El Banco Central (Bcra) informó este lunes, bien avanzada la ronda, que el dólar se cotiza –en promedio– a 38 pesos en el Banco Nación; 38,40 pesos en el Supervielle; 38,35 pesos en el Francés, y a 38,50 pesos en el Galicia.

De este modo, tras haberse ofrecido en baja durante tres jornadas, el billete norteamericano se situó arriba de los 38 pesos, y el Bcra opera con el Nación al precio más bajo, y lo ofrece a 38 pesos.

Al respecto, el titular de la entidad monetaria, Luis Caputo, manifestó: «Vemos una mayor tranquilidad. Ya estamos cerca del nivel de tipo de cambio real multilateral de 2003, que era de 43 pesos (actuales)».

El ex CEO del Deutsche Bank, tal vez sin quererlo, dio una pista de lo que tanto el Fondo Monetario Internacional como el propio gobierno de Mauricio Macri pretenden establecer como valor de referencia para la divisa yanqui.

Precisamente este sábado, el periodista economista Claudio Scaletta publicó en el diario Página 12 un análisis de la escalada imparable del dólar hasta llegar a los 42 pesos, antes de bajar a los valores actuales: “De acuerdo a los trascendidos, el precio actual de la divisa, en torno a los 40 pesos, era el buscado por el Fondo y por eso se habría levantado la restricción, nunca respetada, de que BCRA utilice las reservas internacionales para intervenir en el mercado”.

Para el especialista, “con el diario del lunes, es decir con los resultados en la mano, podría creerse que la corrida hasta los 40 pesos, aceitada por la transferencia de reservas a menor valor y liderada por grandes operadores, esos que compran de a más de un millón de dólares por vez, fue una decisión política y no una disparada”.

Y en esa línea, Scaletta razonó: “No habría sido mala praxis de intervención de la autoridad monetaria o el evidente deterioro de los fundamentals, sino la idea de alguna mente brillante según la cual el «dólar de equilibrio» debería rondar la cotización actual. Un regreso de la «cirugía mayor sin anestesia»”.

Para cerrar su análisis el economista argumentó: “Se trataría del famoso nuevo «tipo de cambio competitivo», ese que nunca puede ser estable, para ordenar una nueva distribución del ingreso. Debe entenderse que el dólar es una variable distributiva. Hay que repetirlo una y otra vez. Para quienes viven de un salario, cada peso de aumento en la divisa estadounidense es una resta a sus ingresos”.

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