La cronista Florencia Coll, hoy radicada en Barcelona, recuerda con cariño y emoción su paso por El Eslabón en sus inicios. Destaca la experiencia que significó su trabajo junto a Carlos Del Frade sobre el trágico diciembre de 2001.
Florencia Coll es licenciada en comunicación social y periodista, se desempeñó durante muchos años en Cablevisión, en Radio Universidad y Radio 2, entre otros medios locales, y en la actualidad vive en Barcelona, España. Ella también fue parte de el eslabón en sus inicios. En el marco de las notas relacionadas a los 20 años de este periódico, confiesa sentirse movilizada y emocionada. Entre sus primeros jóvenes trabajos, resalta las investigaciones que hizo sobre el trágico diciembre de 2001 para Carlos Del Frade, publicadas en este medio. “Fue una experiencia muy fuerte y de mucho aprendizaje que fue la clase de periodismo más grande que tuve en mi vida”, subraya.
Desde el otro lado del charco, donde edita junto a un colectivo de compañeras el periódico Femiñetas, que aborda cuestiones sobre periodismo y feminismo, Coll recuerda: “Soy del grupete de la facultad de (Ciencia) Política, de Comunicación (Social), más concretamente. Tenía 20 años y estuve bastante cercana a todo ese grupo, con el inicio de El Eslabón, fue de mucho incentivo para los compañeros de cursada”.
“Me acuerdo del contexto porque era super complejo, yo participé de distintas áreas en algunos momentos, en 2000-2001, más ligada a lo cultural y social. Me acuerdo de hacer coberturas para el Cosquín, como una a Rally Barrionuevo, y me acuerdo que estuvo super bueno, que yo no sabía qué era la trashumancia y él estaba a full, antes de sacar El Circo de la vida, y andaba con todo ese rollo, Nada, estuvo super bueno”, dice la ex integrante de este periódico.
“También me acuerdo de hacerle una nota a Mimí Maura y de la cobertura del festival de folclore, mini crónicas del lado B que son las peñas, y del Festival de Cine Latinoamericano de Rosario”, comenta la cronista. “Y después, desde el 2001, me empecé a encarcar de las investigaciones en el Pami, era un poco la Pamióloga de El Eslabón”, agrega entre risas.
Causas de época
Sobre algunas de las investigaciones llevadas adelante desde el periódico, a principios de los años 2000, Coll relata: “Había un fiscal que se llamaba, Ricardo Vázquez, ahora debe ser juez, que llevó adelante una causa que era sobre un desfalco en el medio de una intervención, previo a la crisis de 2001, era una intervención del gobierno de (Fernando) De la Rúa y fue un espanto. Una cantidad de intereses políticos, algunos sectores sindicales, mucha guita, y obviamente en desmedro de los viejos, que siempre salen castigados. Era tremenda esa causa. Con las ambulancias, con las comidas, además tenían connotaciones muy ligadas a los primeros avatares del narcotráfico, era bastante groso”.
En ese contexto, la periodista también recuerda otro caso resonante de esos años, “la muerte de trece pacientes que se dializaban en el hospital Centenario”. “Y también me acuerdo, de notas que tenían una profundidad mayor, en el sentido de la búsqueda que no estaban otros medios”, destaca Coll.
Un Mundial en tribunales
“Después hice trabajos de investigación para Carlos Del Frade, post 2001, la represión y toda la muerte en diciembre de 2001. Me la pasé todo el Mundial 2002 en los tribunales que no había nadie, todo ese invierno leyendo los expedientes de todas las víctimas de 2001, una experiencia muy fuerte y de mucho aprendizaje, que fue la clase de periodismo más grande que tuve en mi vida”, subraya. “Eran muchas horas de traspasar expedientes y de mirar, de qué mirar el expediente; en esas declaraciones de testigos me acuerdo de tener en la mano el expediente de Pocho Lepratti, de Graciela Acosta, de todos los pibes, en total fueron 9 muertes en Santa Fe. Era ir todos los días al juzgado de (Osvaldo) Barbero, en ese momento, leer y hacer un informe, lo que después Del Frade encauzó en investigación, yo hice el laburo de campo fue muy rico y se publicó en El Eslabón”, resalta la ex integrante de este periódico, que ahora también es parte, en Barcelona, de un proyecto periodístico autogestivo.
Sueños de papel
“Armé un periódico (en Barcelona) que se llama Femiñetas, por el amor que tengo a los diarios y por el enojo que muchas veces tengo con los medios tradicionales. Ya tiene un año y es un periódico en papel, ilustrado”, cuenta la rosarina residente en Cataluña.
“Creo que hay una conexión con lo que significó El Eslabón, más que nada con el aprendizaje, porque tengo 40 años y sigo teniendo experiencias riquísimas para contar, porque de eso se trata, seguir contando desde todos los lugares, como lo hace El Eslabón ¡desde hace ya 20 años!”, lanza con énfasis de asombro por el veloz paso del tiempo.
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