El centro de estudiantes del Instituto Superior Olga Cossettini se organizó para facilitar el acceso a los apuntes y libros en tiempos de pandemia. Trabaja en el armado de una biblioteca virtual, libre y gratuita. También atiende los pedidos de fotocopias de quienes no disponen de conectividad o computadoras. Aseguran que es “para que nadie se quede sin su derecho a estudiar”.
El lunes 13 de abril pasado comenzaron las clases en el nivel superior de la provincia de Santa Fe; y como pasa con la educación inicial, primaria y secundaria, en formato virtual, para respetar lo establecido por el decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio.
“El cursado virtual dificulta conseguir la bibliografía y los textos que las diferentes carreras utilizan para sus materias, y al no ser un nivel obligatorio el gobierno no elaboró cuadernillos y demás herramientas pedagógicas. Más allá de eso, hay docentes e Institutos Superiores que envían a sus estudiantes los archivos digitalizados”, señalan desde el Centro de Estudiantes del Cossettini. Además de advertir que no todos los estudiantes disponen de las herramientas tecnológicas y las condiciones habitacionales para poder leer desde la computadora.
“No sabemos cuándo volverán las clases presenciales, pero todo indica que será ‘con suerte’ después de las vacaciones de invierno, en agosto. Esto trae aparejado muchísima deserción la cual viene acompañada, desde hace años, por la crisis económica que atraviesa nuestro país”, recordó la presidenta del centro, Daiana Pesce.
A partir de esta situación, el centro de estudiantes del Olga Cossettini (conducido por la Agrupación Alfredo Palacios y Las Olgas) decidió trasladar la fotocopiadora a la sede de la Asociación Civil Inconsciente Colectivo, ubicada en Avellaneda 2431, para crear una biblioteca virtual, pública, gratuita y de fácil acceso para los estudiantes que lo requieran. También en esa sede se están generando relaciones con otras agrupaciones y centros, tanto de terciarios como de facultades. “Además, -destacan- se toman pedidos con servicio de cadetería, muy económicos, para llevar los textos en papel y para que nadie se quede sin su derecho a estudiar”.
“Los repartos se hacen mayoritariamente en bici o en auto, dependiendo de la zona; los compañeros ya tienen los permisos correspondientes. La forma de pago es en efectivo o mediante la aplicación Mercado Pago la cual cuenta con la posibilidad de pagar en cuotas. Nosotros militamos todo el año pero entendemos que en tiempos difíciles todos tenemos que redoblar esfuerzos y trabajar colectivamente”, manifestó Daiana Pesce sobre la iniciativa.
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