Martín Fábrega, que lleva más de 20 años andando en skate, tiene su propia fábrica de tablas e impulsó y participó de la construcción de rampas y circuitos en la ciudad.
“Arranqué a andar en skate cuando tenía unos 12 años. Veía a unos chicos que andaban en el barrio y me llamaba la atención, y cuando me pude comprar mi primera tabla profesional le agarré el gustito y ya no pude parar más”, dice de entrada Manteca, como se lo conoce a este joven que se pasó la vida sobre una tabla con rueditas.
“Empezó como empieza todo, como un juego, para compartir con amigos, buscando lugares para andar. Después armamos nuestra primera rampa. Y después otra”, recuerda Martín, que acumula ya dos décadas de piruetas y porrazos. “Nos hicimos más grandes pero seguimos más o menos en la misma, de una manera un poco más profesional”, agrega.
La destreza con sus piernas no le sirvió para el fútbol, ni para los otros deportes tradicionales que practicó de pequeño. Se subió a una tabla, y nunca más bajó. “Lo que más me gustó del skate es que no tenía un entrenador que te estuviera diciendo lo que tenías que hacer, ni un horario establecido que tuviera que cumplir. Me fascinó esa libertad y por eso me quedé”, dice.
Los pies sobre la tabla
Fábrega cuenta que “el sueño de todo skater, como el de cualquier surfista, es hacerse su propia tabla”. Por eso, no borrará jamás de su cabeza la primera que construyó con sus propias manos. “Me acuerdo como si fuera hoy. A mí siempre me gustó mucho todo lo que son herramientas y máquinas, así que empecé a experimentar. Averigüe dónde podía comprar las maderas, porque no son maderas comunes ni fáciles de conseguir”, cuenta el joven, y revela aspectos de su laburo: “Son siete capas de lámina de una madera que se llama guatambú, que tiene 1,2 milímetros. Se pegan una encima de la otra con resina epoxi. Tenés que tener en cuenta que hay vetas y contravetas, y que la madera no va siempre para un mismo lado sino que tenés que ir mechándolas para darle una buena resistencia a la tabla y a la vez una buena flexibilidad”.
De todas maneras, este entusiasta reconoce que la primera experiencia “no fue lo que esperaba”, pero no bajó los brazos y los puso al servicio para posicionar su producto dentro de los mejores del país. “Fuimos aprendiendo y hoy estamos haciendo unas de las mejores tablas nacionales”, se agranda. Y lejos de achicarse, aporta: “Las prensas y las máquinas con las que hoy fabrico las tablas las hice yo, incluso los moldes, las matrices con las formas, todo lo fui haciendo yo. Hoy ya estamos produciendo de una manera más automatizada, a grandes escalas”.
Del complejo panorama que atravesaba el país a principios de siglo no se salvaron ni los skaters, según rememora el rosarino. “Después de la crisis de 2001, después de todo ese quilombo que hubo a nivel país, se empezó a complicar mucho poder conseguir los productos porque estábamos acostumbrados a usar todo importado, entonces le empecé a buscar la vuelta con la idea de montar una pequeña fábrica y aportar algo más al deporte en vez de sólo andar”.
Piden pista
Este deporte de trucos y maniobras no para de crecer en el país, según afirma el integrante del Team del Circuito Nacional de Skate. “El Circuito ya lleva 4 años de existencia, en los que se viene haciendo una fecha por mes en distintas provincias”, cuenta.
“Hoy, con la cantidad de pistas públicas que tenemos en el país se pudieron generar y gestionar estas movidas a través de las marcas. Hacemos campeonatos con el objetivo de fomentar el deporte y este estilo de vida, que no es para ver quién es el mejor”, sostiene Martín. Y añade: “Eso es lo bueno que tienen los campeonatos de Skate, en los que la gente te aplaude, entre todos se festejan. No es una competencia como el fútbol, por ejemplo, que están todos atrás del alambrado gritándole cosas buenas o malas al que tiene la pelota”. Y en este sentido, ya palpita la final en el circuito nacional de San Nicolás, que se realizará el próximo 11 y 12 de diciembre, en las categorías profesional, amateur, principiante e iniciante.
Al respecto, el skater explica que “los campeonatos en Argentina están divididos en dos modalidades: Street Park, que es como la pista del Scalabrini Ortiz, que son diferentes módulos. Los chicos tienen que andar en toda la pista, usar la mayor cantidad de obstáculos posibles y hacer una prueba en los diferentes obstáculos que ofrece la pista; obviamente que los trucos más difíciles tienen un puntaje mayor. Después está la modalidad Vertical, que tiene la rampa tipo U”. Y amplía: “Las competencias son libres, individuales. Por ahí aparecen equipos que presentan las marcas, pero generalmente la inscripción es individual”.
Por último, indica que “con las competencias que se hacen en el circuito nacional hacemos un ránking anual sumando todas las fechas, y los que quedan mejor posicionados se llevan más premios”.
Tarde, pero seguro
Martín Fábrega no se guarda elogios para la movida rosarina sobre tablas y rueditas, y celebra la conquista de los espacios públicos dispuestos para dar rienda suelta a su pasión. “En Rosario siempre tuvimos grandes valores, muy buenos deportistas”, resalta Manteca, aunque reprocha: “Tenemos la desventaja que los espacios públicos y los lugares adecuados para practicar llegaron tarde”.
Al respecto, la ciudad es dueña de una de las pistas más grandes del país, como la que está a metros del parque Scalabrini Ortiz, inaugurada recientemente, y en la que los fanáticos de las patinetas tienen a su merced 1600 metros para desplegar sus habilidades. “Esta nueva pista ya queda chica para la ciudad por la cantidad de pibes que tenemos andando en la actualidad”, asegura.
Por último, Martín destaca al mayor crédito local del momento, que ya recorre el planeta con su patineta. “Acá lo tenemos a Lucas Della Vedova, que arrancó andando acá cuando hacíamos el San José Skater, y hoy nos está representando en el mundo corriendo campeonatos en Praga, Francia y varios países más de Europa”. Y esperanzado por el alto nivel que presentan los pibes rosarinos, concluye: “En el camino hay muchos deportistas locales que están andando muy, y también pueden tener un gran futuro en esto”.
