La tensión desatada entre EEUU e Irán, dos aliados en las sombras, no debería llegar a fondo, opina el profesor y escritor argentino-árabe Néstor Suleiman. Pero admite que en el polvorín del golfo arábigo un chispazo como el asesinato de su máximo líder militar puede hacer estallar todo por el aire.
Para Néstor Suleiman (*), referente de la comunidad local argentino-árabe, el conflicto entre Estados Unidos e Irán se desató entre “socios fundamentales en la región”, por alguna diferencia o trasfondo puntual que no debería hacer peligrar sus grandes intereses en común, entre ellos, uno en especial, el de “aplastar todo intento de rebelión popular iraquí en un país que tiene un gobierno títere e inviable”, sentencia. Claro que, admite, en una zona caliente de grandes oligarquías colonialistas, pueblos oprimidos, importantes recursos naturales y territorios estratégicos, un chispazo puede ser el principio de una gran explosión en cadena.
El profesor y escritor desliza ante el eslabón algunas preguntas en un tono suspicaz: “¿Qué hacía Qasem Soleimani en Irak? (el alto militar fue asesinado el 3 de enero pasado por un dron estadounidense en Bagdad, lo que desató la escalada bélica) ¿Qué hacía un funcionario iraní tan importante en Irak?”, insiste, y él mismo responde: “Soleimani era un cuadro importante iraní en el armado de las milicias que operan en Irak, milicias sectarias, que son las encargadas hoy de llevar una política de represión contra el movimiento popular iraquí, contra las voces que se alzan en reclamo de justicia en el plano social y por cambios económicos. Desde octubre han muerto unas 450 personas en manos de estas milicias en distintas campañas represivas. Y estas milicias son más importantes que el ejército iraquí, en gente y en parque militar”.
Socios del desierto
Suleiman vuelve a recalcar sobre “la sociedad entre EEUU e Irán” y recuerda uno de los mensajes en Twitter del presidente norteamericano Donald Trump, luego de haberse adjudicado el atentado letal contra Soleimani, que decía: “Irak pierde en la guerra pero gana en las negociaciones”. Su interpretación es que es una forma de dejar abierta una puerta para volver a negociar, entre tantos temas sensibles como el plan nuclear. “Hay que dejar atrás el infantilismo de pensar como algunos que si Irán consigue tener un arma letal la usaría contra Israel… lo que busca Irán es someter al resto de los países del golfo árabe, en una proyección neocolonial en territorios árabes, en un expansionismo de la aristocracia clerical oligárquica persa”, señala el representante local de la Federación de Entidades Argentino-Árabes.
El enemigo perfecto
Ante este cuadro de intereses comunes entre estadounidenses y persas, el profesor analiza que el asesinato de Soleimani tiene condimentos y sellos que provienen de las altas cumbres de las agencias de inteligencia.
“Irán representa el perfil de enemigo que Estados Unidos quiere tener, y guarda características fundamentales para su estrategia, ya que donde operan agentes iraníes generan conflictos y contradicciones internas. Por ejemplo, el Hezbolá (entrenados, organizados y fundados por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní) en el Líbano, tiene una posición antidemocrática, sectaria, excluyente y es muy difícil armar un frente anti sionista con su dirigencia. En Siria, han operado en favor de la dinastía de Al Assad con un accionar tendiente a dividir el seno de la sociedad civil. Ojo que no quiero quedar pegado a los grupos deterministas y fatalistas como el Frente Al Nusra (organización terrorista asociada a Al Qaeda que opera en Siria y en Líbano) o a los remanentes que quedan del Estado Islámico (el califato conformado entre Siria e Irak también conocido como Isis o Daesh) en el sur”, se ataja Suleiman, realizador del documental Diáspora en el Desierto, y autor del libro Panarabismo e identidades religiosas y étnicas.
Ocupación y facciones
Y vuelve sobre la alianza Washington-Teherán. “Desde el 2003, EEUU e Irán son socios en toda lo que tiene que ver con Medio Oriente, muy especialmente con Irak. Desde entonces han apoyado todos los gobiernos que se fueron sucediendo desde la ocupación (norteamericana) en Irak. Es decir, tanto (el ex premier interino, Ayad) Allawi, (Nuri) Al Maliki, (premier 2006-14), (Ibrahim) Al Jaafari (actual premier), todos los que fueron cumpliendo una labor importante en el Ejecutivo iraquí, tuvieron el beneplácito de la República Islámica de Irán”, subraya.
“También se ve clara la sociedad en el desalojo del Estado Islámico en la región de Mosul, en alianza con el ejército federal iraquí, las milicias financiadas por Irán, los peshmerga kurdos con el apoyo de Israel, la Guardia Revolucionaria Islámica iraní, con Qasem Soleimani a la cabeza y el apoyo aéreo de Estados Unidos. Hay hasta fotos en las que se ve a Soleimani custodiado por marines norteamericanos”, señala el analista.
“Lo mismo en el noreste de Siria –prosigue– donde le dieron apoyo a la filial del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de filiación marxista, que armó el Frente Democrático Sirio con kurdos, árabes, milicias cristianas, sirianos (ortodoxos) y asirios, entre otros, con el apoyo de EEUU y que terminaron con el Estado Islámico en esa región”.
Un ataque muy anunciado
Ante estos datos Suleiman vuelve a plantearse preguntas. “¿Cómo es posible que se anuncie un día antes un ataque? (por los misiles iraníes lanzados la noche de este martes pasado, a modo de anunciada réplica por el asesinato de Soleimani, contra la base aérea de Ain Al Asad, en el oeste de Irak, sin víctimas fatales)”.
Además, recuerda el discurso posterior del propio Trump. “Dijo queremos dialogar, queremos la paz, queremos la prosperidad para Irán. ¿Qué es esto? Claro, son socios, pero llega un momento que la sociedad entra en crisis o entra en crisis la hegemonía que cada uno quiere tener en la región”.
A gran escala, para el referente de la comunidad argentino-árabe “EEUU está en retirada porque, igual que Irán en todo este despliegue militar, tampoco han puesto hasta ahora ni una gota de sangre, a excepción del propio Soleimani. Las milicias (de combate preparadas por Irán) se nutren con soldados iraquíes que son los que ponen los muertos”.
“Más allá de todas las especulaciones de por qué EEUU mandó a matar a Soleimani, yo lo considero como una especie de «accidente de trabajo» porque quizás (el alto mando militar iraní asesinado) se confió demasiado, se pensó intocable. Hay que tomarlo como el inicio de un estado de tensión profunda que se usa para después negociar. Aunque sea doloroso para los intereses de Irán por la pérdida de este cuadro militar que le ha sido muy útil al proceso revolucionario islámico y que, por otro lado, significó para EEUU un buen elemento en la coordinación de las tareas militares en Mosul, y que tuvo que ver, además, con terminar con la resistencia laica del partido Baaz (Árabe Socialista que tuvo a Saddam Hussein como último referente) en Irak, desde 2003 a 2007”.
(*) Perfil. Néstor Suleiman es profesor de Ciencias Sagradas y Filosofía y representante local de la Federación de Entidades Argentino-Árabes. Además, es el realizador del documental Diáspora en el Desierto, que obtuvo el primer premio en la categoría Temática Saharaui del Festival Internacional de Cine del Sahara (FiSahara) celebrado en octubre pasado en el campamento de Auserd, ubicado en Sahara Occidental. Como escritor, su último trabajo es Panarabismo e identidades religiosas y étnicas, un libro producto de sus recorridas por el Magreb hasta la Mesopotamia iraquí.
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