“El Paraíso es un lugar que puntualmente queda al lado de Ramallo”, dice Agustín Rodríguez, guionista, productor y actor principal del corto cinematográfico que se presentará el próximo 28 de noviembre en el Festival de Cine Latinoamericano de La Plata.

Y agrega: “Es un policial que transcurre en una de estas ciudades chicas que están alrededor de Rosario. Específicamente mi intención cuando la escribí fue que la gente, de alguna manera, pudiera relacionarse o identificarse con el policía, con el detective, algo que no es muy normal en las películas argentinas”.

Rodriguez fue entrevistado por el programa Poné la Pava que se emite por Radio Rebelde Rosario y relató que la idea del guión “nació una noche que peleaba Maravilla Martínez y mientras iban pasando los rounds tuve una charla con mi papá y en un momento, mientras mirábamos la pelea que fue larguísima, él me contesta algo que me hizo disparar la idea”.

Datos en El Paraíso

“El Paraíso”, es un cortometraje dirigido por Ricardo Piterbarg, escrito y protagonizado por Agustín Rodriguez, y fue galardonado con el premio Mejor Guión del concurso Historias contadas por actores que entregó la Fundación SAGAI, en 2015. El cortometraje se rodó en las localidades de El Paraíso y Ramallo en marzo de 2019, con la participación de actores y no actores de la ciudad de Ramallo. La película estará participando en el Festival de Cine Latinoaméricano de La Plata a partir del próximo 28 de noviembre y se podrá ver por la plataforma Octubre TV.

A modo de sinopsis, “El Paraíso” cuenta una historia extraña que sucede en un tranquilo pueblo cuando su comisario, Robito, se propone esclarecer una serie de desapariciones, y un horrible crimen.

“El Paraíso” cuenta la historia de un comisario de pueblo que se propone esclarecer una serie de desapariciones, y un horrible crimen.

El pibe y la pantalla

Agustín Rodríguez, es rosarino, hincha de Rosario Central y cuenta que su pasión por el cine le viene desde muy pequeño. “Mi mamá me llevaba al cine y después me contaba que yo siempre me quedaba con los ojos abiertos mirando la pantalla hasta que se iba la última letrita”.

Sin embargo, relata que su viaje a Buenos Aires, lugar desde donde trabaja, no estuvo relacionado con el cine “sino que me fui siendo jugador de rugby, con un trabajo estable y una novia. Pero se ve que tenía el germen adentro y de a poco fui aprendiendo a escribir primero prosa, después guiones y a partir de ahí me fui perfeccionando”.

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