Desde las 21 de este martes, comenzaron a subirse, por distritos, los resultados de la compulsa entre Donald Trump y Joe Biden. El último estado en cerrar urnas será Alaska, a las 3 de la madrugada.
El candidato triunfador será quien alcance los 270 votos en el colegio electoral. La conteo se inició a las 21 (hora argentina), con el cierre de los colegios electorales en los primeros estados, en la costa Este. La elección se decidirá en una docena de estados ya que en el resto, la tradición que divide suerte entre demócratas y republicanos es inamovible.
Los estados clave
Georgia. Sólo ha votado a un candidato demócrata en tres elecciones presidenciales desde 1960 y dos de ellas fue por Jimmy Carter, oriundo del estado sureño y ex gobernador. Sin embargo, el dominio republicano ha empezado a agrietarse a medida que el estado se ha hecho más diverso étnicamente y menos rural, con el crecimiento de Atlanta y sus suburbios. Los últimos sondeos, según la media de Real Clear Politics, le dan a Biden una ventaja de 0,4 puntos.
Virginia. Solía ser un feudo republicano pero en los últimos años se ha teñido de azul. Un buen augurio para Trump sería que, como ocurrió en el 2016, los resultados sean demasiado estrechos para declarar vencedor a Biden durante las primeras horas.
Carolina del Norte. Obama ganó aquí el 2008, la única vez en las últimas diez elecciones presidenciales que el estado sureño ha votado demócrata. Una buena señal para Biden sería repetir la hazaña y hacerse con este estado tradicionalmente blanco, conservador y rural, pero que está cambiando por el voto urbano, afroamericano y de los estudiantes universitarios. Para Trump sería una muy mala noticia no volver a ganar: los últimos sondeos le dan una ventaja de sólo 0,6 puntos.
Ohio. Ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca sin ganar en este estado, en el que Trump se impuso con contundencia en el 2016 a pesar de que los sondeos apuntaban a una carrera estrecha. Ahora va en cabeza en las encuestas, pero por sólo 1,2 puntos. Una alta participación de los afroamericanos se lo pondría difícil.
Florida. Sería un mazazo para Trump no repetir victoria en Florida, un estado muy disputado en todas las presidenciales. Hay una diferencia desde el 2016: ahora juega en casa, ya que el presidente ha trasladado su residencia oficial de Nueva York al estado sureño. Una clave de su victoria hace cuatro años fueron los mayores de 65 años, que representan un tercio del electorado. Biden espera ganar puntos entre estos votantes con la mala gestión de la pandemia que ha hecho Trump. Los sondeos le dan una ventaja de 1 punto, pero es la misma que le daban hace cuatro años a Clinton y al final ganó Trump.
Pensilvania. El estado más visitado por los candidatos en esta campaña tiene dos ciudades sólidamente demócratas y un medio rural profundamente conservador. En el 2016 Trump desmintió a los sondeos y ganó por la mínima (0,7 puntos) y ahora necesita que vuelva a ocurrir la misma magia, pues los últimos sondeos dan una ventaja de 2,9 puntos a Biden (medio punto más que la que le daban a Clinton a estas alturas). Es uno de los estados que decidirá la elección pero es probable que esta madrugada no sepamos quién se lo lleva. A diferencia de Florida, que ya lleva 22 días contando el voto por anticipado, en Pensilvania no han empezado hasta hoy martes y eso que se estima que cerca de la mitad del electorado ha votado de este modo.
Michigan. Trump necesita conservar Michigan, uno de sus milagros en el 2016. Se impuso a Clinton por menos de 11.000 votos, el margen más estrecho de aquellas elecciones. Biden llega con una ventaja en los sondeos de 5,1 puntos, por encima de los 4,7 que tenía Clinton. Como Pensilvania, habrá que tener paciencia porque el recuento del voto por correo empezó sólo el lunes.
Wiscosin. Otro de los estados del cinturón de óxido que Trump arrebató a los demócratas por la mínima. Biden va 6,6 puntos por delante en los sondeos, pero el presidente espera que vuelvan a equivocarse.
Arizona. Biden llega con una ventaja de 0,5 puntos en los sondeos en este tradicional bastión republicano, ¿será suficiente? Arrebatarle a Trump este estado,que desde 1952 sólo ha votado un candidato demócrata (Bill Clinton en 1996), sería muy buen augurio para su campaña.
Texas. Si Biden ganase este estado, que tiene asignados 38 votos electorales (el segundo después de California), significaría que el candidato demócrata va camino de una victoria arrolladora. Texas ha votado a presidentes republicanos desde 1980 y hace cuatro años Trump se impuso por 9 puntos, pero esta vez los sondeos son mucho más ajustados.
Iowa. Las cosas le estarían yendo muy mal a Trump si perdiese Iowa, que ganó por 9,5 puntos en el 2016. Este año, sin embargo, los sondeos se lo pintan más difícil. Primer productor de carne de cerdo y segundo de soja en EE.UU., este estado rural se ha visto perjudicado por la guerra comercial de Trump con China.
Nevada. En el 2016 fue la única sorpresa positiva para Hillary Clinton, que ganó este estado pese a que los sondeos se inclinaban por Trump. Biden confía en mantenerlo. Llega por delante en las encuestas.
Fuente: NA-AFP
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