Más de 2 mil mujeres, muchas menores de edad, sufrieron abusos sexuales por parte de las fuerzas de paz desplegadas por la ONU desde 2004 hasta 2017. Nacieron por lo menos cien niños apodados “pequeños hijos de la comisión de paz”.

Un estudio reveló que las fuerzas de paz desplegadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Haití tuvieron encuentros sexuales incluso con niñas de once años, en muchos casos a cambio de comida.

El pueblo de Haití desde febrero está en la calle protestando contra las políticas del presidente Jovenel Moise, que asumió en febrero de 2017. La situación económica y el hambre creciente, producto de políticas neoliberales, junto a la corrupción, se cuentan entre los principales motivos de las protestas, que son ferozmente reprimidas.

“Por favor, no nos ayuden más, no queremos más ayuda internacional”, señalan las mujeres y hombres que siguen protestando en las calles de Haití, con referencia a las nefastas experiencias que tuvieron con los organismos internacionales.

Las manifestaciones suelen reunirse, entre otros lugares, frente a la sede de la misión de la ONU, en la zona de Clercine, cerca del aeropuerto de la capital de Haití, Puerto Príncipe, donde los organizadores leyeron un mensaje dirigido a la comunidad internacional. “Vamos en las instalaciones de la ONU para pedirles que dejen de interferir en los asuntos internos del país”, dijo Rony Timothée, un militante de la oposición.

El senador opositor Evalière Beauplan, que leyó las exigencias del grupo, emplazó a la comunidad internacional a pronunciarse.

“Tienen 24 horas para decidir el destino de Jovenel Moise. Ninguna misión diplomática puede decirnos qué hacer. No reconocemos a los diplomáticos que piden negociaciones. El tiempo ha pasado”, dijo Beauplan.

La oposición advierte de que Haití vive una situación “explosiva” y ruega que se apoye al pueblo haitiano para juzgar a miembros del actual Gobierno por los escándalos de corrupción y por las matanzas ocurridas en barrios populares en los últimos años.

Comida a cambio de sexo

El estudio fue realizado por la revista International Peacekeeping. También difundido por la agencia Reuter. El trabajo fue dirigido por la profesora de la Universidad de Birmingham, Sabine Lee.

Según las investigación, más de 2 mil mujeres, muchas de ellas menores, sufrieron abusos sexuales por parte de las fuerzas de paz de desplegadas por la ONU desde 2004 hasta 2017.

De acuerdo con los testimonios de las denuncias, los militares y otros funcionarios de las delegaciones de la ONU encargados de restablecer la paz en la zona, habrían mantenido encuentros sexuales con incluso niñas de once años, aprovechándose de la pobreza y miseria que varios años de guerra civil y catástrofes meteorológicas han provocado entre la población.

Fruto de estos abusos, muchas de las mujeres concibieron niños que pasaron a ser conocidos como los “Petit Minustah”, en referencia al acrónimo de la misión de paz de la ONU en Haití (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití). Según la investigación, algunas fuentes hablan de que cerca de un centenar de niños habría sido concebidos.

“Está bastante claro que se aprovecharon de niñas menores de edad”, denunció Lee, que realizó estudio ha recogido unas 2 mil entrevistas a la población local que residía cerca de las bases militares que la ONU asentó en la isla desde 2004.

Cerca de un 10 por ciento de los entrevistados han mencionado la existencia de niños concebidos después de los encuentros sexuales que se habrían producido, mientras que otro tantos hablan de cómo algunos funcionarios de la delegación de la ONU “ponían monedas en las manos de las niñas”, o les daban comida a cambio de estos favores.

Por su parte, un portavoz de la ONU aseguró que desde la organización “se toman muy en serio estos problemas y reconocen que al menos hay 29 víctimas y 32 niños nacidos de estos abusos sexuales”.

En ese sentido, informó que la ONU está “activamente involucrada” y actualmente garantiza que los pequeños y sus madres están recibiendo la manutención y cuidados adecuados.

El estudio ha denunciado que la política de actuación de la ONU es “ineficaz”, puesto que de acuerdo con el sistema actual, la organización internacional no puede procesar a sus trabajadores por los atropellos cometidos durante el cumplimiento de sus labores en el extranjero.

“El entrenamiento debe ir más allá, no puede ser que vengan a un sitio, violen a una mujer y se vayan”, denunció Lee, para quien la ONU debería plantear medidas disciplinarias más duras contra aquellos trabajadores que lleven a cabo este tipo de abusos y conductas sexuales.

Protestas callejeras desde hace 10 meses

Los medios hegemónicos al servicio de los poderes fácticos lo ignoran. Los organismos internacionales también. El pueblo de Haití también dijo basta al neoliberalismo y salió a la calle, hace ya diez meses, y está siendo masacrado, con la complicidad de la mayoría de los gobiernos del mundo.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que pertenece a la Organización de Estados Americanos (OEA), está actuando en Chile, además de dedicarse a acosar a Venezuela, a pedido de EEUU. Pero nada dice de Haití.

Es muy difícil tener precisiones sobre la magnitud de la masacre que se está perpetrando en Haití. De acuerdo a un recuento realizado hace una semana por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de muertos serían 30. Pero los movimientos sociales y organismos de derechos humanos manejan cifran mucho mayores: entre 80 y 100 muertos.

Haití, conocido como “el país más pobre de la región” es, en realidad, en cuanto a recursos naturales, un país rico. El problema es que esos recursos son saqueados sin límites, y con total impunidad, por las corporaciones internacionales que se llevan toda la riqueza. Nada queda para la ciudadanía. El presidente Moise es apenas un empleado de los poderes fácticos, el que se encarga de entregarlo todo en el marco de un gobierno corrupto que se roba hasta la ayuda humanitaria que llega del exterior.

El Haití la minería es muy importante. Hay uranio, oro y coltán, entre otros minerales muy deseados por las potencias mundiales.

Las movilizaciones paralizaron el país. Son diarias las protestas contra el presidente Moise, que desde marzo viene intentando, sin éxito, formar gobierno. Pero la situación se complicó todavía más desde el 16 de septiembre, cuando se agudizó la delicada situación económica y la crisis política.

Los haitianos señalan la imposibilidad de “seguir viviendo de la forma en que viven”, y aunque el país ha estado atrapado durante años en ciclos de disfunción política y económica, muchos haitianos dicen que la crisis actual es peor que cualquier cosa que hayan experimentado.

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