Lo dijo el confeso vendedor de drogas, Andrés Actis Caporale, en un juicio oral en el que está acusado de liderar una banda. Y sugirió que el dinero ilegal tenía como destino distintos estamentos políticos.
“Cuando el nivel de corrupción es tan alto, es raro que los de arriba no se enteren”, declaró Actis Caporale ante el Tribunal Oral Federal en lo Criminal 3 (Tofc 3) de Rosario.
Durante su segunda declaración en el juicio iniciado el 12 de noviembre pasado, en el que están imputados diez civiles de una banca narco y dos policías por presunta complicidad, Actis Caporale –alias Ojito o Nachito– brindó detalles de cómo la Policía “habilitaba” lugares para el comercio ilegal de drogas y sobre los “aportes” que se hacían los vendedores para desarrollar el negocio.
Según refirió, esos datos los conocía por su vínculo con el comisario Alejandro Druetta y el suboficial Juan Ángel Delmastro, quienes también están acusados luego de que Ojito declarara como arrepentido y afirmara que el primero era “el jefe” de la organización y quien le proveía la droga, algo que el comisario rechazó.
Ante una pregunta del fiscal federal ante el Tofc 3, Federico Reynares Solari, sobre los presuntos contactos de la policía con «jefes políticos», el imputado de 32 años explicó que la fuerza de seguridad “tenía que llevar la guita arriba, a Santa Fe, a gente relacionada con el Gobierno”.
El acusado afirmó durante la audiencia del último jueves que “el sistema lleva muchos años, la Policía de Santa Fe era el ente regulador del narcotráfico”.
Actis también declaró que en el ambiente en el que se movía hasta 2012, cuando su banda fue desarticulada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), “siempre se hablaba que arriba de la Policía estaba el gobierno provincial, era el que le daba el apoyo”, aunque aclaró que nunca le nombraron “a nadie puntual” ni que lo hayan obligado a aportar “plata para una campaña política”.
Según la investigación, Ojito lideró hasta 2012 una banda que vendía drogas sintéticas en el centro de Rosario y en fiestas electrónicas, en sectores de clase y media y sin empleo de violencia como otras organizaciones criminales de Rosario.
Su organización fue desarticulada tras varios allanamientos realizados por efectivos de la PSA en septiembre de 2012 mientras él regresaba con su novia de unas vacaciones en Colombia.
En la primera audiencia del juicio, Caporale –quien es considerado el jefe de la organización– reconoció que el policía Delmastro (condenado en 2018 por complicidad con la narcobanda Los Monos) lo llamó por radio para avisarle que le iban a allanar el domicilio, por lo que aprovechó una escala del vuelo en Lima y se bajó del avión, para reingresar al país por un paso fronterizo terrestre.
Estuvo prófugo hasta diciembre de 2016 cuando fue arrestado en el autódromo de la Ciudad de Buenos Aires a punto de iniciar una carrera automovilística bajo el seudónimo de Alex Aqua.
Tras ser detenido, pidió acogerse al régimen del imputado arrepentido y declaró tres veces que el jefe de la organización era el comisario Druetta –de la ex división Drogas Peligrosas-, a quien pagaba por vender y que, a la vez, le proveía la droga.
También dijo que su banda le pasaba datos de otros vendedores para que Druetta y Delmastro realizaron “operativos positivos” con el fin de avanzar en sus carreras policiales.
Consultado por el fiscal del juicio acerca de cómo se “habilitaba” un lugar de venta de drogas, Actis dijo que “primero tenés que tener algún conocido en la fuerza”.
“Habilitar un búnker no es poca cosa, tenés que tener a alguien con rango y peso, porque es por zona”, abundó, para detallar que al menos hasta 2012 “la zona sur la manejaba la banda más famosa de Rosario (por Los Monos), y en el oeste supuestamente la manejaba Luis Medina”, por el empresario narco asesinado en diciembre de 2013.
“Los que manejan todo son los jefes (policiales)”, dijo, y explicó que cuando los miembros de su banda le pasaban datos a la fuerza de seguridad para hacer operativos positivos “nos decían: este está arreglado, lo tiene ‘Dorrego’ o lo tiene ‘La Paz’” (por las calles donde tenían sede las brigadas antinarcóticos).
“Con los datos que les dábamos muchas veces no hacían nada porque no se podían tocar, no sé de quiénes eran, pero no se podían tocar”, agregó.
Por último, Actis señaló que no cree que “todos los procedimientos sean truchos, algunos deber ser de investigación”, y aseguró que cuando cayó su banda «a PSA era una fuerza nueva y con buena reputación”.
“Cuando vino la PSA creo que le cortó el negocio a la Policía (provincial)”, cerró.
Fuente: Télam
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