El Gobierno tiene todo dispuesto para que la marcha de este miércoles –que se espera sea multitudinaria– quede desvirtuada a partir de un dispositivo de represión combinado con operaciones de prensa que ya salieron a la luz.

El régimen que encabeza Mauricio Macri está tomando por estas horas su propia medicina. Ya sea a causa de las sistemáticas pinchaduras telefónicas que llevan a cabo los servicios de inteligencia, o por el hartazgo de algunos productores o periodistas, en todos los medios ya se tomó nota de la voluntad del Gobierno nacional de empiojar la marcha del 21F.

Así lo refirieron dirigentes que participaron de la reunión de organización que llevó adelante la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) en Buenos Aires. “El tema que se está evaluando es la desconcentración, porque lo que se espera es que el Gobierno arme una jugada de los servicios del tipo de la marcha por Ni una menos”, confió a Redacción Rosario un referente que estuvo presente en el encuentro del espacio que lidera Sergio Palazzo.

Esas previsiones se suman al escandaloso audio que se filtró este martes, en el que se puede escuchar claramente la voz del periodista José «Gaucho» Hernández de los canales América y A24, confiándole a un productor que –a partir de una «orden de arriba»– la cobertura de la marcha del 21F deberá priorizar escenas o tomas en las que los militantes del gremio de Camioneros sean vistos tomando cerveza, borrachos, o haciendo desorden.

El audio es contundente: “¿Que hacés, Pablito, cómo te va? El Gaucho soy… Te paso una data de lo que ya están pidiendo a las producciones, porque lo piden desde arriba… El día 21, Imágenes de los chabones (por los camioneros) tomando cerveza, tetrabrick, haciendo desorden, todo eso. Ésa es la orden que hay, que ya la impartieron. El 21 hay que mostrar que los camioneros son todos borrachos, toda esa historia. Te aviso, por las dudas, para que lo tengas en cuenta”.

El sitio de noticias Infobaires24 adjudica directamente esas órdenes al jefe de Gabinete: “Desde las oficinas de la jefatura de Gabinete que conduce Marcos Peña enviaron indicaciones a las autoridades de los medios de comunicación con instrucciones precisas de cómo demonizar a los trabajadores camioneros que marcharán el 21 de febrero en reclamo de frenar el ajuste”.

La responsabilidad es del Gobierno

No será la primera vez que el Gobierno de Macri apele a bidones de nafta para apagar lo que consideran un incendio. Decenas de unidades móviles de las fuerzas de Seguridad que responden a la ministra Patricia Bullrich ya se aportaron desde la tarde del martes en las adyacencias del espacio donde se concentrarán la masiva concurrencia que, cabe recordar, marchará en reclamo de paritarias libres, contra el ajuste que viene ejecutando Cambiemos, y en rechazo a la ola de despidos que se viene dando en los últimos meses.

Lo cierto es que el propio titular de Camioneros, Pablo Moyano, dejó en claro la posición de los organizadores de la marcha, que exceden por mucho al sindicato que conduce: “Va a ser una movilización multitudinaria, de trabajadores y creo que eso es lo que le preocupa al Gobierno. En nuestra organización tenemos cientos de marchas y nunca hubo un problema. Hacemos responsable al Gobierno nacional que haya infiltrados o que haya incidentes”.

Un medio insospechado de favorecer a los convocantes como radio Mitre publicó en su sitio web: “Las autoridades de la Ciudad y también desde el gremio de Camioneros mostraron preocupación ante la posibilidad de que haya «infiltrados» en la marcha del 21 de febrero organizada por Hugo Moyano, que generen disturbios para desvirtuar el reclamo”.

Si bien la emisora del Grupo Clarín hace eje en que la organización de la marcha es exclusiva responsablidad de Hugo Moyano, el dato que sobresale es que Horacio Rodríguez Larreta también teme una jugada de la Casa Rosada.

De todos modos, el jefe de Gobierno de la Ciudad mandó un mensaje a través de voceros que hablaron con la radio de Héctor Magnetto: “No queremos que se generen tensiones innecesarias. No habrá policías en la marcha. Pero ante una situación de desborde, se actuará”.

En el mismo artículo también opina otro de los organizadores, el dirigente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez: “Ojalá el Gobierno no intervenga con Policía de civil infiltrada generando disturbios”.

La verdadera bomba de tiempo

Es evidente que el Gobierno nacional quiere hacer pagar los costos del ajuste a los trabajadores y a los sectores más vulnerables, pero lo que resulta insostenible es que también quiera cobrarle al movimiento obrero y a las organizaciones sociales un peaje por llevar adelante la protesta ante el ajuste.

En la víspera del 21F, la Justicia falló a favor de la Asociación Bancaria, que había reclamado que los bancos cumplieran con la cláusula gatillo, o sea la diferencia entre la inflación de 2017 y el acuerdo paritario. Las entidades bancarias tampoco cumplían con el descuento de la «cuota solidaria» que el régimen macrista había suprimido por decreto.

Insólitamente, no serán los banqueros quienes apelarán el fallo judicial, sino el propio Gobierno, que actuará en los hechos como lobbysta y representante de la banca nacional y extranjera.

El gremio bancario viene de dos jornadas de paro en reclamo de una oferta menos vergonzosa que el 9 por ciento ofrecido por uno de los sectores que màs beneficios obtuvo en dos años largos de gestión macrista.

La verdadera bomba de tiempo es aquella sobre la cual se empecina en sentar el Gobierno, no la que pretende hacer creer que quieren detonar los trabajadores.

La declaración de guerra a los gremios para imponer a sangre y fuego las denominadas reformas laboral y previsional, que no son otra cosa que un asalto a las conquista de décadas alcanzadas por el movimiento obrero organizado, está en pleno desarrollo, y los CEOs están dispuestos a todo, incluso a provocar hechos luctuosos en la marcha de este miércoles.

Que el ministro de Transporte Guillermo Dietrich sostenga que la marcha reviste “actitudes patoteriles” y que se haga el tonto alegando que “no se entiende bien cuál es la consigna”, no muestra más que la falta de límites del cinismo que impera en el seno del régimen.

Cabe esperar que alguien aporte la cuota de cordura necesaria para que el tono dramático que ya suena en el escenarios social de la Argentina por exclusiva responsabilidad del macrismo y sus aliados no se transforme en tragedia.

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