El Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe salió a reclamar justicia por el femicidio de las jóvenes María del Rosario Vera, de 23 años, y Lucía Dioses, de 29 asesinadas recientemente en Rosario y Máximo Paz, respectivamente.
A través de un duro comunicado, la agrupación exige que actúe la Justicia, “en un contexto en el que cada día nos enteramos del arrebato de una mujer más a manos de la violencia machista”.
Los casos de las jóvenes María del Rosario Vera, quien fue encontrada asesinada el pasado jueves en un contenedor ubicado en Felipe Moré y Gaboto en Rosario, y de Lucía Dioses, a quien mató su pareja el 31 de diciembre último en Máximo Paz, vienen a sumarse a una estadística imposible de justificar desde el Estado: la provincia de Santa Fe registró 38 femicidios en 2017, y en la Argentina cada 29 horas una mujer es asesinada.
De esos 38 femicidios en el año que culminó, 16 fueron cometidos en el departamento Rosario. Las mujeres del Evita fueron claras en el reclamo: “Nuevamente hicieron uso y abuso de nuestros cuerpos, reduciéndonos a nada. Mujeres descartables”.
En otro tramo del documento, el Movimiento Evita señala que los femicidios de María, Lucía, Micaela, “son crímenes sociales en los que el Estado es responsable”, y advierten “el déficit en políticas de género preventivas, la falta o la ineficacia de respuestas cuando las mujeres denuncian situaciones de violencia, el descreimiento y la revictimización que sufren las mujeres más aún aquellas de sectores populares”.
El texto completo del comunicado:
Exigimos justicia por María del Rosario y Lucía
“Desde el Movimiento Evita Santa Fe exigimos justicia por el femicidio de nuestras compañeras María del Rosario Vera y Lucia Dioses. María, de 23 años, fue encontrada asesinada este jueves dentro de un contenedor en Felipe Moré y Gaboto en Rosario. A Lucía, de 29 años, la mató su pareja el 31 de diciembre último en Máximo Paz.
En un contexto en el que cada día nos enteramos del arrebato de una mujer más a manos de la violencia machista, el caso de María del Rosario y el de Lucía nos tocan de cerca por ser jóvenes que participaban de un merendero de la zona oeste de Rosario y en la organización de las mujeres de la economía popular en Máximo Paz respectivamente, es decir, para dignificar el día a día de los y las últimos de la fila, los y las más vulnerables a las políticas de ajuste económico implementadas desde el gobierno nacional.
A María y Lucia las mató un femicida, sus crímenes advierten una vez más que el patriarcado se alimenta de esta depredación sobre el cuerpo femenino, sobre cuerpos que merecen expresarse en libertad. Por eso los somete, los controla, los descarta. Pero también las mató el Estado.
El femicidio de María, el de Lucía, el de Micaela, el de todas las mujeres que ya no están, son crímenes sociales en el que el Estado es responsable. Una vez más advertimos el déficit en políticas de género preventivas, la falta o la ineficacia de respuestas cuando las mujeres denuncian situaciones de violencia, el descreimiento y la revictimización que sufren las mujeres más aún aquellas de sectores populares, y la falta de seguimiento y acompañamiento, sin herramientas para la autonomía económica y la posibilidad de una vida más digna y libre. Las mujeres recorren un camino de ausencias públicas, respuestas fragmentadas del problema o de violencia institucional.
Otra vez detentaron de su poder machista y patriarcal, legitimados por complicidades y connivencias, legitimados por el desinterés y el silencio de quienes deben ejercer y actuar a través de los mecanismos de protección y prevención, legitimados por quienes estigmatizan, amonestan y culpabilizan a quienes somos víctimas de la violencia machista. Nuevamente hicieron uso y abuso de nuestros cuerpos, reduciéndonos a nada. Mujeres descartables.
Queremos un Estado presente que genere las políticas públicas necesarias para cambiar los problemas estructurales, la desigualdad, las jerarquías y privilegios de nuestra sociedad que desembocan en injusticias, vulneraciones y vejaciones a las mujeres y a la disidencia sexual.
En Argentina una mujer es asesinada cada 29 horas por la violencia machista. Cada hora que el Instituto Nacional de las Mujeres no aplica el Plan de Protección Integral hay una bala, un palo, un fósforo encendido contra una de las mujeres. Cada hora que pasa sin que nuestras niñas, niños, jóvenes no reciben Educación Sexual Integral, una de nuestras compañeras está siendo violada y llevada a un basural.
La provincia de Santa Fe registró 38 femicidios a lo largo del año 2017, de los cuales 16 fueron cometidos en el departamento Rosario. De las mujeres asesinadas, 22 no superaban los 34 años. Es el número más alto de los últimos diez años. Cada hora que pasa sin que el Estado Nacional, Provincial y Municipal cumplan con sus funciones están legitimando los femicidios.
Es imposible pensar una justicia social para las mujeres sin política integral que solucione la violencia, sin presupuesto digno y sin voluntad política. Es imposible pensar en erradicar la violencia, cuando el ajuste económico deja en situación de vulnerabilidad a miles de mujeres en toda la Argentina. Por eso, debemos ver la historia completa. Muchas de las mujeres que hoy son víctimas de femicidio han acudido al Estado de diferentes formas y no han recibido una respuesta integral y efectiva que salve sus vidas. Las áreas de Género no tienen presupuesto suficiente en ninguno de los niveles.
Reclamamos presupuesto digno e implementación de la ley nacional de violencia 26.485, patrocinio jurídico gratuito, trabajo digno para las mujeres, políticas de prevención de la violencia de género.
¡No queremos más femicidios!
¡El Estado es Responsable!
Vamos a trasformar el dolor y la bronca en organización popular.
Exigimos Justicia por María del Rosario, por Lucía y por todas las pibas que no volvieron”.