La Corte Suprema de Justicia de la Nación cuestionó la absolución de un criminal de lesa humanidad de la última dictadura, acusado por la apropiación de los hijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, detenidos desaparecidos de la Quinta de Funes. La resolución dejó sin efecto un fallo de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, que había rechazado un planteo presentado por el Ministerio Público Fiscal en el marco de una causa por sustracción de menores. Ahora el tribunal original deberá volver a expedirse sobre el caso.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná había absuelto a Marino Oscar González, acusado de la “sustracción y alteración del estado civil de dos menores de diez años de edad”, delitos cometidos en perjuicio de los hijos de Raquel Negro, detenida y desaparecida durante la última dictadura.

Contra esa decisión, la Fiscalía presentó un recurso de casación. La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal rechazó el planteo. Consecuentemente, el Ministerio Público Fiscal interpuso recurso extraordinario fundado en la doctrina de la arbitrariedad, por entender que se había confirmado la absolución del acusado sin tratar debidamente los agravios que se plantearon en el recurso de casación.

La Corte, con la firma de Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti, entendió que el fallo recurrido carece de la debida fundamentación, al omitir analizar la incidencia que podía tener el argumento desplegado por la Fiscalía, referido a que, en paralelo, González estaba siendo juzgado por su participación en la privación ilegítima de libertad y torturas cometidas en perjuicio de Negro, en el marco de la causa “Guerrieri II”, hechos por los que resultó condenado a la pena de prisión perpetua.

El Máximo Tribunal consideró que tampoco se ponderó qué temperamento correspondía adoptar para evitar que, como consecuencia de la tramitación separada del juzgamiento de hechos que podrían tener vinculación entre sí en dos causas separadas, se arribara a un análisis fragmentado de los hechos en menoscabo de la verdad real. Por tanto, dejó sin efecto la sentencia apelada y ordenó el envío de la causa al tribunal de origen para que se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a lo expuesto.

Del presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, ni noticias en el fallo, donde no está su firma, ni su voto, ni su opinión.

¿Dónde está el melli?

Raquel Negro y su pareja, Tulio Valenzuela, fueron dos militantes montoneros que estuvieron detenidos desaparecidos, junto más de una docena de compañeros, en el Centro Clandestino de Detención conocido como la Quinta de Funes.

En marzo de 1978, cuando Negro estaba a punto de parir –estaba embarazada de mellizos–, fue llevada al Hospital Militar de Paraná donde dio a luz a sus hijos, que luego fueron apropiados por los represores, mientras que ella fue desaparecida.

Una de las criaturas, la niña (Sabrina Gullino Valenzuela Negro), recuperó su identidad en el año 2008. Militante de Hijos Rosario e integrante la filial Abuelas local, Sabrina junto a su hermano mayor, Sebastián Álvarez, sigue buscando al mellizo que aún no conoce su verdadera historia.

El 23 de octubre de este año, en otro de los juicios donde se ventiló la apropiación de los mellizos Valenzuela Negro, tres médicos del Instituto Privado de Pediatría (IPP) de Paraná que participaron del robo de los bebés mellizos hijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela fueron condenados a penas que van de 6 a 9 años de prisión efectiva.

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