Facturas de gas de hasta 10.000 pesos mensuales comenzaron a llegar a familias humildes de los departamentos mendocinos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos, por lo que piden al gobierno nacional otorgarle subsidios para revertir la situación.
La situación impulsó a los vecinos del Valle de Uco a organizarse para realizar una marcha en la plaza departamental de la ciudad de Tunuyán, para llamar la atención de las autoridades provinciales y nacionales.
Los vecinos entraron en ebullición cuando una jubilada publicó en la red social Facebook que percibe el haber mínimo de 6.377 pesos mensuales y le había llegado una factura de 5.000, y el mensaje se viralizó.
Se trata de familias que viven al norte del río Tunuyán, en los departamentos mendocinos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos, en la provincia de Mendoza, a entre 900 y los 1.200 metros sobre el nivel del mar.
Allí, la calefacción es imprescindible no sólo en las viviendas sino también en escuelas, hospitales y otras dependencias públicas porque la temperatura desciende bajo cero durante gran parte del invierno.
Los vecinos de esta zona mendocina vienen reclamando desde hace tiempo al gobierno provincial del radical Alfredo Cornejo que gestione ante el Ministerio de Energía y Minería de la Nación una tarifa diferenciada como la que rige en el departamento Malargüe, según publicó la agencia NA.
Según el reclamo presentado por un grupo de vecinos del Valle de Uco al gobierno provincial, una vivienda en la que viven entre tres y cinco personas, con cuatro estufas pequeñas, tuvo que pagar en mayo y junio facturas de entre 9.600 pesos y 10.200 pesos.
Los vecinos pedirán en la marcha de este viernes que el gobierno nacional incluya a esta zona en el sistema de compensaciones especiales financiado con el Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Residenciales de Gas.
Ese fondo financia las compensaciones tarifarias para la Región Patagónica, el departamento Malargüe en la provincia de Mendoza y la Puna, por lo que el gas allí resulta un poco más barato que en otras zonas del país.
El dinero va a las distribuidoras o subdistribuidoras zonales de gas natural y gas licuado de petróleo de uso domiciliario, en el marco de la aplicación de tarifas diferenciales a los consumos residenciales, por lo que luego se observa una baja en las facturas de los usuarios.