En Venado Tuerto, pibes y pibas –desde los 8 años en adelante– asisten a un curso de arbitraje que también realiza trabajo social. Desde que los más jóvenes dirigen los partidos, bajó considerablemente el nivel de violencia en el fútbol infantil.
Julia Villalba fue la primera mujer árbitro de la Liga Venadense y de todo el departamento General López. Llegó a dirigir en los campeonatos de Reserva hasta que un problema de salud la alejó definitivamente de las canchas, pero no pudo apagar el fuego de su pasión. Por eso se propuso instruir a chicos y chicas para que se formaran en dicha profesión y tuvieran una salida laboral a corto plazo, sin descuidar su educación, su estado físico, la realidad de sus barrios y su libertad, sobre todo a aquellos que la habían perdido. “Después de haber estado en coma un mes, me dijeron que no podía ejercer más el arbitraje, así que empecé una nueva vida, una nueva etapa”, dice desde el otro lado de la línea telefónica Julia, y agrega: “Para ser árbitro hay que tener estudio secundario completo, y a mi me parecía que esperar hasta que tenga 18 años para formarlo ya era tarde. Por eso propuse que arranquen desde más chicos para que cuando terminen la escuela ya vengan con el conocimiento incorporado. Así que hicimos un programa invitando a chicos y chicas de 8 a 12 años, y hasta 25, a transitar por esta experiencia con el arbitraje”.
El 2 de noviembre de 2016, Villalba logró la aprobación de las autoridades municipales y puso en marcha el Instituto de Formación de Árbitros Deportivos de Venado Tuerto. “El proyecto se está copiando en varias provincias”, señala orgullosa la Instructora Nacional, título que logró el año pasado, y detalla: “Por la escuela ya han transitado más de 100 alumnos, tenemos 40 árbitros activos en convenio con la Liga Venadense y los chicos que salieron de la escuela infanto juvenil, a partir de los 13 ya pueden dirigir infantiles. Fuera de la Liga, dirigimos todos los torneos infantiles que hay en la región, somos invitados a un montón de encuentros y también tenemos asistentes en Primera. Ahora estamos invitando a nivel regional, para que los intendentes o presidentes comunales bequen a dos o tres jóvenes de cada localidad para que puedan transitar la carrera de árbitro”.
Trabajo a reglamento
Como la mayoría de los chicos de estas tierras, que adoptan al deporte de la redonda como principal entretenimiento y pasión, los integrantes de la escuela infanto juvenil también lo eligen, aunque desde otro lugar, pero siempre sobre el verde césped, según lo confirma la directora de la Escuela de Formación de Árbitros Deportivos: “En nuestra zona se da la particularidad que la mayoría tenemos un gran fanatismo por el fútbol, y en ese sentido el arbitraje también es parte de esa escena que cada fin de semana vamos a ver a alguna cancha . Y aunque está vista como la profesión más agredida dentro del deporte, el árbitro también juega y aplica las reglas, y tiene su preparación y su entusiasmo. Cuando lo conocés y lo vas transitando te va llevando a que cada vez te exijas y te comprometas más y te nace y te aflora la vocación y la pasión”.
En cuanto al curso preparatorio para saltar al campo de juego con uniforme negro, la especialista cuenta que “va por etapas: el primer año es de pasantía y la persona va a adaptarse para ver si quiere ser árbitro, y a los 2 años ya tienen el título, pero ya desde antes está permanentemente en actividad”. Además del reglamento, los aspirantes “tienen preparación física con una entrenadora –sigue relatando– y una materia que no las tienen todos y para nosotros es fundamental: RCP, primeros auxilios, porque somos conscientes y sabemos muy bien que acá en ninguno de los estadios tenemos presencia de un médico y que el árbitro es la persona que asiste al jugador o a quien se descomponga en una cancha o en la vida cotidiana también. Después tienen nutrición y muchos talleres sobre violencia y todo lo que tenga que ver con la juventud, la niñez y la adolescencia”.
Villalba asegura que “hay chicas y chicos que empezaron de cero y ya están dirigiendo en el baby, como le dicen ustedes (en Rosario) a las categorías 2012, 2013 y 2014”. Y tira un dato clave y a imitar: “En un trabajo con otros árbitros que fuimos evaluando, junto con directores técnicos y dirigentes, comprobamos que se bajó el nivel de violencia en partidos de infantiles cuando son dirigidos por niños de la misma edad, sobre todo de parte de padres o madres, que es algo que nosotros queremos erradicar definitivamente”.
Impartiendo justicia social
Este proyecto aprobado por AFA que habilitó a la instrucción de los niños y niñas en el arbitraje, también tiene un alcance social, en las zonas más castigadas de la localidad ubicada en el sudoeste de la provincia. “Trabajamos un montón con los chicos de los barrios, y nos encontramos con muchas situaciones y necesidades”, admite Julia, y detalla el laburo: “Algunos estaban indocumentados, así que les dimos su DNI, a algunos los ubicamos en el proyecto Vuelvo a Estudiar, y también tenemos funcionando un comedor, entre otras actividades para ayudar”.
Además, subraya que sus propios alumnos “se fabrican sus banderines, interactúan con chicos que están con libertad asistida y también damos clases en el Centro Socioeducativo de Venado Tuerto, donde están los chicos privados de su libertad, ya que esto se trata de inclusión en todos los niveles”.
La instructora resalta que esta pasión por el arbitraje también puede ser traducida en una salida laboral, un dato no menor en tiempos de la macrisis. “Lo primero es ayudarlos a formarse como personas, pero sí, claro que es una fuente de ingresos porque aquel que ya atravesó sus períodos de adaptación y de pasante, ya tiene una remuneración económica, en corto plazo tiene un incentivo”. Y agrega: “Los jóvenes que ya están en la Liga todos cobran, tienen una parte legal, una autorización firmada por un juez y de los padres que le permiten trabajar”.
Claro está que “en el caso de los menores de edad nosotros les cubrimos todas las necesidades, calzado, ropa, elementos para estudiar, a veces alimentos para su casa e incluso ayudarlos a pagar un viaje de estudio. Pero no dinero, porque son niños de 8 o 10 años”, según se encarga de aclarar Julia, afirmando que la idea es que los pibes “sientan que se ganaron sus cosas para que las disfruten mucho”, y además, que “sepan que son parte de un equipo, que hay un grupo de personas que los ayudan, los contienen, que no están en la calle al riesgo de todo lo que lamentablemente conlleva la calle, como la droga. Los sacamos de ese mundo”.
Señora jueza
En un hecho inédito en el fútbol masculino, Stéphanie Frappart será la árbitra principal en la final de la Supercopa de Europa que disputarán los equipos Liverpool y Chelsea el miércoles 14. De a poco, el terreno que las mujeres futbolistas vienen ganando en los últimos años, también se traduce en aquellas del pito y las tarjetas. Y bien lo sabe Julia, dura batalladora en esto de ocupar espacios casi exclusivos de hombres: “Nuestro rol en el arbitraje es difícil, a mí me costó mucho y hoy también me cuesta mucho como dirigente. Todo lleva su tiempo de adaptación”.
Villalba destaca que entre su alumnado hay 20 árbitras, de las cuales muchas ya dirigen en las divisiones inferiores como asistentes, pero lo asocia a que “la referente que dicta esas capacitaciones es una mujer”, por ella. “Entonces es algo natural que las chicas se acerquen y quieran participar”, reconoce. “Y también hago mucho hincapié en el fútbol femenino en esta zona, por eso el año pasado hicimos diferentes torneos, por la necesidad de que las mujeres árbitros tengan participación”.
Esta venadense –que en marzo pasado fue distinguida en Rosario por el gobierno provincial con el “Reconocimiento Virginia Bolten”, que destaca a mujeres trabajadoras de oficios no tradicionales, en el marco del Día Internacional de las Mujeres– aclara que sus alumnas “trabajan, tienen su entrada económica por otro lado, pero el objetivo principal de apoyar el fútbol femenino fue para que le den un lugar a la mujer como árbitro porque hoy el Consejo Federal y las ligas afiliadas a AFA tienen que tener sí o sí equipos femeninos, dirigidos por mujeres”.
Y ya lo ve
Más allá de las discusiones que se pueden generar entre los futboleros por la irrupción del VAR, en el mundo arbitral hay consenso al respecto, y saludan la ayuda de la tecnología en jugadas polémicas. “Lo veo como positivo porque es lo que se viene, nos exige a nosotros como árbitros a estar a la vanguardia”, opina Julia Villalba, quien acepta: “A lo mejor no está bien utilizado porque no tenemos gente del todo preparada para cada área. Allá en Rosario capaz que llega más la tecnología, pero por esta zona rara vez vemos a un árbitro con intercomunicador. Estamos atrasados en un montón de cosas para lo que se está viviendo a nivel mundial”.
Esta mujer, que integra el equipo del Instituto de Formación para Árbitros e Instructores de Árbitros de Fútbol (IAF) –dirigido por Miguel Scime y secundado, entre otros, por Luis Pasturenzi y Juan Carlos Crespi– lamenta que “en cuanto a las nuevas modificaciones, desde el interior no hemos tenido la capacitación suficiente como para tener buenos instructores”, y señala que “por eso tenemos tantos problemas los fines de semana”.
Por eso elige a Néstor Pitana como el mejor de sus colegas en la actualidad, porque “viene de un lugar distinto, como Misiones, y fue elegido el mejor de mundo”.
“Como persona me gusta el señor Patricio Lousteau, uno puede tratarlo, hablar con ellos. Y Sabrina Lois, que hoy es instructora nacional y de AFA, que también transmite los valores con humildad, más allá del nivel que ellos tienen profesionalmente”, aporta.
Y entre los históricos, no lo duda: “Todos lo discuten, pero yo soy clase 75 y en mi época seguía mucho a Javier Castrilli. Para muchos fue discutido, pero para mí fue el mejor de todos”.