Este miércoles comenzó el juicio a cuatro policías que el 29 de junio de 2016 detuvieron, golpearon y torturaron a un joven, a quien luego abandonaron a siete kilómetros de Casilda: Se los acusa de apremios ilegales agravados.
Entre la noche del 29 y la madrugada del 30 de junio de 2016, según declaró ante la Justicia, el joven casildense Sebastián G. denunció haber sido golpeado por un grupo de grupo efectivos policiales.
Su relato fue publicado en su momento por el periódico digital CasildaPlus.com: “El joven, de unos 30 años, señaló que la agresión ocurrió la noche del miércoles (29 de junio de 2016) cuando salió de la casa de su madre, en barrio Granaderos a Caballo: «Fui a comprarle cigarrillos a la vuelta. Hice casi dos cuadras y de repente apareció un patrullero con las luces totalmente apagadas y cuatro policías. Me empujaron y me metieron dentro: dos policías adelante, dos atrás y yo en el medio. Y arrancaron»”. La detención y posterior traslado de Sebastián G. se realizaron, obviamente, sin poner en conocimiento o avisar a la Fiscalía.
Luego, el joven recordó que los policías lo llevaron a un sitio cercano al Frigorífico Rafaela: “Fuimos en el vehículo hasta un camino cercano al frigorífico, ahí me bajaron y me empezaron a golpear hasta romperme la boca. Mientras tanto me decían de todo. En total eran ocho policías porque se sumó otro patrullero con cuatro más. Después de algunos minutos me cargaron otra vez en el móvil y pensé que la pesadilla había terminado, que me iban a llevar al Comando, pero no fue así”.
En aquella oportunidad, el joven agredido confesó al medio casildense: “A mí me salvó Dios. Él me ayudó. Si no, no la cuento».
El joven también relató cómo pudo volver hasta el ingreso a Casilda. “Me levantó un muchacho en un auto. Le pedí que me lleve hasta mi casa y me dejó a dos cuadras porque le dije mal la dirección, que por la golpiza no me acordaba bien cual era. Cuando estaba llegando salió mi mamá y empezó a retarme porque había pasado tanto tiempo sin volver, pero cuando me acerqué bien a la puerta y me vio casi se desmaya. No podía creer como estaba todo lleno de sangre. Me senté en una silla y me desvanecí”.
Sebastián G. fue finalmente llevado por sus familiares al hospital San Carlos, donde pasó dos noches internado, y luego realizó la denuncia, que dio inicio a la investigación que derivó en el inicio del juicio oral.
El tribunal a cargo del debate está integrado por el juez de Primera instancia Carlos Pareto, y la fiscal Karina Bartocci –de la Unidad de Violencia Institucional– acusó a los efectivos policiales Leonardo Javier Frangi, Diego Sebastián Facino, Emiliano Sebastián Barticevic, y Emir Jonatan Cabral, para quienes solicitó que se los condene a 4 años de prisión efectiva e inhabilitación especial por el doble de tiempo.