Desde la Confederación de Trabajadores de la Educación advirtieron que el gobierno nacional implementa “políticas de un Estado gerencialista que aspira a la privatización total del sistema educativo”, y que tiene como claro objetivo “la destrucción de la escuela pública”.
La Confederación que nuclea a los trabajadores de la Educación (Ctera) emitió un comunicado en el que denuncian que la gestión Cambiemos apuesta “a la transferencia de recursos del Estado hacia las empresas que lucran con la educación”, y a la “estandarización de los procesos de enseñanza y aprendizaje bajo el designio de las pruebas internacionales del rendimiento que imponen el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
“Estamos asistiendo a una serie de cambios en la «estructura» del Ministerio de Educación y Deportes que no hacen más que graficar los sentidos, significados y fundamentos ideológicos que la restauración conservadora intenta imponer en el campo educativo, en correspondencia con la superestructura neoliberal que asume, sostiene y defiende la alianza gobernante de Cambiemos”, se lee en el comienzo del texto emitido por la dirigencia de Ctera, y continúa: “El cambio de estructura ministerial se complementa con las acciones que este gobierno lleva adelante para intentar desactivar la Paritaria Nacional Docente, con la clara intención de debilitar la resistencia organizada de los trabajadores de la educación y trasladar los conflictos a las provincias, en el marco de las políticas de profundización de los niveles de desigualdad e injusticia social y educativa”.
Los trabajadores de la Educación recuerdan que el gobierno nacional actual prometía “no vas a perder nada de lo que tenés”, pero señalan que esa “parece ser una frase razonable, si es que con ella no se pretende hacer lo que hicieron, por ejemplo, los conquistadores españoles con los monumentos aztecas; es decir, edificar iglesias católicas sobre las construcciones de los pueblos originarios para taparlos y no dejar vestigios visibles de ellos”, y fustigan: “Las políticas educativas del macrismo consideran a la estructura del sistema educativo «heredada» no como una base a mejorar, sino como una construcción a destruir y sepultar”.
“La eliminación de un plumazo de las principales direcciones del Ministerio de Educación y Deportes que llevaban adelante políticas y programas para el conjunto del sistema educativo, no son un simple cambio administrativo, sino que representan una decisión política en el marco de una tensión histórica que significa, entre otras cosas, pensar un ministerio nacional limitado a “funciones” o un ministerio nacional estructurado de acuerdo a los niveles y modalidades del sistema educativo; implica definirse entre una perspectiva de pseudofederalización, como la que impulsa este gobierno, o poner énfasis en la revalorización de “lo nacional” tal como se había venido sosteniendo desde la aprobación de la Ley de Educación Nacional”, reza el comunicado.
Entre los puntos más polémicos, el texto enumera:
-Desaparición de las Direcciones de nivel (inicial, primaria, secundaria, jóvenes y adultos), que articulaban sus programas con las direcciones de nivel de las provincias.
-Desaparición de las Coordinaciones de modalidades (rural, artística, especial, en contextos de encierro, domiciliaria y hospitalaria, intercultural bilingüe) y programas como Educación Sexual Integral.
-Desaparición de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas tal como estaba estructurada. Ésta agrupaba programas nacionales de inclusión educativa por fuera de los niveles/modalidades, como Orquestas y Coros, CAI y CAJ (centros de actividades infantiles/juveniles), Ajedrez educativo, becas para alumnos de pueblos originarios y judicializados, entre muchos etcéteras, claves para la inclusión educativa en todo el país.
-El pase de la planta de esas dependencias –que son personal permanente o transitorio con sus contratos recién firmados– a diferentes agencias ministeriales, sujeto a negociación agente por agente.”
Cada cual atiende su juego
“Las consecuencias e implicancias más directas de la nueva estructura ministerial, como mínimo, serán dejar librada a las provincias la decisión de implementar los diversos programas socioeducativos de acuerdo a las posibilidades y condiciones de cada una”, denuncian desde Ctera, y argumentan: “Desaparecerán las políticas orientadas por niveles y modalidades y los planes nacionales de matemática y escritura, Conectar Igualdad, Educación Sexual Integral, Formación Permanente y en Ejercicio, Orquestas y Coros, CAI, CAJ, por nombrar sólo algunos, quedarán supeditados a decisiones provinciales y tendrán un desarrollo desigual y fragmentado a nivel nacional”.
“Con esta devastación, lo que ahora queda, para este Ministerio Nacional, sólo son funciones, como en los años noventa, pero ahora a cargo de funcionarios con la más básica y rudimentaria formación pedagógica. Funciones a cargo de una Ceocracia que, en lugar de mejorar las condiciones para la enseñanza y el aprendizaje, seguramente hablará más de evaluación; una Ceocracia que enviará discrecionalmente fondos a las provincias que asuman el sometimiento al poder ejecutivo nacional como algo natural; una Ceocracia que despedirá trabajadores del Estado Nacional pero que indudablemente seguirá contratando, como lo hace hasta ahora, a un personal sin formación académica ni experiencia en el campo educativo, con la sola condición de pertenecer a su estructura partidaria”, se puede leer un par de párrafos más adelante en el comunicado que lleva las firmas de Sonia Alesso, secretaria general del gremio, y de Miguel Duhalde, a cargo de la Secretaría educativa del mismo.
Y concluye: “Desde CTERA denunciamos esta política de un Estado gerencialista que aspira a la privatización total del sistema educativo, a la transferencia de recursos del Estado hacia las empresas que lucran con la educación, a la estandarización de los procesos de enseñanza y aprendizaje bajo el designio de las pruebas internacionales del rendimiento que imponen la OCDE y el BM, y que tiene como claro objetivo, la destrucción de la escuela pública”.