La Fundación Síntesis de Rosario homenajeó al personal del Centro Ceferino Namuncurá, ubicado en el barrio Stella Maris de la zona noroeste.
Tras varios meses empleando diferentes estrategias para estar presentes en el barrio, a pesar del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, el levantamiento de algunas restricciones permitió que la Fundación retome la etapa “presencial” tanto en el Stella Maris como en el asentamiento La Bombacha.
“La primer propuesta dentro de la vecinal fue la de tener un gesto solidario para les trabajadores del centro de salud. Les propusimos si querían hacer algo al respecto porque veníamos escuchando desde el primer día un gran sentido de agradecimiento hacia les trabajadores. Así que pensamos que todo eso que fuimos escuchando individualmente quizás no les llegaba a los doctores y al centro y quisimos colectivizarlo”, cuenta Silene Rodriguez, miembro de Síntesis.
De esta manera, los niños, niñas y adolescentes que forman parte del taller pusieron manos a la obra y confeccionaron una bandera con la inscripción “Gracias por cuidarnos”.
“Los pibes se re engancharon y panza abajo escribieron la bandera e hicieron este gran pasacalle. Elegimos la frase que era gracias por cuidarnos y recolectamos todos los nombres de quienes trabajan en ese centro de Salud –que son 45– y nos pusimos a armar barbijos con los chicos donde en cada tapaboca escribíamos los nombres de cada uno”, dice Rodriguez, orgullosa. Y agrega que “los preparativos fueron muy graciosos” porque había que mantener el secreto para que nadie sospechara y arruinara la sorpresa.
“Cuando nos convocábamos en la canchita para hacer la bandera los trabajadores del centro de salud pasaban porque ellos hacen domicilios entonces les decíamos shh a los chicos y simulábamos no estar haciendo nada ahí. Fue una dinámica hermosa, con mucho entusiasmo”, recuerda.
Así, cerca de las 12 del mediodía, un grupo de niños y niñas se acercaron a la placita del barrio para darle la sorpresa a los y las que le ponen el cuerpo a la pandemia: “Nos paramos frente al centro de Salud con la bandera extendida, sostenida por las niñas del taller, ellos salieron y fue muy emotivo, la verdad que no se lo esperaban. Aparecieron ahí las sonrisas de les trabajadores y los chicos con una mezcla de vergüenza, pudor, orgullo y de yo tengo la bandera”, repasa Silene.
Finalmente, y con este festejo que puso “bombos y platillos en mano de les niñes”, estos se acercaron al “Cefe” generando ruido y aplausos y, una vez ahí, con la presencia de los médicos y asistentes del espacio, “el papá de una de las adolescentes leyó todos los nombres y a medida que estos iban pasando los reunidos gritaban “gracias” y golpeaban con efusividad los instrumentos de percusión.
La historia en el barrio
La fundación Síntesis lleva más de 30 años trabajando en Rosario. Desde el año 1990 en adelante, sus miembros identifican tres ejes de trabajo que han sido desarrollados en la historia de la organización comunitaria. “La primera etapa fue más académica, relacionada con instalar esto en la ética profesional de la Facultad de Ciencias Económicas. En una segunda etapa hay un gran desarrollo y trabajo de economía social y solidaria, donde se trabajaron diferentes programas como Banquitos Solidarios de la Provincia, Finanzas Solidarias desarrollándose en barrios de Rosario y del Gran Rosario”, explica Silene.
A la última y actual etapa, Silene la define como un proceso “territorial” que se lleva adelante específicamente a partir de un taller denominado el “Taller de Todxs” y definido como “un taller de juego, recreación, arte y deporte que, a falta de lugar físico, se celebra en la canchita del barrio”.
Según la integrante de la organización, la particularidad de los encuentros reside en que no cuentan “con ningún espacio físico”, por eso la estrategia es “ocupar espacios públicos con les pibes”.
El taller se inició con un grupo de siete niños y niñas y al día de hoy ya son casi 70 participantes, es decir, unas 50 familias incluidas en el proyecto.
Los desafíos de la pandemia
Silene Rodriguez, en comunicación con Redacción Rosario, se encarga de explicar cómo desde la agrupación fueron sorteando los obstáculos que generó la pandemia del Covid-19. “Las jornadas se vieron obstaculizadas entonces tuvimos que ir adaptándonos a los diferentes momentos”, sintetiza. Y explica: “En el momento de mayor aislamiento el equipo se dedicó a hacer un acompañamiento virtual y telefónico a las familias, lo cual fue también todo un cambio porque nosotros veníamos trabajando cuerpo a cuerpo con les niñes y les adolescentes, y ahora nos enfrentábamos y trabajábamos con las familias, con las madres y los padres que eran quienes mediaban la relación”.
Este acercamiento con los padres se presentó como un reto para la Fundación en tanto se encontraron “con todas las demandas, todas las necesidades y toda la incertidumbre y la desesperación de las familias, que iban desde no tener qué comer hasta encontrarse con un montón de cosas de la escuela que no sabían como resolver”, remarca Silene.
En ese sentido, la organización comunitaria se puso en marcha: “Fuimos adaptándonos y articulando diferentes acciones para que llegaran a los vecinos las políticas públicas. En especial articulamos trabajo con el Banco de Alimentos para que les llegaran bolsones”.
Hacer jugar en las casas
A lo largo de la pandemia, desde Síntesis se buscó que el vínculo que había con les niñes, adolescentes y sus familias “no se corte”, al mismo tiempo en el que se trabajó en resguardar la salud de los habitantes del barrio.
“Ahí fue que empezamos a armar una serie de kits lúdicos y artísticos, personalizados para cada niño, entendiendo que hay niños que tienen familias muy numerosas, entonces había cosas que podían usar con toda la familia, había niños que vivían solo con su abuela así que por ahí buscábamos algo que pudieran hacer sólo con ella”, comenta Silene.
Así, la organización venció al aislamiento y se dedicó a imprimir mandalas, producir metegoles con cajas de zapatos e improvisar yengas intervenidos para que los chicos se mantengan en sus hogares.
Con el rebrote de casos, la entrega de los kits –que anteriormente se realizaba en la vecinal en grupos de hasta cinco personas– tuvo que reconvertirse y los y las militantes de la organización debieron entregarlos casa por casa.
“Esta entrega duró tres meses, hasta que en algún punto se agotó la instancia y nosotros teníamos todos los materiales del taller, juegos y cosas guardadas que las usábamos cuando lo hacíamos presencial, entonces dijimos «pongamos a rodar todos esos materiales a las casas para aportar el estar dentro de ellas»», comenta Rodriguez.
Para Silene, esto fue también una decisión institucional: “Si bien en los barrios es muy difícil estar adentro y la mayoría de les niñes salían a jugar a la canchita o estaban afuera, nos parecía que el mensaje era: «Nosotros los seguimos cuidando, les prestamos esto para que sigan estando en sus casas lo que más puedan y sigan cuidándose”.
Así, sorteando la pandemia con una militancia activa y generando una ludoteca y una biblioteca ambulante que sigue rodando hasta hoy en día, de casa en casa por las familias del Stella Maris, la Fundación Síntesis cumplió tres años ejercitando el “Taller de Todxs”, un espacio que supo salir adelante, con banderas, bombos, platillos que suenan orgullosos y gritan gracias.
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