Según un informe del Observatorio Social del Transporte, el 40 por ciento de los usuarios del colectivo señala como principal deficiencia a la falta de frecuencias; en tanto que el 28 por ciento apunta al hacinamiento en las unidades. Críticas a la gestión socialista.
El informe elaborado por el OST incluye un balance de los dos años de trabajo del organismo, en el que se detallan diversas denuncias realizadas sobre incumplimientos de frecuencias, cese de servicios nocturnos, baja de la velocidad comercial, entre otros aspectos “que hacen una prestación deficiente del servicio”, según explicaron.
Asimismo, contiene los resultados de una encuesta realizada por el Centro de Mediciones sobre Opinión Pública (CEMOP) la semana pasada. De dicha encuesta se desprende que el 40 por ciento de los usuarios señala como principal deficiencia la falta de frecuencias, y el 28 por ciento el hacinamiento en las unidades de colectivos.
Al respecto, el candidato a concejal del Frente Justicialista, Roberto Sukerman, sostuvo que “el mal funcionamiento del transporte no es culpa de Macri ni de Cristina, es de Mónica Fein. Siempre fuimos muy críticos de la forma en que el socialismo gestiona el sistema de transporte».
«Cualquiera que viva por fuera del macrocentro de Rosario sabe que el servicio es muy malo. Valoramos los informes que realiza periódicamente el Observatorio, porque permite acercar al usuario datos empíricos sistematizados que el Municipio suele ocultar”, agregó Sukerman.
Por su parte, Norma López –quien busca renovar su banca en el Concejo– puso reparos al nuevo pliego del transporte que entra en vigencia el año próximo: «Hasta ahora teníamos una tarifa plana, donde los sectores que vivían por fuera del centro de la ciudad pagaban lo mismo que los que vivían en el casco céntrico. En este aspecto era un sistema solidario. Con el nuevo pliego no sabemos cómo serán los nuevos montos».
En este sentido, Fernando Rosúa –integrante de la lista de concejales del peronismo– indicó que «el nuevo sistema repite el mismo vicio del actual, que es la inclusión de empresas privadas que buscan la rentabilidad en un rubro que no es rentable», y añadió; “El municipio le termina permitiendo al prestador privado que incumpla las frecuencias y no preste servicios nocturnos, para poder ajustar sus expectativas de ganancias por esa vía. Y al tratarse de un servicio público su prestación debería estar en manos del Estado, que garantice el buen funcionamiento por sobre la ganancia».