En medio de la discusión por la emergencia alimentaria, se conoció que en la provincia, según datos del Ceso, los precios en los supermercados treparon, en promedio, 9,6 por ciento en agosto, mes de las Paso. El golpe al bolsillo se dio después de la megadevaluación macrista, y todavía se hace sentir.
Parar la olla, como suele decirse, se hace cada vez más cuesta arriba por la disparada de los precios de los alimentos ocurrida después de la megadevaluación que avivó el gobierno de Mauricio Macri, enojado con el contundente triunfo opositor en las elecciones primarias del 11 de agosto. Así, la inflación medida con el índice supermercados en la provincia de Santa Fe fue de casi el 10 por ciento en agosto (9,6) en comparación con el mes de julio y acumula en el último año una suba del 75 por ciento, según un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso).
“La realidad santafesina, en línea a la nacional, se vio impactada por la brutal depreciación del peso luego de las Paso. Los aumentos de precios en supermercados pasaron de un modesto desaceleramiento de junio y julio, a un incremento sustancial en agosto. Y la inflación no fue más alta porque esta vez el gobierno impuso IVA cero en varios productos de la canasta básica, aunque no bastó para contrarrestar los aumentos de precios por la devaluación”, señalaron desde la regional Santa Fe del Ceso.
En agosto, en los súper de Rosario y la provincia, los precios que más aumentaron con relación a julio fueron los de las galletitas, y los rubros carnicería y fiambrería, entre otros. El incremento en la canasta básica alimentaria fue de 11,4 por ciento en la medición mensual.
Según el Ceso, la canasta básica alimentaria para una familia tipo cuesta 4.573 pesos más que en diciembre de 2018. En efecto, una familia santafesina necesitó el mes pasado 16.689 pesos para no caer en la indigencia. La inflación supermercado acumulada en lo que va del año en la provincia de Santa Fe ya superó el 40 por ciento.
La inflación se acelera y para muchos sectores de la sociedad argentina es cada vez más difícil acceder a un plato de comida. Hay cinco millones de personas en todo el país que comen poco y mal. El problema del hambre no es un “eslogan de campaña”, como repite el macrismo mientras se reclama con fuerza la sanción de la emergencia alimentaria y un cambio de política económica.
En la misma sintonía, el Instituto Estadístico de los Trabajadores de la Umet estimó una inflación en agosto del 4,3 por ciento y de más de 5 por ciento para septiembre a raíz del traslado de la devaluación a las góndolas, en medio de una caída del consumo, contracción salarial, desempleo y pobreza en alza. Este informe consideró probable que la inflación acumulada durante 2019 supere en todo el país al 48 por ciento registrado el año pasado, convirtiéndose así en la más alta desde 1991, cifra que duplica a la que dejó el anterior gobierno.
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