Los científicos locales se concentraron este miércoles desde las 12 en la sede de Conicet (Ocampo y Esmeralda), en el marco de una protesta nacional, para repudiar los recortes en el sector, en el que hubo un ingreso a la planta de apenas el 17% de los postulantes. “Siguen expulsando investigadores”, lamentaron.
Este miércoles 10 se conmemora el Día del Investigador Científico. Pero el sector en el país no tiene nada que festejar, y mucho menos con los resultados del ingreso a la planta permanente del Conicet: de 2595 postulantes sólo ingresaron 450, lo que representa un 17,3 por ciento, cuando en 2015 se habían incorporado unos 900.
“Esta drástica reducción en la cantidad de ingresos es una expresión más de la crisis en la que se encuentra el Conicet, generada por el gobierno de Cambiemos y personificada en el actual Secretario de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, y el presidente del Conicet, Alejandro Cecatto, con el Directorio relegado al lamentable rol de administración de la crisis”, expresaron los científicos locales a través de un comunicado.
A raíz de esta problemática, realizaron a una jornada nacional de lucha “contra el ajuste en Conicet». En Rosario, la movida fue este miércoles al mediodía, el Centro Científico Tecnológico Conicet, ubicado en Ocampo y Esmeralda. Hubo olla popular y radio abierta. «La ciencia también está bajo la línea de la pobreza y el Conicet devaluado», lamentaron desde ATE-Conicet.
“Este nuevo recorte en ingresos será uno de los tantos aspectos a denunciar de la actual política nacional. La ciencia también bajo la línea de pobreza es la consigna que motiva esta jornada, ya que el achicamiento del sector público de Ciencia y Tecnología es una muestra más de las políticas neoliberales impulsadas por el actual gobierno, que sólo apuntan a empobrecer cada vez más las condiciones de vida de los sectores populares, entre los que las y los trabajadores científicos no somos la excepción”, indicaron.
En este sentido, los investigadores explicaron que “luego de más de 8 años de formación en el sistema público de ciencia –lo que incluye 5 años de doctorado, 2 ó 3 años de postdoctorados, publicaciones de libros y artículos en revistas científicas, participación en congresos y múltiples tareas de formación, todo esto sin contar con derechos laborales básicos como licencias, aguinaldo, aportes– más de 2100 investigadores/as jóvenes ven coartadas sus posibilidades de continuar en el sistema científico”.
“La poca posibilidad de inserción en otros organismos del estado, como así también en las universidades, implica que recursos públicos que fueron destinados a la formación de estos investigadores/as sean desperdiciados”, agregaron al respecto.
A su vez, la imposibilidad de inserción de estos/as jóvenes investigadores/as profundiza el desguace de los grupos y centros de investigación, sumándose a líneas de financiamiento que desaparecen y subsidios para proyectos de investigación que en el mejor de los casos llegan a cuentagotas y con montos tan devaluados que imposibilitan la concreción de los objetivos originalmente planteados en los mismos. Algunos/as tendrán la posibilidad de encontrar opciones en el exterior, aunque la gran mayoría tendrá que encontrar sus propias alternativas de subsistencia, lo que en muchos casos termina en una acumulación de cargos precarizados en niveles de educación media y superior”, remarcaron.