Yo no sé, no. Con Pedro nos acordamos de los primeros pasos de lo nuestros, por razones obvias, sino de unas vecinitas de la casa de calle Zeballos, una rubiecita (Toli) y la otra de pelo negro (Sandri). Tolita se largó primero, todos estaban contentos menos nosotros. Por lo menos no teníamos tanta alegría, sentíamos cierto miedo de que se golpee, que se caiga, casi el mismo miedo que sentíamos con el equilibrista en el circo.

El padre de la Toli dio el primer paso para tener movilidad propia con un Fiat 600, el auto de la clase media ascendente por esos años 60. Bueno, volviendo a la Toli, ella nos sacó el miedo cuando nos mostró que sabía perder el equilibrio, cómo caerse y, desde el suelo, nos miraba y se reía. Por ese entonces Pedro se quebró el codo y estuvo un par de meses internado. Cuando se recuperó parecía que dar los primeros pasos pos internación era como aprender a vencer el miedo a la caída.

Cuando en el campito más cercano, ya en la zona sur, improvisábamos una canchita de 5 o de 7, para el medio y los arcos usábamos pasos a falta de otra medición. Y para los penales, quizás los primeros 12 pasos con cierta legalidad que dio uno en su vida. Cuando íbamos a la escuela de barrio Acindar ya en séptimo grado, a 481 pasos (los habíamos contado) por Francia al sur, vivía la piba que más nos gustaba.

Una vez terminada la primaria pasamos por ahí para ir a votar y Pedro se acordó de aquellos 481 pasos hacia el sur y los recorrió mentalmente: “Es como antes de votar, uno vuelve sobre sus pasos”, me decía, como volver a esos amores. Cuando íbamos al Superior, a veces como una especie de previa de reflexión, la hacíamos a pasos de Balcarce y 3 de Febrero en la Biblioteca. A Pedro le gustaba ir ahí, cuando encaraba para la biblioteca decía: “Son los pasos hacia la lectura tranquilizadora”. Y cuando salíamos de clase, los pasos eran derecho al bar, eran los pasos hacia el alivio. Y fue una época que estuvimos a pasos de grandes logros. Hoy, cuando vemos que en medio de esta pandemia hay quienes quieren priorizar la economía dando pasos en contra de la salud nos quedamos con nuestro gobierno, más aún cuando da un paso para evitar que se siga extranjerizando la economía y recuperar empresas productoras de alimentos y de divisas. “Quizás llegó el momento de comenzar a dar esos pasos que nos lleven hacia una economía que produzca y reparta”, me dice Pedro, “sería buenísimo, los pasos en algunos sectores sería se reparte, se produce y en otros, se produce, se reparte.

Esto me lo dice mientras miramos un vecino que en la vereda está cuidando a unos nietos y uno de esos pibitos está dando sus primeros pasos con una cara de alegría, como venciendo el temor a una caída. A lo mejor no lo sabe, después de esos primeros pasos nada lo detendrá. “Así –me dice Pedro–, tienen que ser los nuestros (pasos) para una vez más intentar un destino de Patria para todos”.

 

Fuente: El Eslabón

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