PRO se llevé los réditos de gobierno, si los hubiera, y la UCR pague los costos?
—En principio se puede pensar que si a Cambiemos la va mal, nos irá mal a todos. No quiero pertenecer a una generación que escribió la última página de gloria de la Unión Cívica Radical ni avanzar hacia la irrelevancia. Pero eso depende de nosotros, porque este no es un gobierno que tenga los números suficientes como para no depender de sus aliados.
—¿Se puede ampliar la base social si se profundizan políticas neoliberales?
—Vamos a influir para que Cambiemos no avance en esa dirección. Ni siquiera dentro del Pro hay unanimidad para avanzar en ese sentido. No todos son tan liberales. El imaginario colectivo suponer que el Pro es un partido ultraliberal, pero no es tan así.
—¿Tendrán los radicales la fuerza necesaria para ser escuchados?
—No somos convidados de piedra y creo que en el Pro habrá predisposición para atender discrepancias que seguramente aparecerán. Y que deben ser saldadas con la discusión y la proposición. Además, habrá que dialogar con la oposición, porque nadie tiene mayoría. Si la UCR no es garantía de que las cosas no se encaminan hacia políticas neoliberales, el resto del Parlamento también opera como límite.
—¿Cree que el kircherismo será proclive a ese diálogo?
—Se equivocan algunos kirchneristas que piensan que se beneficiarán si le va mal a Cambiemos, porque la sociedad castigaría en ese caso a Cambiemos, pero también al gobierno anterior y lo que es más grave aún, a toda la política. En cambio, si logramos ordenar la economía, tal vez pueda suceder a este gobierno una versión del peronismo, probablemente muy distinta a las que conocimos hasta ahora saneado desde el punto de vista republicano.
—¿El kirchnerismo mantuvo el déficit de republicanismo que los radicales le cuestionaron históricamente al peronismo?
—Un vez Cristina Kirchner dijo en el Congreso que el peronismo exhibía un déficit democrático. Yo creo que no es así exactamente. Exhibe un déficit republicano, no democrático. El peronismo no se siente obligado con las instituciones, las desconsidera. Y eso le ha hecho mucho daño a la República. No importan tanto las formas sino la decisión.
— ¿Y usted considera a Cambiemos es un ejemplo de republicanismo?
—Si hubiera existido la posibilidad de que la Unión Cívica Radical interviniera más en las decisiones de gobierno, no hubiera cometido el error de designar dos jueces de la Corte Suprema de Justicia por decreto. Gracias a Dios lo corrigieron y no sé si el kirchnerismo lo hubiera hecho.
—¿Cambiemos vino a subsanar la grieta o a promover revancha?
—En principio habría que saber cuántos son los agrietados, porque me parece que en ese clima participan los sectores más politizados de la sociedad. Me parece que la sociedad está más preocupada por otras cosas como la pobreza, la inseguridad y la educación. La responsabilidad de superar esta situación es de la política, pero ciertos comunicadores azuzan el enfrentamiento. La política debe ser ejemplar, lo cual no es sólo no robar, sino también dialogar. A la política le ha faltado ejemplaridad. Pero desde el oficialismo y la oposición ha habido muestras de que se intenta superar esa situación, lo cual no ocurre desde cierto periodismo. Pareciera que algunos comunicadores no comprenden la necesidad de terminar con este enfrentamiento.